Robert sans Robert
Sinopsis de la película
30 años, 17 películas juntos, Bernand Sasia, jefe montador, toma a Robert Guédiguian, sus personajes y sus imágenes, desmonta lo que había montado y, sin Robert, nos habla de Robert, del montaje, de la creación en la sombra, del amor al cine. Por la magia del montaje, Ascaride, Darroussin, Meylan se convierten en héroes del montaje. Ellos se dan la replica por encima de películas y años. Marsella y el cine de Guédiguian son el trasfondo de esta aventura de una tribu del cine, de una aventura humana.
Detalles de la película
- Titulo Original: Robert sans Robert
- Año: 2013
- Duración: 90
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Bernand Sasia es montador, esa profesión invisible del cine y que sin embargo su pericia técnica y su gusto artístico pueden dar o quitar la vida a una película. Bernand ha trabajado como montador durante más de 30 años, siendo especial la relación que le une con su amigo Robert Guédiguian con el que ha trabajado en toda su filmografía: 17 obras. Guédiguian es un director bastante personal: Lleva años rodando en el barrio obrero y pesquero Marsellés conocido como L’Estaque (Con algunas excepciones como es el Biopic de Mitterrand o Le voyage en Arménie) rodeándose de la misma troupe de técnicos y actores, en donde destaca especialmente su trio protagonista: Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin y Gérard Meylan. Sasia los llama durante todo el metraje: La heroína, el Héroe del cine y el Héroe trágico, demostrando no solo una admiración explicita por unos actores con los que ha trabajado durante mucho tiempo, sino un cariño especial por unos personajes que de alguna forma han ido evolucionando a través de sus ojos. Personajes que cambian en cada película, de nombre, de actitud, de personalidad y rol, pero que sin embargo guardan algo personal, imposible de desligar totalmente de ellos. Y es justo esta continuidad en la obra del autor, mismo escenario, mismas caras, que hace posible que Bernand monte y desmonte estas historias, creando una narración propia para hablarnos de Guédiguian, de su cine, del trabajo de montaje y la relación entre ambos. Y lo que parecía una idea simpática para un cortometraje, acaba siendo un documental de 90 minutos vibrante, pedagógico, bello, un canto al amor al cine y a unos personajes. Robert sans Robert es uno más de esos documentales actuales que demuestran que este género está cada vez más libre de ataduras y que esta libertad genera obras originales, distintas y con una magia especial de encontrarte más de un siglo después con cosas inauditas.
El documental está unido e hilvanado por la voz en Off de Bernard, palabras llenas de lírica, escritas en su mayoría por la otra culpable de esta marciana idea, Clémentine Yelnik. De las cuatro líneas argumentales que vertebran esta película quizás haya dos que por importancia e interés son las más destacables. Por un lado tenemos la parte más divertida y pedagógica del documental: El oficio del Montador. Sasia expone su forma de trabajar desde como descubre la película en su oscura sala de montaje y la ensambla a su manera de entender, hasta la versión definitiva que contenta al autor. Pero además nos da una maravillosa colección de fallos de raccord algunos buscados y otros imposibles de evitar o la importancia de la música en cualquier película: Sasia coge una escena crucial de El último verano sin música y se divierte a ponerle música diversa y diferente, dándole a entender al espectador distante que cada decisión que se toma es decisiva y puede variar de forma considerable la visión que tenemos de una película. Nunca viene mal que nos lo recuerden.
Y por el otro tenemos el repaso a la filmografía de Guédiguian en donde Bernand genera su propia película, monta escenas y voces para que Su héroe trágico no acuda a su cita mortal, los personajes se dan la réplica enlazando discursos políticos tan del gusto del autor, analiza la importancia del color azul y rojo en la ropa de sus héroes, encadena diálogos magistrales y divertidas con las escenas en las que El malvado aparece o las veces que la eterna cafetera italiana va a la cama de Ascaride (A veces llevada por Meylan, otras veces por Darroussin). Pero sin duda me parece de una belleza y emoción sin igual la colección de Te quieros que los personajes se dicen a través de los años y las películas, todas diferentes, todas sencillas pero con una naturalidad que hace imposible de mantenerse al margen.
Robert sans Robert es un film homenaje, que no se basa en entrevistas a críticos exponiendo la grandeza de su obra, o en sus amigos diciendo lo maravilloso que es trabajar con él, Robert sans Robert acude al legado tangible que nos ha dejado y que nos seguirá dejando uno de los autores indispensables del cine Europeo actual.
Crítica escrita para http://www.cinemaldito.com/