Samba
Sinopsis de la película
Hace diez años que Samba llegó a Francia desde Senegal, y desde entonces ha tenido varios empleos humildes. Alice es una ejecutiva que está pasando una mala racha y sufre de agotamiento. Ambos luchan por salir de su particular laberinto. Mientras Samba está dispuesto a hacer lo que sea necesario para conseguir los papeles, lo que Alice intenta es recuperar su vida. Al final, el destino hace que sus caminos se crucen. Los directores de Intouchables (Intocable), protagonizado también por Omar Sy, vuelven a contar una historia sobre dos extraños que podrían encontrar juntos la senda de la felicidad.
Detalles de la película
- Titulo Original: Samba
- Año: 2014
- Duración: 115
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Opinión de la crítica
6.2
89 valoraciones en total
La inmigración es una realidad que, aunque a muchos les parezca algo lejana o un problema que hay que solucionar, forma parte de toda la historia de la humanidad. Hoy en día, el dinero y los sistemas capitalistas de nuestra sociedad, han decidido cerrar cada país al paso normal de la gente, que huye de las miserias que se apoderan de otros lugares del mundo, en busca de una vida mejor. Cuando el ser humano no era más que un mísero superviviente, emigraban de una zona a otra, agotando los recursos naturales, buscando mejores sitios donde vivir. No podemos culpar a alguien que hace lo posible por seguir viviendo lo mejor posible.
Lo que muestra Samba, de forma cómica y a la vez dramática, para que no te aburras en el proceso, es la vida de un joven nigeriano que lleva la friolera cantidad de 10 años viviendo en Francia y que, de un día a otro, se gana una carta de expulsión del país y pierde absolutamente todos sus derechos como ciudadano normal. Un hombre que lleva integrado en la sociedad francesa 10 años. No está más integrado porque el sistema NO se lo permite. Y no porque sea un peligro, un mal ciudadano, sino porque son simplemente racistas de mierda. Esa es la pura verdad.
El primer mundo se cree en el derecho de proteger sus tierras de los incautos que se atreven a pisarlas. Pero lo cierto es que Francia no es más que un sistema creado por el hombre. La tierra no tiene fronteras, y el mundo es de todos los seres que lo habitan. Esta injusticia se muestra en la película como tema principal que encauza otras líneas argumentales más simples como el amor, el miedo, la familia, etc. Todo ello tratado de forma cercana, para que el espectador de a pie se sienta identificado inmediatamente con todos los personajes.
Puede que a mucha gente le parezca una película del montón, pero esa gente no ha vivido la realidad de la inmigración. Yo sí, y esta película lo muestra con muy buen gusto, sin meterse en un terreno sórdido ni melodramático. Si buscáis una cinta que os haga sonreír, que os haga soñar y que además muestre la realidad pasmosa de forma realista, esta es vuestra película. No encontraréis nada más que la vida de un inmigrante en Francia, absolutamente nada más. Pero lo que hay, es merecedor de darle una oportunidad.
Lo mejor: los golpes de humor, inteligentes y de buen gusto, los personajes principales y la trama principal de inmigración.
Lo peor: que tal vez no profundiza demasiado, o que olvida personajes en el camino
Samba tiene errores, como muchas cintas. El mayor de todos es haber sido concebida después de Intocable, ya que eso, en un sinsentido que nunca entenderé, le resta valor de cara a la crítica especializada. Es el El primero era mejor de la música traspasado a las salas de cine. Es como si alguien se enfadase con La isla mínima por ser tan True detective.
Yo, la verdad, prefiero disfrutar. De la actuación de los protagonistas (tanto la evolución de Omar Sy como el papelón que hace Charlotte Gainsbourg), de las situaciones tan trágico-cómicas, de la historia que cuenta, de todo lo que muestra y de todo lo que dice sin decirlo. De las casi dos horas que se me pasaron volando, en definitiva.
Y no, no llega al nivel de Intocable. Y sí, su guión en los momentos dramáticos quizás cojea más de lo debido.
Pero ojalá saliera siempre del cine con la misma sensación que hoy tras ver los (hermosos) créditos de Samba.
Se puede afirmar que Nakache y Toledano lo consiguen por segunda vez. Éxito huyendo de los tópicos. Ya lo hicieron admirablemente en la estupenda Intocable , eludiendo con habilidad las compasivas trampas que suelen tender discapacidad y racismo, y, ahora, repiten idéntica fortuna con el controvertido tema de la inmigración, aislándolo de entornos edulcorados pero también de la demagogia barata. El as que tienen en la manga los brillantes realizadores se llama única y exclusivamente sentido del humor. Si a ello le unen la ternura con la que dotan a la mayoría de los personajes, tienen ganado al espectador desde los primeros fotogramas, que detecta en ellos problemas mundanos de rabiosa actualidad pero con atisbos de esperanza y siempre dispuestos a la lucha diaria. Y, hablando de ternura, ¡qué similar se me hace el proceso de gradual embellecimiento externo de Alice, con el personaje que interpretara Olivia de Havilland en La heredera de Wyler! No solo es Samba, sino una gran parte del público, los que vemos crecer la hermosura de Alice a medida que vamos amando lo que hay de invisible en ella. Samba es más prosaico que yo y la define varias veces con eres realmente especial .
Puede decirse que con Samba , el espectador mínimamente sensible, descubrirá el duro mundo de los sin papeles y, al menos, no volverá a juzgarlos a la ligera. La culpa de este magnífico logro, repito, es de este par de directores, capaces de hacernos desternillar con la extraordinaria secuencia del baile de la Coca-Cola, cuando unos minutos antes, Samba -al ver negada su dignidad como persona- grita en la oficina del inmigrante y al mundo entero ¿Qué hago yo ahora? No hay lágrima fácil. Sólo el vacío de un hombre. Los que no tienen trabajo saben de que va la cosa.
Actores y actrices están soberbios, el ritmo de la película, adecuado y ágil (no era fácil) y, sólo desentona la musiquilla psicodélica acompañada de piano que anticipa (y no debería hacerlo) que la escena va a ser dramática.
A uno que es abogado del turno de oficio de extranjería no le resultan ajenas ninguna de las historias del pobre Samba. El inmigrante extranjero es el más claro ejemplo de la subsistencia del ser humano, todas las peripecias y viacrucis que le toca sufrir son reales como la vida misma, tan reales como las palabras que estoy dejando escritas.
Pero tras estos seres, además de ese innato sentido de la supervivencia vital, se esconde algo de aureola romántica de caballero andante, algo de solitario enigmático y que nos revela que detrás de sus rostros cansados se cuentan cientos de historias y leyendas, porque en el fondo son auténticos gladiadores del cosmos, siempre venciendo la adversidad, por cruenta que ésta pueda ser.
Samba es uno de ellos, un titán de ébano pergeñado de ínfulas bogartianas que le hacen acreedor de un atractivo único e inconfundible, y que aunque necesite mil nombres para sobrevivir a la vorágine humana, sabe quién es… porque, al fin y al cabo, saber quién eres es saber qué quieres, estar convencido de tus actos es defenirte a tí mismo, forjar tu identidad… Y así nos lo lega Don Quijote: Sé quien soy y sé que puedo ser, no solo los Doce Pares de Francia, y aun todos los Nueve de la Fama, pues a todas las hazañas que todos ellos juntos, y que cada uno por sí hicieron se aventajarán las mías .
La inmigración a Europa. Una visión real, sin más dramatismo que la realidad más cotidiana, y con un toque de humor que permite disfrutar de la película.
Las casi 2 horas de proyección se me pasaron volando.
La película hace pensar mucho en la realidad que vive tanta gente a nuestro alrededor, y sobre la hipocresía de la realidad laboral. Sin caer en la crítica fácil sino haciendo un retrato, lo que siempre tendría que hacer el cine, de esta realidad, con los puntos positivos y los negativos.