Rostro al mar
Sinopsis de la película
Terminada la Guerra Civil española, Alberto e Isabel se dirigen a la frontera francesa. Pero antes de alcanzar su objetivo deben detenerse porque la mujer está a punto de dar a luz. Alberto decide marcharse de todas formas para no poner en peligro la vida de su familia.
Detalles de la película
- Titulo Original: Rostro al mar
- Año: 1951
- Duración: 83
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Opinión de la crítica
Película
5.4
36 valoraciones en total
– Ayudadme, ¡por Dios!
– Subidlo al barco rápido.
– Capitán, ¿lo vamos a recoger?
– Sí, lo ha pedido por Dios ¡y en español! .
Folletín dirigido por Carlos Serrano de Osma, realizador bastante peculiar, que no convence en esta ocasión por mor de una historia no sólo bastante increíble de por sí, sino inverosímil en el desarrollo de los acontecimientos.
Existen casualidades, o se pueden llamar citas del destino, que causan perplejidad y resultan, dependiendo del estado de ánimo del/la espectador/a, ridículas o hilarantes.
La música, como ocurría en el cine español de los cuarenta y cincuenta, es muy estridente y eso hace que a veces no deje entender los diálogos.
Hay alguna sentencia del co-protagonista, el Capitán de Marina, que hace cierta gracia, como cuando le espeta al malo de la peli, que va sembrando cizaña por doquier:
– – Tú no cantes coplas antes de quedarte ciego .
o frases tan sencilla pero claras como:
– No hay más tarde que nunca .
Pero lo peor es su parte final, donde se ve el tufo reaccionario del film, con los del Partido como los malos de la película. Hasta entonces se nos hace creer que todos son iguales, sin distinción de ideas políticas ni en qué bando tomaron parte en la Guerra Civil Española. Que se le ve el plumero, vamos. Y es que en la España de Franco, que los contendientes Republicanos fueran buenos al cien por cien, pues…
Pero dejando este molesto e irritante asunto, hay que decir que la cinta transcurre sin aburrir, pero sin interesar tampoco.
El final, soso y previsible, aunque nunca se pueda saber esto con seguridad hasta verlo.
Una película española desconocida por mí que como siempre digo, aunque sea por el asunto histórico-político-social, se puede ver, que siempre se aprende algo.
https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Marsella-Buenos Aires.
Sorprendente película mezcla de muchas cosas, de apariencia estrepitosa y de fondo más complejo que lo que dice su aire de sacristía y ese coro enloquecido y sagrado que la acompaña.
Historia de mar, drama moral, folletín imperioso, cine negro, política siniestra, creencia religiosa y guerra. Y Amor. Y apenas Muerte. Casi toda quedó atrás, afortunadamente*.
Primero Alberto, el miliciano que huye, después Ramón, tú no cantes coplas antes de quedarte ciego, esa miserable sabandija, aunque tampoco tanto, por mucho que lo intenta no hace demasiado daño, y finalmente Manuel, el capitán rumboso, los tres, el triunvirato rendido ante Isabel, una hembra brava, una mujer de calado, aunque con cara de mucha pena y espanto siempre, como si tuviera/sufriera un eterno retortijón en el alma.
Está hecha en el 51 y esperábamos maniqueísmo a raudales, Dios, patria y caudillo. Y no tanto.
(Spoiler aquí por falta de espacio ahí abajo):
* Quizás eché de menos al final a la maravillosa vieja que diría que se la llevó la marrana parca.
Sí, los camaradas son ratas de cloaca, esos rojos parecen hampones de la mafia marsellesa. Pero Alberto, el que huye (de Franco a Hitler y tiro porque me toca para acabar con Stalin en un delirante gulag ruso preñado de estajanovismo y malas pulgas) es un santo varón, sin tacha ninguna, más bueno que todas las cosas santas. Y su posible némesis, Nemo el capitán bonachón, gordo y simpático con una conciencia más grande que Ontario y Alberta, es igual que él, perfecto, sin fanatismo ninguno, a todos acepta y solo lucha por el bien y el sentido, con toda la elegancia moral del mundo. Es más, le señalan en un momento determinado, para que no se lleve a engaño, que esas personas por las que pregunta y que están cantando en español son exiliados, y él responde tan tranquilo y muy seguro, españoles y basta, es decir, eso es lo que cuenta, no la afiliación política o su pasado bélico, lo mismo que cuando recoge herido a Alberto y dice que lo ha hecho porque habló en español y citó a Dios, para añadir más tarde que lo hizo por humanismo. Por lo tanto, cree en Dios y poco más, no hace ninguna alusión política o franquista, no hay ni revanchismo ni proselitismo. Es muy esencialmente un hombre bueno. Como Alberto, pese a que cada uno luchó en un bando opuesto (la mujer dice que le engañaron, para exculparle, pero no parece que fuera así, parece claramente lo contrario, que estaba en el bando republicano por indudable convicción). Lo que quiere decir que la película considera más importantes a los seres humanos por sí mismos, como valor intrínseco, mucho mejor si son españoles y católicos, claro, que por sus ideas tan cambiantes o sus acciones condicionadas por las circunstancias históricas.
Y el final confirma todo esto, la película regala a la mujer e hija a su marido legítimo tantos años desaparecido, pese a ser un rojo, de hecho, lo podían haber matado y santas pascuas, asesinado por los comunistas, por El Partido , mira qué malos, muerto el perro se acabó la rabia, pero no, el guion lo salva y le devuelve a la mujer que también lo tiene claro, le quiere a él, que era del otro bando, tan equivocado, pero a pesar de todo igual de bueno Alberto que Manuel, tanto monta, monta tanto.
Y en el epílogo vienen a decir que han triunfado el amor y la paz, lo que supone metafóricamente la reconciliación definitiva de las dos Españas, es decir, se acepta a los arrepentidos aunque no fuese de palabra, ni en el fondo de ideología (Alberto dice que está harto de tanta mentira, da a entender que ya no soporta a sus camaradas, pero como de pasada y mucho más por cómo son como personas, malas ratas, por su rufianesco comportamiento, que por su cruzada política, no les ataca ideológicamente en ningún momento, ni por asomo, no hay ni autocrítica ni cuestionamiento de los postulados que han guiado su vida, supongo que ha sido suficiente, ha quedado claro sin necesidad de más explicaciones, de la teoría a la práctica, con su experiencia soviética), si vuelven a España y son hombres de bien, de familia, de orden y concierto, de matrimonio y sentido.
Pero ya digo, con la censura, se supone, y toda la vaina lo fácil hubiera sido que ella hubiera elegido al capitán y que el rojo o se hubiera muerto (enfermo o asesinado) o hubiera sido rechazado al estar marcado, que hubiera purgado sus pecados nefandos con su soledad y derrota, pues no.
El guion tiene una doble o triple cara: por un lado está lleno de buenas palabras e ingenios verbales, castellano antiguo lleno de requiebros y gracias ( por la calle Alcalá corre un frío que afeita , en cambio vuestro frío es húmedo, sin poesía ), hasta de imágenes brillantes, por el otro, recurre narrativamente a encuentros imposibles y casualidades absurdas, bastante inverosímil todo, finalmente no se da lo esperado ni es previsible y ahí gana, pese a que acumula modismos formularios coyunturales, propios del cine santurrón de aquella época, tan meapilas y recatado, bastante arquetípico y superficial, y trampas varias.
Resumiendo, podría haber sido un insufrible sermón o un horroroso melodramón y no, es solo un tierno drama moralista, recio, hermoso, simpático, gracioso, humilde, un poco mucho ridículo y bastante querible.
Los actores de aquella manera, ahí andan un poco desmadrados. La dirección es correcta y todo en general cumple honestamente con su cometido, hasta la parte noir está más o menos lograda.
Se sacrifican la política y la religión, quedan como marco de referencia, no se niegan ni mucho menos, se dan por sentados pero no son valores absolutos, no es lo más importante, en favor de una moral universal, de amor a la tierra, a la familia, a la lealtad y la constancia y la honradez.