Pinocho
Sinopsis de la película
Un anciano llamado Geppetto fabrica una marioneta de madera a la que llama Pinocho, con la esperanza de que se convierta en un niño de verdad. El Hada Azul hace realidad su deseo y da vida a Pinocho, pero conserva su cuerpo de madera. Pepito Grillo, la conciencia de Pinocho, tendrá que aconsejarlo para que se aleje de las situaciones difíciles o peligrosas hasta conseguir que el muñeco se convierta en un niño de carne y hueso.
Detalles de la película
- Titulo Original: Disneys Pinocchio
- Año: 1940
- Duración: 87
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Opinión de la crítica
Película
6.8
75 valoraciones en total
Un día para poder olvidarme de los problemas del día a día me dije a mí mismo: voy a verme una película infantil y poder evadirme de los problemas diarios y poder volver a ser un niño de diez años.
Y bueno mi elección fue perfecta pues elegí un clásico inolvidable y de esas historias que todos conocemos.
Pinocho me ha hecho disfrutar y sentirme como un niño, es una película que tiene esa magia especial todavía de transportarnos a los mayores a otro mundo y poder ser una vez más niños de nuevo.
Es un auténtico clásico del que hoy en día extrañamos pues el cine de animación ha cambiado sus rumbos olvidando la inocencia que antes poseía y sobre todo robando al niño de ahora la inocencia que antes teníamos.
Cuando he visto los primeros minutos de la película, su ambientación, los personajes, el pueblo, la colorística…un sin fin de cosas que te hacen extrañar esa infancia que tuvimos con un cine inocente y lleno de valores en sus personajes…una pena el ver como la tecnología crea personajes tan reales que parece que acabaran sustituyendo a los personajes de carne y hueso.
Pinocho es la preciosa historia de las ilusiones de un hombre por tener un niño al que querer y poder dar ese cariño que da a sus relojes de madera y sus juguetes a la vez que a dos preciosas mascotas en una casa de ensueño y sencilla en un precioso pueblo al que a todos nos gustaría estar en ciertos momentos.
Unos dibujos que me han sorprendido pues tratan una de las cosas más complejas del ser humano, la conciencia para distinguir el bien y el mal, conciencia olvidada hoy en día.
Me ha sorprendido como en unos dibujos hechos para niños trata un tema tan complicado pero tratado con una sencillez entendible para todo el mundo, otra cosa es que no le queramos hacer caso.
Un clásico de Disney obligatorio de ver y tener a cualquier edad, pues nos transporta a nuestra infancia y veremos además valores que con diez años no pudimos apreciar.
Hijo único.
Padre carpintero.
Se va de casa.
Era hombre pero no era hombre.
Se le da por muerto y vuelve a la vida.
¿Pinocho? ¿Seguro?
Pero, ¿todas las voces interiores son iguales? ¿Todos compartimos una misma conciencia sobre el Bien y el Mal? El debate es más divino que humano, pero está claro que en «Pinocho» entienden que la conciencia del ser humano es la mejor guía para andar por la vida, confiando en que si la escuchas atentamente terminará siempre por mostrarte el buen camino.
A esa vida maravillosa y trágica despierta la marioneta Pinocho gracias al milagro de un hada que vive en las estrellas. Como conciencia física tendrá al antológico Pepito Grillo, personaje encantador que nos narra esta surrealista, enigmática, emotiva y fantástica historia de superación, aprendizaje, maduración y amor. Estos valores ya no interesan. A los niños ya nadie les advierte que lo bueno parece malo y lo malo bueno, que ser sincero es un acto de valentía, que la generosidad es un principio básico y que lo humano no es ser un mamífero con cerebro racional. Pinocho es humano mucho antes de ser un niño.
Disney despliega una animación insuperable. Me río yo del avance virtual de las productoras actuales, que no han inventado ni mejorado nada por mucho que se insista. En «Pinocho» el fondo marino tiene un color y una vida que fluye como la mismísima naturaleza salvaje y esa ballena imponente se presenta aterradora por su impecable realismo pincelado de creatividad. Qué capítulo más increíble. No solo eso, sino que es asombroso el tratamiento cinematográfico de la película, que incluye travellings o planos secuencias como si de cine real se tratase. Esto es muy grande.
Una obra deliciosa. Bella y mágica. Siempre vigente y siempre recordada.
En sus primeros años de animación, Walt Disney hizo lo mejor y ya nunca superado: Blancanieves, Pinocho, Bambi, Dumbo,… una tras otra las obras maestras se acumulaban en forma de dibujo animado pero con mensajes e historias ocultas que eran lo que realmente le daban ese salto de calidad. En esta, para mi la mejor película, el mensaje principal es maravilloso: el paso de la infancia a la madurez, como convertir a un niño de madera en un niño de verdad. Para ello deberá saberse comportar, no lo será mientras mienta o fume o juegue todo el día, será maduro cuando aprenda a respetar a los demás, a ayudar a su padre y cuando comprenda lo que le espera a una persona en la vida adulta, sólo entonces Pepito Grillo (o la conciencia) estará tranquila.
Hoy me ha dado por revisionar este clásico de la animación infantil y la he encontrado muy fresca pese a hacer casi setenta años de su realización. Creo que cualquier niño puede verla hoy e interpretar igualmente las ideas que ofrece, yo la recomendaría a cualquier padre de familia. Porque ningún adulto guarda un mal recuerdo de Pinocho, porque todos los adultos la hemos visto de niños, porque cuando leo que se ha hecho en 1940 sé que voy a ver el resultado de una forma de trabajar extinguida, cuando el papel y la tinta de ayer son los monitores y píxeles de hoy… porque quisiera volver a ser un niño.