Quinqui Stars
Sinopsis de la película
Película en la frontera entre el documental creativo y la ficción, que comienza en los años de las transformaciones ocurridas entre los años 70 y 80 en las barriadas periféricas de Madrid, que afectaron a muchos jóvenes y les abocaron hacia la delincuencia. Todo ese proceso de cambios sociales, políticos, económicos y urbanísticos en los barrios obreros y el modo de vida de los jóvenes de la periferia son un documento histórico que nos ayuda a trazar un imaginario de lo que ocurrió entonces y lo que somos ahora. Un fenómeno cinematográfico, el de la delincuencia juvenil, que vivió su momento de apogeo con películas como ‘Navajeros’ y ‘Colegas’, de Eloy de la Iglesia, ‘Perros callejeros’, de José Antonio de la Loma, y ‘Deprisa, deprisa’, de Carlos Saura.
Detalles de la película
- Titulo Original: Quinqui Stars
- Año: 2018
- Duración: 126
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Opinión de la crítica
4.9
100 valoraciones en total
Por la única crítica que tiene se ve que este documental ha pasado sin pena ni gloria. Y es una pena porque tiene momentos muy conseguidos y El Coleta es un personaje interesante, aunque se le vaya la olla de vez en cuando.
Lo estropea casi todo ese discurso simplista, manido y que no conduce a nada, como que todo está podrido, que sigue el franquismo (¿también con comunistas en el Gobierno?), que nadie hace nada por nadie. En esto tiene toda la razón Cinemagavia. Un poco más de sentido crítico y de cultura de la buena habría hecho de esta obra algo digno de recordarse. Porque el cine quinqui, aunque muy mitificado (y fue una moda) dejó cosas valiosas.
Como aficionado al cine quinqui, no pude dejar pasar este título. Comencé a verla con la esperanza de que no metiesen mierdas de género y mamandurrias posmodernas pero en el minuto 7 aparece José Sacristán con la boca pelada de felar a la PSOE. A los pocos minutos no sé qué de un grupo de trap feminista comentado por dos indepes catalufas. Y aquí terminó este bodrio para mí.
Lo quinqui en tiempos del trap
Aunque el título nos haga creer otra cosa, Quinqui Stars no sólo es un documental sobre el popular cine quinqui. Más bien es una película que intenta jugar a varios niveles de realidad. En un principio tenemos el planteamiento de un documental sobre la música en el cine quinqui realizado por el mítico cantante El Coleta. Luego la película cambia radicalmente de personajes y emplazamiento. Nos vamos a Barcelona donde una periodista está investigando sobre el cine quinqui, su correspondencia con el trap actual y la situación vivida en nuestros días en Cataluña, vamos, un follón de narices.
Sin duda alguna lo más interesante del film es la parte protagonizada por el cantante morataleño. Parece ser la única persona durante todo el metraje que sabe y le interesa de verdad el cine quinqui. Pese a que haya momentos de interpretación de echarse las manos a la cara, El Coleta sale bastante airoso del asunto. Su trama, entre la realidad y la ficción nos muestra la de una persona en un continuo debate, no sólo por la supervivencia sino por su propia ética. ¿Se puede ser quinqui y ser feminista? Obviamente no, lo quinqui al igual que toda la sociedad de la época era machista. Buena parte del trap también podría serlo. Como vivir en tiempos de continuas contradicciones es lo que encarna aquí el personaje.
Vendernos la moto… o robárnosla
Es una pena que una película con tanto potencial quede al final como un experimento fallido del doctor Frankenstein. Ya que en Quinqui Stars se reúnen todos los tópicos de la política actual Es que todos los políticos son unos hijos de puta, todos nos roban o esto de la democracia es lo mismo que el Franquismo, sinceramente creo que la película podría tener un mensaje más elaborado. Comparar la época quinqui con la escena trap del momento es facilón ya que jamás se acabó con las diferencias de clase y menos en España.
Pero que podemos esperar si seguimos anclados en el casposo discurso naturalista zolaniano. Pues cuando se nos presentan a estos jóvenes de barrio dedicados al trap y a otros asuntos siempre se acusa al estado y la sociedad de que es su culpa. No se a quien pretenden engañar en la película que se queda aislada en un grupúsculo de gente del barrio. Cuando una barriada es muchísimo más plural y por lo general, trabajadora.
Y por otro lado… ¿A que viene este discurso salvacionista? ¿Como una periodista entrada en años que está ya lejísimos del barrio, va a hablar de chicas y chicos de 18 de un modo tan intelectualoide? Ya avisamos de que no hay respuesta.
Conclusión
Durante los eternos 129 minutos de metraje tenemos la sensación de que estamos viendo una obra hecha gracias al montaje ya que no existe cohesión ninguna en sus argumentos. Osea que todo barato, poco quinqui y mucha duración, claramente no hemos digerido nada bien Quinqui Stars.
Escrito por David Dominguez Martínez
https://cinemagavia.es/quinqui-stars-pelicula-critica/
El cine quinqui fue mal considerado durante décadas. Sin embargo llenaba las salas. Puede ser cierto eso de que hay cine de ricos y cine de pobres. El controvertido escritor y filósofo rumano Emil Cioran vaticinó que el futuro pertenece a las barriadas periféricas del globo , o también afirmó que se adquiriría un mayor conocimiento sobre la vida siendo barrendero, que dedicándose a los estudios filosóficos. Empiezo con Ciorán que era en cierto modo un marginado, alguien a quien le costaba mucho integrarse.
El quinqui es igualmente marginal, limítrofe, como aquellos jóvenes setenteros a quienes les tocó el final de la dictadura con el regocijo y la inconsecuencia de la droga, los coches robados, la experiencia de ser perseguidos por la policía, aquellos jóvenes del tirón al bolso y a correr porque había que comprar caballo o cualquier otra mierda para meterse un chute.
Tenemos en España a un importante cineasta social, Juan Vicente Córdoba, quien en 2016 recibió un premio Goya 2016 al mejor cortometraje-documental por Cabezas habladoras, donde personajes de la vida cuentan ante la cámara sus aspiraciones y sus sueños.
Córdoba es el director de esta película, la última afín al subgénero quinqui, Quinqui Stars, en la frontera entre el documental creativo y la ficción, que arranca en las transformaciones habidas entre los años 70 y 80 en las barriadas periféricas de Madrid, y sus repercusiones en una juventud camino a la delincuencia.
Hace sólo unos días escribió en la prensa: En los 70, en Entrevías-Vallecas, el descampado brillaba como el espacio quinqui en los límites de la ciudad. Entre los terraplenes, los vagones y las vías, los quinquis pasábamos el tiempo peleando al calor de una hoguera subidos a un Seat 124 bebiendo litronas, fumando canutos y escuchando el casete. Éramos rebeldía y marginalidad. En mi barrio, Santi el Loco, el Munster, el Roger, el Tejera eran como el Torete, el Vaquilla, el Manteca, el Mandarina, el Fitipaldi, el Pesicolo y el Jaro (…) una cultura popular de barrio tardofranquista dominante de hormonas masculinas donde la mujer solo era un objeto de deseo. Un tiempo violento y fugaz.
Juan Vicente Córdoba en este gran documental hace paralelismos entre pasado y presente, con el barrio como patria. La cinta sigue los pasos a Ramsés Gallego, El Coleta, un músico rapero en precario empeñado en hacer un documental sobre la música del cine quinqui, con Los Chunguitos como paradigma. El Coleta rastrea las huellas del espíritu contracultural de las películas de De la Iglesia y De la Loma. En el camino se encuentra gente diversa: supervivientes de la época, eruditos en la materia y movimientos contestatarios y feministas.
La sensación que se saca es que los auténticos problemas sociales de exclusión y marginación siguen ignorándose y que los actuales quinquis visten de manera elegante con traje y corbata.
Hablamos de un tiempo de mucho paro, pocas ayudas a los desempleados, mucha transgresión y jóvenes que adoptaron la forma de actuar de aquellos pandilleros reales y del celuloide, jóvenes convertidos en fantasmas cuando la heroína empezó a entrar a saco con su estela de muerte y desesperación. Afirma Vicente Córdoba que: No existimos por nosotros mismos, sino por los elementos que han rodeado nuestra formación.
Decía Eloy de la Iglesia que él sufría «un mimetismo de lo escabroso» o vértigo de lo marginal y escabroso, a la vez magnético. Córdoba toma nota de las enseñanzas del maestro, de De la Loma y de Saura en un intento de recuperar el cine hiperreal, agresivo y repudiado por los bien-pensantes. Ese relato que la Transición dejó de lado por sucio y crudo. El filme construye una intensa, emotiva y sobre todo visceral apología de los límites. Una reivindicación nostálgica de aquella forma de enfrentarse a la vida más dura, especie de actualización del discurso quinqui.
En el director de esta cinta ha habido la necesidad de ordenar su vida y su mundo, lo que le ha llevado a recuperar el movimiento cinematográfico quinqui, tan infamado por la clase bien como cine de delincuentes y chorizos, sin tener en cuenta que es un cine que bebe de la necesidad de afrontar nuevas formas del compromiso.
Además, lo que ocurría en los años 70 u 80 ha cambiado, pero la situación sigue siendo bastante preocupante: fracaso escolar, violencia de género, inmigrantes extranjeros, etc. Por lo tanto, lamentablemente vigente.
Quiero señalar en legítima asociación, la hermandad de esta cinta con otra de 2016 de título Criando ratas de Carlos Salado, comentada en estas páginas: https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/559502/577407.html
Siempre me ha gustado el cine quinqui, poseía cierta frescura en ese entorno marginal y extremo de la delincuencia callejera, por el que se movía.
Me pareció algo atractivo y a la vez novedoso, que un documental abarcase un periodo cinematográfico donde se rodaron bastantes películas quinquis, gestionando aquel momento para mostrarlo, haciendo comparativa con el actual.
Desde luego nos encontrábamos ante un proyecto arriesgado y atractivo… y así fue, el riesgo que corrieron terminó devorando la idea inicial, al concluir en una mezcla de historias entre reales y ficticias, salpicadas con escenas de películas de aquel peculiar cine.
Muy larga y a la vez dispersa. Una lástima que no se hubiera centrado más el proyecto, sin desligarse tanto del concepto original. Considero que en busca de ofrecer algo novedoso, se olvidó el lugar de donde partía.