Pie de página (Footnote)
Sinopsis de la película
Footnote es la historia de una gran rivalidad, la que mantienen un padre y su hijo. Ambos, profesores excéntricos que se dedican en cuerpo y alma a su trabajo. El progenitor parece un terco purista que desprecia los parabienes del stablishment mientras que Uriel, su hijo, se esfuerza en la búsqueda de reconocimiento y elogios. Pero un día, las cosas cambian cuando el veterano maestro es erróneamente premiado con el honor más valioso que se pueda recibir. El joven se debate entre el orgullo y la envidia. ¿Será capaz de sabotear la gloria de su padre?
Detalles de la película
- Titulo Original: Hearat Shulayim (Footnote) (Foot Note)
- Año: 2011
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
6.4
83 valoraciones en total
Sátira sobre los prestigiosos estudiosos del Talmud. Humorada sobre el mundo académico israelí. Los eruditos como niños.
Lucha de egos centrada en el enfrentamiento padre-hijo. El primero es un fanático de sí mismo y sus investigaciones, capaz de matar por una coma mal puesta o un dato erróneo. Perdedor patético que después de treinta años dedicados a una gran novedad filológica sufre a última hora el adelantamiento de un colega-rival con más suerte. Tipo egocéntrico, vanidoso, obsesivo e intransigente hasta el paroxismo. Su hijo es más flexible, atemperado y cobarde (así lo define su mujer con implacable objetividad). El conflicto que desencadena la tragicomedia se produce por el error : querían darle el premio al hijo y se lo otorgan al padre. A partir de ahí entramos en un mundo absurdo y tortuosamente enrevesado de conversaciones desquiciadas y eternas, en una cascada de especulaciones y ambigüedades y, sobre todo, en una guerra desaforada de hombres ridículos y orgullosos que se guardan odios homéricos.
Discusión y juego. Retorcimiento intelectual y broma. Finura y sutileza.
Duelo a muerte entre el científico y el menos riguroso, entre la tradición y la apertura, entre el dogma asfixiante y la mayor amplitud de miras. El puritanismo de la tradición detesta la frívola modernidad (se niega a ceder el relevo), la siempre repetida lucha generacional, el inmovilismo contra lo nuevo: el negarse a aceptar el paso del tiempo y no querer retirarse.
Brillante ejercicio de inteligencia e ingenio que queda empañado por la pirueta narrativa, el director, en su intento de ridiculizar y caricaturizar, utiliza la distancia irónica a través del juego formal y el retorcimiento estilístico (se utiliza en exceso la banda sonora), forzando demasiado, tensando tanto la cuerda que acaba agotando al espectador. A esto hay que sumar el afán por mostrarnos la mente trastornada del padre, nos hacen ver las cosas a través de su enfermizo filtro, ese autismo que queda resumido en esos cascos que se pone para ahondar su separación del mundo, su desconexión, la fortaleza inexpugnable que le aísla y le convierte en un ser minúsculo que da pena e irrita. Estos dos factores enmarañan, enturbian y entorpecen el fluir de la historia. No hacía falta tanto barroquismo teniendo un guion tan poderoso.
La película presenta y posteriormente olvida a las dos mujeres de los protagonistas y al hijo-nieto. Las esposas se quedan en meras espectadoras del combate paterno filial, la joven con una actitud más crítica y la vieja más resignada y comprensiva.
Ante todo quisiera expresar mi desacuerdo con aquellos que, por fuera del spoiler , cuentan el argumento – incluyendo detalles substanciales – de esta o cualquier otra película. Notas a Pié de Página (tal como la traduciríamos al español), parece una película en la que se juega un conflicto edipíco, una rivalidad padre-hijo acentuada por el hecho de dedicarse ambos casi a lo mismo. Sin embargo, en el final uno entenderá que el tema medular es la actitud del investigador , la metodología científica como ética al servicio del conocimiento. Y con ello entenderá el final (y la decisión que hace presente allí al personaje).
Engaña el director con cierto tono de comedia – p.e. la música, de características lúdicas -, siendo que es un profundo drama en el que los personajes padecen por cuestiones inherentes a sí mismos, así como por conflictos de relación. La película fué nominada al Oscar a la mejor película extranjera, lo cual le da jerarquía per se . Y si bien es algo tortuosa y displacentera, su temática, por cierto original e interesante, coadyuva a calificarla de buena, invitando a verla. La recomiendo.
Drama familiar y personal bien plasmado pero sin mucha profundidad que inicia de una forma muy ágil y con una narrativa original, aunque un poco difícil de seguir por su velocidad, planteando la situación de los personajes aportando datos innecesarios pero que pueden dar cierto tono ameno a la historia. Se desarrolla con un buen ritmo y acompañada de música y sonidos incidentales que aligeran mucho el drama y mantienen el interés en algunas secuencias sin diálogo. Hacia el final decae el ritmo y los diálogos se vuelven complejos y poco interesantes. Al final un giro esperado aunque no precisamente predecible se sucede pero no culmina de una forma concluyente, dejando la sensación de una historia truncada, dejando además algunas lecciones de vida dignas de verse.
Por empezar, es una historia muy borgeana, un relato policial sin sangre (aunque el maestro no se privaba de rodar cabezas), especialmente apta para ratones de biblioteca. Es un drama con pátina de comedia. Un duelo entre intelectuales por minucias de su materia de estudio, el Talmud, el compendio cultural básico del judaísmo. Dos de los investigadores son padre e hijo y el tercero es un competidor directo del padre, pero en definitiva, todos lo son entre sí. El tema de controversia no es lo central, sino la discusión de metodología y ética, los conflictos personales (celos, envidias, resentimientos, exclusiones) y la clase de individuos que son los intelectuales, todos en distinta medida, algo autistas. Al profesor Eliezer Shkolnik, el padre, minucioso y esforzado investigador, le fué tramposamente arrebatada por el profesor Grossman la primicia de la demostración de una tesis muy importante. Porque Grossman la halló de modo fortuito. Sin embargo, la notoriedad alcanzada le invistió de un poder académico que lo posicionó para dar o negar galardones. Gracias a eso desplazó al meticuloso Eliezer, condenándolo al ostracismo profesional y al resentimiento. Grossman también perjudicó a otros investigadores, según sus intereses. Un día aparece en los diarios que el profesor Eliezer recibirá el Premio Israel por su trabajo. De inmediato, Uriel Shkolnik, el hijo, recibe un urgente llamado del Ministerio de Educación: hubo una equivocación, el premio era para él, no para Eliezer. Le piden entonces que informe a su padre del error. Pero Uriel sabe que semejante vaivén de gloria y decepción terminara de arruinar la relación con su progenitor, ya tensa por sus desavenencias, y hasta es posible que lo mate. Aquí comienza realmente la película.
Las actuaciones de todos son excelentes. Destaco la de Shlomo Bar-Aba (Eliezer), la de Micah Lewensohn (Grossman), e incluso la de la joven pero radiante Yuval Scharf, como periodista, que percibe a su entrevistado (Eliezer) como un abuelo sabio aunque algo cómico.
La música acompaña muy bien, complementando el estilo humorístico, pero se olvida al dejar de escucharla. Todo momento es matizado por algún detalle interesante: la fotografia, que usa tics propios del género de acción (despues de todo, se trata de un thriller), el relator en off, tan meticuloso (y gracioso) como el personaje principal, los efectos gráficos que le ayudan, tan libreros como la temática, el modo de exponer la camara los puntos de atención, sean objetos físicos o recuerdos, la difusión de la sorpresa e indignación de Eliezer a sus otros yo , del pasado e incluso la representación de los créditos finales como un lector de microfilms en funcionamiento.
La historia posee un ritmo y un suspenso que muchos filmes de acción deben envidiar. Tal vez sea le heredera de El nombre de la rosa , salvo que le falta, como dijimos, algo de sangre.
Hacía mucho que no veía una película tan amena.
Es cierto que tardas tus buenos minutos en meterte en la película (yo un poco más pues la he visto subtitulada al francés) pero una vez en movimiento no hubo un solo minuto que no me hiciera disfrutar por algo… o bien la música o bien esos tramos en los que hacen resúmenes y explicaciones en unos pocos planos… o bien por el tema. En fín, decididamente recomendable, sobre todo en pantalla grande y buena calidad… en fin, como siempre!.