Quiero ser humano (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2008-2013). 5 temporadas. 37 episodios. Narra las aventuras de dos amigos que trabajan en un hospital de Inglaterra, Mitchell, un joven y atractivo vampiro, y George, un hombre lobo que sufre su transformación cada luna llena. Al mudarse juntos a un apartamento conocerán a Annie, antigua inquilina, ahora fantasma. Los tres, más allá de su condición, quieren vivir como gente normal, aunque lo monstruoso constituye parte fundamental de su naturaleza. Sólo ellos saben lo difícil que resulta refrenar los impulsos más elementales, como beber cada tanto sangre humana o correr desnudo por el bosque para aullar a la luna llena.
Detalles de la película
- Titulo Original: Being Human (TV Series)
- Año: 2008
- Duración: 60
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Opinión de la crítica
6.4
33 valoraciones en total
De lo mejorcito que he visto últimamente. Puede que haya un sinfín de series y películas sobre el mismo tema, pero creo que ésta sabe enganchar al espectador desde el primer momento. La recomiendo encarecidamente en versión original, aunque de momento creo que es la única manera de verla
Estos monstruos, o seres sobrenaturales, toman mucho té porque son británicos. La serie entera es muy inglesa. Transcurre en Bristol y tiene como protagonistas a un vampiro, un hombre lobo y una chica fantasma. Para que nadie se lleve sorpresas o digustos, aclaro que los actores del episodio piloto no se mantienen, exceptuando el hombre lobo, George. Por suerte, porque George es mi favorito.
Es una serie sobrenatural pero a la vez es una comedia. Si bien algunas de las tramas son un poco absurdas, se le perdona porque es una serie con chispa. Inmediatamente conectas con los protagonistas, incluso con los que no te caen muy bien.
Mitchell es un vampiro de esos que cada vez que matan a alguien se sienten fatal. Es majo, pero cansa un poco que se atormente tanto por todo. También es un poco blandengue, pese a su pose de chulo piscina. Siempre lleva los mismos guantes y eso me parece una guarrería (por favor, fijaos en ese detalle, porque los lleva a todas horas). Tened en cuenta que me estoy refiriendo al Mitchell que sale a partir del capítulo 2, no al del piloto.
George es un hombre lobo y lo lleva fatal. Es muy sensible, por lo que le cuesta asumir que una vez al mes se convierte en una bestia sin escrúpulos. Es adorable y simpático, y sin duda es la fuente de casi todas las situaciones cómicas/entrañables de la serie.
Annie es una chica que murió (no os diré cómo) y que se convirtió en fantasma. Vive en la casa a la que George y Mitchell se mudan. Annie es muy pesada, insistente, y a veces irritantemente optimista, teniendo en cuenta que está muerta.
Si la serie peca de algo es de no tener muy claras las normas sobrenaturales que se aplican. Cogen un poco de aquí y de allá. Por ejemplo, vemos que a los vampiros les molesta la luz del sol, pero aun así, pueden estar perfectamente al aire libre en pleno día, y de hecho hacen vidas normales. Comen y beben como los humanos, y si no chupan sangre no se mueren, sino que les entra un mono terrible. Aunque la sangre no es su único alimento, matar es su impulso principal. Se respeta lo de tener que ser invitados para poder entrar, y lo de morir estacados o decapitados, también les hacen daño los objetos sagrados.
Los hombres lobo infectan a alguien con un simple arañazo, en esta serie, su fuerza sobrehumana y su agresividad sólo tienen lugar cuando hay luna llena, y el resto del tiempo son personas normales. Se nos da a entender que cuando se aproxima la luna llena se agudizan sus sentidos y tienen más fuerza (algo así como un síndrome prelunar), lo que más logrado está es el dolor que supone la transformación. Sinceramente, en esas escenas yo siempre he tenido que apretar los dientes. No se convierten en lobitos bonitos como los de Crepúsculo, sino en monstruos peludos, feos, babeantes y horribles.
En serio, dadle una oportunidad a esta serie. Tiene un no sé qué que puede enganchar mucho.
Desde hace algunos años, el boom de los vampiros y hombres lobo no deja de crecer e inundar las salas de cine, y ahora al parecer también, las salas de teatro y la pantalla de TV. Los ingleses además, han añadido un nuevo elemento en el coctail, y han decidido añadir una fantasma al dueto chupasangre-lobuno, que al parecer está dando frutos.
Estos 3 personajes compartiendo piso dan mucho de si. En la versión británica, el hombre lobo, George, es extraentrañable, un chico tímido y bonachón que va evolucionando a buen ritmo a lo largo de la historia. Hace una excelente interpretación en las escenas de transformación cuando hay luna llena, pues se retuerce como un loco y chilla como un cerdo, perdón, como un lobo, dándole mucha personalidad y autenticidad a su personaje. Annie, la fantasma, es más o menos constante a medida que pasan los capítulos, y su gracia reside en su sonrisa y en su simpatía que le dan carisma a la serie. A Mitchell, aunque es el guaperas de el grupo, le falta chispa y un poco de fuerza, para ser el vampiro y lo temible que se supone que es, no da nada de miedo, aunque tenga la excusa de que se ha propuesto ser un vampiro bueno.
La serie es entretenida, les cojes cariño a los personajes e incluso a la novia de George, Nina, que se vuelve indispensable en este mix sobrenatural. Eso sí, si buscamos coherencia, esta no es la serie. El guión padece de mil agujeros nada creíbles, situaciones resueltas con calzador y con chapuzas, y con cambios de personalidad bruscos. Personajes que pasan de ser amigos a enemigos como si de bipolares se tratase, del palo: Ayer eras mi peor enemigo, hoy estamos chupando sangre juntos.
Personajes secundarios algunas veces mal escogidos, y ritmos desiguales que te conducen a lo largo de la historia. Aún así, y partiendo de la premisa de que este trío es de por si absurdo, si te gusta la serie y te engancha lo sobrenatural, perdonarás estos fallos sólo por verles vivir sus aventuras por las calles inglesas cada semana.
El planteamiento es interesante aunque banal, pero se gana al espectador con unos personajes bien trabajados por los actores (especialmente Russell Tovey), pequeñas ideas e historias brillantes (que podrían dar más de sí dentro de un guión algo plano) y la combinación de las habituales situaciones dramáticas con el humor absurdo más británico posible.
Continuos guiños a la británica condición de la serie pueden resultar agobiantes. Sí, ya sabemos que los ingleses toman té.
Cuando vi el piloto de esta serie me encantó, la mezcla de comedia irónica con toques de humor negro y el drama con toques sobrenaturales. A ello contribuye su puesta en escena, con una estética y fotografía entre melancólica y sombría, y la atmósfera de misterio cotidiano que consiguen crear. Pero sobre todo se debe a dos actores muy solventes, el vampiro original, con enorme carisma y presencia, y la chica fantasma original, perfecta para el papel por su enfoque del personaje , como de persona desconectada del mundo, lo que le daba un matiz de alienación al personaje muy interesante.
Sin embargo, la serie final, por lo que llevo visto, pierde todas esas cualidades. Se mantiene un planteamiento que genera interés y guiones mas o menos sólidos, pero en mi opinión, pierde el encanto. Los sustitutos para el vampiro y la fantasma están muy por debajo, parece que los personajes se han normalizado, como si en un intento de acercarlos a una audiencia mas amplia los hubieran hecho mas estereotipados, y la fotografía se vuelve similar a la de las series mainstream. Para el hombre-lobo tienen el acierto de mantener al actor del piloto, que nos da los mejores momentos de la serie.
Tendré que darle alguna oportunidad mas, pero no puedo dejar de pensar en la gran serie que habría sido con esa chica fantasma con thirty angst y ese vampiro existencialista, y la química que se creaba entre los tres, mejor no sigo…