Redención
Sinopsis de la película
Pese a haber gozado de gloria y de premios en su pasado, un luchador (Jake Gyllenhaal) ha caído en desgracia. Sin embargo, no se rinde y toma la decisión de mejorar su imagen por el bien de su mujer (Rachel McAdams) y su hija.
Detalles de la película
- Titulo Original: Southpaw
- Año: 2015
- Duración: 124
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Opinión de la crítica
Película
6.5
44 valoraciones en total
Hay una y muy sencilla razón por la que merece la pena hablar de Southpaw. Si esa razón no existiera, esta enésima película de boxeo y redención podría pasar desapercibida entre tantas y similares historias que nunca alcanzarán, jamás, ese vuelo épico y poético que tenía la gran obra maestra del género (Toro Salvaje), a la que tantas otras han intentado acercarse (Million Dollar Baby, The Fighter, Ali…).
Esa razón, sin la cual Southpaw probablemente no merecería la pena, no es su director, Antoine Fuqua, que siendo un director funcional, no destaca en su carrera por un enfoque especialmente original o novedoso en sus historias (la más destacada es Training Day, y en su currículo cuenta con cintas tan rutinarias como Olympus has fallen, El Rey Arturo, Lágrimas del Sol).
Inicialmente prevista como un vehículo al servicio de Eminem (del que se conserva un tema musical que acompaña un soberbio montaje sobre el entrenamiento del protagonista), que funcionase como metáfora del aciago camino personal del rapero, Southpaw encontró en su desarrollo la verdadera razón de ser de su historia: un protagonista que hace creer que nos encontramos ante una buena película.
No quiero decir que Southpaw sea mala, ni mucho menos. Consigue no caer en la sensiblería a pesar de buscar constantemente la redención de su protagonista. Consigue ser entretenida, e incluso emocionante, a sabiendas de que conocemos prácticamente cada giro de su guión desde el gran incidente que ocasiona la trama. Y en los combates de boxeo, Fuqua coloca y mueve la cámara de forma tan eficiente que por momentos consigue situar al espectador en el ring, y resultar impresionante no sólo en la sangre y los golpes, filmados tan bien que parecen reales, sino en una detallada exposición de la técnica del boxeo desde una posición estratégica.
Dicho todo esto, lo que de verdad importa de Southpaw es su protagonista, su personaje, su actor, el genio de Jake Gyllenhaal. Después de interpretaciones tan buenas como las que ha mostrado en los últimos años en End Of Watch, Prisioners, Enemy, y sobre todo, Nightcrawler, este actor, camino de convertirse en uno de los mejores del actual cine americano, retrata aquí a un hombre básico y roto, enamorado (de una Rachel McAdams de la que podría decirse lo mismo que de su compañero: su creación es extraordinaria, y su energía perdura en la película incluso cuando no está en pantalla, además de que True Detective y Spotlight van camino de convertirla en otro esencial del momento) y solo, capaz de cargar con toda la energía trágica de esta historia y de convencernos de que merece la pena verla, capaz de hacernos sentir compasión por una mole de músculos que portan tanto sentimiento, tanto dolor, y tantos detalles que hacen de su interpretación, una verdadera clase de genialidad, fuerza y capacidad de transformación.
No entiendo bien porque al tratarse de boxeo se piensa en Rocky o en otros títulos como The Fighter (grandes películas sin duda), acaso porque sea de boxeo se tiene que relacionar con otras películas? Yo veo en el titulo Southpaw (zurdo) no veo Rocky, es una historia diferente con buenísimos actores, disfruten y no comparen porque así podrán apreciar el buen cine.
Centrándonos en la historia de la película nos encontramos con Billy (Gyllenhaal) un boxeador que llega a lo más alto pero en un instante lo pierde todo y le cambia drásticamente la vida para mal. Se encuentra solo y en la miseria pero encuentra un entrenador (Whitaker) que le ayudara a volver a ser el que era. Todo lo ya escrito es lo formal pero va del coraje de un hombre, la alegría, el amor, el miedo, la cólera, la venganza, la tristeza, la desesperanza, el odio, la rabia, la furia, la ira, el sufrimiento, el perdón, la persistencia, la esperanza, la convicción y finalmente el auto-control. Todos estos sentimientos los tiene Billy.
En cuanto a la ficha técnica y artística, gran Fuqua (Training day, El tirador) como siempre no desmerece, un ritmo bien llevado, la secuencia de la pelea final está muy bien filmada no se mueve tanto la cámara de un lado para otro y los ángulos son excepcionales.
El guion es lo que manda pero eso sí sin el reparto que es impresionante no estaría tan bien llevada a cabo. Jake Gyllenhaal da un recital interpretativo físicamente y mentalmente espero que tenga su próxima nominación al Oscar, cambia su acento para meterse en el papel de ser el deportista que se dedica al deporte, que no tuvo educación que se cría en el sistema sin padres. Le siguen Whitaker que esta genial con sus frases, McAdams tierna y sensata, Naomie Harris da la sensación de estar por estar podría haber dado más y aparece un sorprendente 50 Cent no me lo esperaba así.
Respecto a la música y a la fotografía no hay ninguna pega. Ambas son impresionantes Mauro Fiore(oscar a la mejor fotografía Avatar) es un genio con el ambiente que crea, el tono de luces y grises hace que hasta tu mismo te metas en el papel.
En el soundtrack hay grandes temas de Eminem y 50 cent. La Banda Sonora es del genio James Horner que por desgracia nos ha dejado y este ha sido su último trabajo, pero no se ha ido en vano porque nos ha dejado un montón de preciosas bandas sonoras con las cuales le recordaremos siempre. Con el trabajo de todos estos genios se hace el buen cine, sería un error no ver esta película.
En conclusión, es una excelente película que te deja muchos mensajes y te enseña. Eso sí, sino te gusta llorar no la veas porque toca todos los palos para que sea inevitable que acabes soltando alguna lagrima pero es un drama y es lo normal. Lo mejor de todo es que te mantiene atento las dos horas de película. El único punto negativo es que sabes cómo va a acabar desde que aparece Whitaker. P.D: Véanla en V.O así disfrutaran del acento de Gyllenhaal.
Un argumento muy trillado: gran triunfador que recibe un golpe durisimo en su vida, caerá en la miseria y vivirá un infierno pero luchará y lo dará todo por su hija. No tiene la fuerza de Rocky, pero entretiene sobre todo gracias a un gran Gyllenhaal que se come la pantalla. Para fans del actor y enamorados del boxeo.
Billy Hope (Jake Gyllenhaal) es un boxeador en lo más alto de su carrera, tiene todo lo que alguien puede desear, una mujer que le quiere (Rachel McAdams), una hija que le admira (Oona Laurence) y el incondicional afecto del público, pero toda su vida cambia drásticamente cuando su mujer recibe un disparo en medio de una pelea.
Si bien su argumento puede parecer olvidable sobre el papel, en absoluto lo son sus interpretaciones, encabezadas por un Gyllenhaal por el que podría pasarme días deshaciéndome en halagos y quedarme corto, apoyado por la omnipresente Rachel McAdams y por un Forest Whitaker que parece incapaz de hacer un mal papel. Digno de mención aparte el cambio físico de nuestro protagonista, el cual estrenaba hace menos de un año Nightcrawler con 20 kilos menos de los que pesa en Southpaw.
Por difícil que parezca, el desarrollo de Southpaw es todavía más simple y convencional que su premisa. Tan predecible como pueda parecer y más manipuladora sentimentalmente hablando de lo que podría dar de sí la trama, no obstante, es tan asquerosamente entretenida que hace que te olvides de que lo que estás viendo ya lo has visto mil veces antes. Que ni su drama es tan puro como el de Warrior (2011), ni su épica llega a la del mítico Rocky, pero cumple con nota su trabajo y su conjunto funciona como un todo más que polivalente.
Respecto a lo menos destacable de la película, podríamos limitarlo a Fuqua. Sí, su trabajo con los actores es digno de elogio, así como la elección de esa maravilla de banda sonora que quedará para la posteridad como el último trabajo de James Horner. No obstante, los intentos de autor en forma de recursos innecesarios y algún que otro plano que baila peligrosamente por el eje de acción, chirrían sobremanera en un largometraje cuya principal característica es ofrecer simplemente una historia de las de siempre con una factura tanto artística como técnica notablemente superior.
Si bien podríamos decir que la calidad de la película en general dista de estar a la altura de las actuaciones de su reparto principal, conviene recalcar que en su conjunto sigue siendo un producto más que a tener en cuenta. Sí, puede que su dirección no sea la más acertada de la historia, que su guion no sea el paradigma de la complejidad y que técnicamente hablando sea simplemente eso, una más, pero, ¿qué más da? la perfección es aburrida y Southpaw no lo es. Dejad de buscarle complicaciones al séptimo arte y limitaos a juzgarlo por lo que es, una forma de evasión, de placer, de diversión, áreas en las que Southpaw aprueba con muy buena nota. Apta para cualquier persona, sea cual sea el momento. Sin ningún complejo ni más pretensión que la de disfrutar de buen cine del de siempre. Buscad una butaca cómoda y preparaos para disfrutar.
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Me pasó con Southpaw igual que con Whiplash. Son dos películas que tuve que quitar el tráiler a los treinta segundos porque estaban llenos de spoilers por lo cual quería reservarme la tensión y otras emociones para cuando las viese y efectivamente hice bien porque la sorpresa y la tensión abundaron en sus visionados. Evidentemente la cinta de Fuqua no es comparable a la de Chazelle. Fuqua logra uno de sus mejores trabajos, de los más emotivos y fuertes emocionalmente hablando sobretodo en su primera hora arriesgada y con un mensaje claro y realista. Vemos el lado más humano del personaje de Gyllenhaal quien se transforma en un boxeador violento y cabreado que empieza a perder todo lo que tiene en estima en principio. Southpaw es el paso del triunfo a la derrota de la noche a la mañana y por supuesto del ascenso. Los tópicos son sangrantes pero están bien expuestos gracias a la fabulosa y emotiva banda sonora de James Horner (atentos a los créditos finales) y las interpretaciones realmente memorables aunque no novedosas ya que Whitaker está pletórico casi al nivel de Jake pero es inevitable no compararle con Burgess Meredith en Rocky. Antoine Fuqua filma las escenas de boxeo con buen pulso, intensas y emocionantes. No es su mejor película ya que ciertas situaciones se sienten forzadas y manipuladas a nivel dramático y narrativo aparte de la poca implicación moral de la niña en el acto final pero si resulta un ágil entretenimiento con actuaciones bastante potentes.