Retornados
Sinopsis de la película
La humanidad convive con los retornados , gente de apariencia normal que ha sido infectada por un virus devastador. Sólo la inyección diaria de una proteína evita que se transformen en zombis. Kate trabaja en una unidad de investigación intentando encontrar urgentemente una vacuna definitiva que impida que la epidemia se expanda. Además, la mueve una poderosa razón de carácter sentimental: su novio Álex es un retornado . Cuando el Gobierno anuncia la escasez de la proteína y la paralización de las investigaciones, los infectados son internados en un centro militar de alta seguridad. Temiéndose lo peor, Kate y Álex deciden emprender la huida.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Returned
- Año: 2013
- Duración: 98
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Opinión de la crítica
5.6
61 valoraciones en total
Sobra decir que no esperaba absolutamente nada de Retornados , máxime cuando su director es Manuel Carballo, un señor de la factoría Filmax presenta muy lejos de la línea principal de la firma, a la que pertenecen -entre otros- Paco Plaza o Jaume Balagueró. Quizá por eso me haya sorprendido tanto esta Retornados , no tanto porque sea una buena película sino porque desde luego, tampoco lo es mala. Su línea es la de la corrección, que en el cine de género ya es una barrera que muchos trabajos no consiguen salvar, consiguiendo un trabajo interesante sobra la figura del zombi desde un punto de vista más bien pandémico, con enfoque dramático y no tanto de terror. Así se planea la aparición de un virus (del que no se sabe su origen, ni falta que hace) que convierte a la gente en muertos en vida. Existe una vacuna para controlar la infección, pero obliga a los afectados a tomarla una vez cada día. De lo contrario, mutarán sin posibilidad de volver atrás.
¿Qué hace bien Manuel Carballo? Para empezar, crea con suma facilidad una ambientación válida, en la que todo lo que pasa tiene una razón de ser. Lo cual no significa que el guión sea perfecto y que cada situación tenga un sentido absoluto, pero desde luego no chirría tanto (salvo cierto bloque en un parking) como suele ser habitual. Habría que sumarle una dirección más que eficiente, con algún plano secuencia cuidado a la manera de Scorsese (esto es, pasando de personaje a personaje y midiendo los espacios para definir las acciones) y un buen trabajo manejando a sus actores principales, con Emily Hampshire a la cabeza. ¿Qué hace mal? Bueno, la introducción de ciertos flashbacks da algo de vergüenza ajena y en su necesidad de un final que consiga sorprender al espectador añade varios minutos innecesarios que rompen un clímax conseguido hasta entonces. Retornados no es una gran película, y se limita a ejecutar con corrección muchas de sus ideas. Si además le sumamos algo de mala leche nos sale una cosa curiosa, que no emociona ni molesta ver, que no cambiará el subgénero pero que tampoco le hará daño. Correcta.
Lo que a primera vista parece una historia más de zombis, huidas en masa y algo de casquería, al final resulta un thriller emocionante, más preocupado en contar una historia que en innovar en el género de terror, y con su eslogan No son zombis, tampoco humanos os podéis hacer una ligera idea, aunque cuidado, porque puede ser errónea. Aunque Carballo no consigue escapar de algunos convencionalismos, crea una atmósfera bastante propicia para encandilar a un público general, una atmósfera que va atrapando, empezando muy suave al principio y terminando en un estallido de emociones, todo ello sin atropellarse ni apabullar, sino de una manera sosegada, manteniendo un control moderado en el ritmo, algo bastante infrecuente en películas de este estilo, y eso es de agradecer, al igual que el suave reguero crítico social que va dejando a su paso.
La historia va de menos a más. Comienza con una introducción confusa, dispersa, pero poco a poco va hilando esos retazos de imágenes donde nos presenta a sus personajes, misteriosos al principio y cada vez más abiertos según avanza la trama, avance del que nos hace partícipes no sólo en sus imágenes, sino en la psique de sus personajes que desarrolla de una forma correcta, pero no magistral, ya que cae en algunas trampas (evitables a mi parecer), nada grave en el fondo, ya que consigue concluir todo (o no concluirlo, según se mire) de manera bastante satisfactoria. Si algo hay que destacar de su interesante reparto es la expresión y la tranquilidad de Kate, personaje interpretado por Emily Hampshire. Si bien Kate es un personaje común, sin florituras, sin escenas o actitudes imposibles que sí hemos podido ver en otros personajes como el Brad Pitt de ‘Guerra Mundial Z’, es precisamente esa sencillez del personaje la que le convierte en algo más real, un personaje que puedes creerte de una manera más verosímil o no, pero que en cierta medida consigue convencer, y le da fuerza dramática a la historia. En ese aspecto, su compañero en pantalla, Kris Holden-Ried no se queda atrás, aunque el mayor peso recae sobre el personaje de Kate.
En definitiva, ‘Retornados’ resulta ser ese tipo de películas de las que no esperas demasiado más allá de un mero entretenimiento y al final encuentras una buena historia más allá del terror, que puedes llegar a creerte, y con la que, sorprendentemente, terminas disfrutando.
Para aquellos que busquen sorpresas más allá de un género.
Lo mejor: Un ritmo pausado y trepidante, y que depara alguna sorpresa.
Lo peor: Una introducción demasiado larga que le costará enganchar a cierto público.
Digo bien, original. Lejos de las clásicas matanzas perpetradas por los muertos vivientes (La noche de los muertos vivientes, El amanecer de los muertos, Guerra Mundial Z), Manuel Carballo (La posesión de Emma Evans) se ha adentrado con valentía en un género que ya parecía trillado para darle una novedosa vuelta de tuerca y conseguir un cinta fresca, que rompe todos los moldes hasta ahora conocidos.
En esta ocasión los zombis no son los protagonistas si no la excusa perfecta para crear una historia de amor e intriga con muchos tintes de actualidad. Retornados -cooproducción de España y Canadá- va más allá de la sangre, las explosiones y la violencia física de estos devoradores de carne humana. De hecho, este tipo de escenas son muy excepcionales durante la más de hora y media que dura el filme, algo que se agradece en una época donde las películas rebasan sin ton ni son horas y horas de metraje.
Como punto de partida, tras la presentación de los personajes clave, nos encontramos con un virus que ya ha sido atajado y controlado. Sin trampas, existe tratamiento y cura desde el minuto uno, pero eso sí costoso, lo que obliga a las autoridades a recortar su suministro (¿les suena?) con el consecuente peligro de expandir una enfermedad que convierte en zombi a todo el que ha sido contagiado.
A partir de entonces y de forma vertiginosa, el cineasta nos empuja a una lucha por la supervivencia donde se conjugan emociones tan simples como el miedo, el amor, la venganza y la traición. Toronto (Canadá) ha sido el principal enclave elegido por el director para el desarrollo de los acontecimientos, y eso se nota en la fotografía de una gran ciudad que acompaña al argumento.
El guión, pues, es bastante dinámico, aunque en algún momento sufre ligeros altibajos. El gran debe de esta original puesta en escena lo encontramos en unos actores -salvo a Shawn Doyle, asesino en serie en Frequency, desconocía a todos por completo- que no llegan a poner toda la carne en el asador. En muchas ocasiones están faltos de expresividad, y el único que llega a destacar en esa simpleza interpretativa y entiende a lo que se juega en la cinta es Kris Holden-Ried -sorprendente parecido con el cantante de Coldplay, Chris Martin-, en una más que decente interpretación de retornado .
En definitiva, Carballo ofrece algo más dentro de un género que se presta poco a la innovación, y eso verdaderamente se agradece. Con sus defectos y virtudes, Retornados se deja ver y consigue entretener, lo mínimo que se puede exigir de una película y que bien cuesta una entrada de cine.
Más detalles sobre esta y otras películas en mi blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
Lo mejor que puedes hacer cuando te enfrentas una película es no saber nada de ella. Si espectador ve Retornados sin saber nada se llevará una sorpresa incluso aunque piense que se trata simplemente de una película de zombis. Retornados es una suerte de extraño alegato contra la intolerancia disfrazada de falsa película de zombis que nunca pretende dar miedo. Técnicamente es impresionante, incluso se permite algunos travellings que quitan el hipo aunque toda esa perfección técnica ni mejora ni empeora el conjunto, eso es lo mejor, la técnica esta al servicio de la historia. El guión es magnífico e incluso da miedo pensar lo que podría haber hecho un director tan personal como David Cronenberg con estos mimbres, en realidad está claro que Manuel Carballo es admirador de Cronenberg, se nota especialmente en el tratamiento de todo lo referente a la tecnología y las enfermedades. Además, Manuel Carballo resuelve sorprendentemente bien la trama, con una simpleza y una claridad que permite al espectador salir del cine con media sonrisa dibujada en el rostro. Este drama social (con zombis) es toda una sorpresa, es intrigante, es inteligente y está fantásticamente bien rodada. ¿Qué más se puede pedir? Bueno, un poco mas de carne en el asador tampoco habría estado mal, se echa de menos que la excusa zombi nos regale algunas escenas (solo hay una en toda la película). El problema de esta película es que la excusa zombi alejará a los seguidores de los buenos dramas de esta rareza y en cambio la escasa presencia de zombis defraudará a los amantes de la hemoglobina y de las cabezas reventadas. A mi en cambio, me ha encantado.
Hace falta mucho valor (o locura) para rodar hoy en día una película de zombis, un género explotado hasta la saciedad, que reconozcámoslo, ha dado muy buenas producciones (se me ocurren, por ejemplo, 28 días después o Dawn of the Dead). Tanto es así que en los últimos años, si no fuera por la serie The Walking Dead o alguna cinta más que prescindible, era un género abocado al olvido, por hastío en su fórmula, que al igual que la inteligencia de los propios zombis, no daba más de sí. Por ello su director, Manuel Carballo, le dió la enésima vuelta a la tuerca para innovar, y vistos los resultados parece que lo ha conseguido.
Tras haberla podido ver en su preestreno la pasada semana, salí del cine con la certeza de que era la película de zombis que más me había agradado en los últimos 12 años, ¿el motivo? muy sencillo, no es una película de zombis. Valga la propia definición asociada a la descripción, que expone muy fielmente que los retornados no son zombis, que son personas infectadas por una desconocida enfermedad que les obliga a tomar una medicina diaria de por vida si no quieren convertirse en zombis (o lo que sea).
Aceptado y asumido este pretexto tan banal, la trascendencia que tienen estos infectados en la trama es mínima, casi circunstancial. Lejos de encasillarse en el típico largometraje de hordas de seres come-cerebros que devastan la humanidad a su paso, Manuel Carballo ha conseguido elaborar una compleja alternativa fundada entre dos géneros muy distantes, el thriller y el drama, otorgando a estos particulares zombis un papel secundario, más de justificación argumental que de protagonismo.
Estos dos géneros se distribuyen según la perspectiva ofrecida en cada momento, el objetivo de la historia que se transforma aleatoriamente de lo general a lo particular, siendo desde una tensa cuenta atrás, rebosante de perturbadora intriga, hasta una emotiva historia de amor y amistad, donde los más extremos sentimientos se imponen a las adversidades o sucumben derrotados por ellas, pasando por una evidente crítica hacia la sanidad pública y a la manera que tiene la sociedad de apartar o reciclar a determinados colectivos (llámense retornados o infectados de VIH).
Un trabajo digno de ver, te gusten o no las historias de infectados, ya que aporta otros sólidos motivos que la convierten en una interesante y (casi) reflexiva película, que proporciona gracias a su exquisita ambientación una razón de ser lógica, que no hace chirriar el sentido común del espectador.