Perro ladrador, poco mordedor
Sinopsis de la película
Narra la historia de un joven aspirante a profesor que, mientras se piensa si realizar un soborno, intenta deshacerse de un molesto perro que vive en el mismo bloque de edificios que él y que se pasa el día ladrando. Desesperado, toma una drástica decisión que traerá consecuencias tanto a él como a varios de sus vecinos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Flandersui gae (Barking Dogs Never Bite) aka
- Año: 2000
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
Película
6.5
67 valoraciones en total
Unos ladridos perturban a un hombre y este decide poner remedio acabando con aquello que los emite. Con tan simple premisa arranca la carrera autoral de Bong Joon-Ho, el director coreano más celebrado de la actualidad. Su ópera prima puso los cimientos que edificarían más tarde la aclamadísima Parásitos. Partiendo igualmente de la comedia negra, derivamos al suspense y al thriller (con persecución Memories of Murder incluida) pasando por trazos de dramatismo, terror y crítica social. Una mezcolanza de géneros bastante orgánica que le da un ritmo muy dinámico al film. La inteligencia visual de Bong se vislumbra en la agilidad de la cámara y la brillantez de las transiciones, pero sobre todo en la disposición del espacio y la puesta en escena. Pues, ya encontramos aquí el elemento espacial que más destaca en Parásitos y que más trabaja en sus obras, el sótano. Un lugar tenebroso donde acontecen los actos más miserables de sus películas, un subnivel cuyo descenso físico y simbólico denota la corrupción moral. Es allí donde acude el protagonista a realizar el primer acto mezquino que catapulta la trama. Es allí donde se cuenta la historia de terror para esconder un hecho aún más terrorífico. Es allí donde el personaje del vagabundo se convierte en víctima y verdugo.
Espacios visuales, definitivamente, que se aprovechan al máximo contrastando con la altura de la azotea y los apartamentos aunque ambos se conectan desde el voyeurismo (del armario a los prismáticos) y definen claramente los contextos sociales de los personajes. El acumulamiento caótico y malsano de la mujer de la tienda expresa su descontento y obstrucción social tanto como la frugalidad del apartamento del protagonista y su mujer. Todos ellos en su voluntad de ascender socialmente (como la familia de Parásitos) se dan de bruces con realidades inmisericordes: trabajos abusivos, despidos por embarazo, contrataciones por enchufe o soborno, miseria económica y pobreza en general. Un retrato social y generacional como vemos en el personaje de Doona Bae, una joven bondadosa y comprometida, pero ahogada por su entorno y sin aspiraciones vitales.
El guion, del propio Bong Joon-Ho, conjuga y equilibra muy bien los personajes y los motivos que muestra en pantalla desde los rábanos al Sol del inicio hasta la mujer que pide limosna en el metro. Todos los elementos sirven a la trama y la enriquecen sin desviarse demasiado (elementos como el papel higiénico o las nueces definen los caracteres y aportan un toque singular a sus respectivas acciones) con elipsis sutiles y bien medidas.
Gracias a una excelente fotografía estos aspectos se realzan adecuadamente aprovechando la profundidad de campo con los pasillos y las escaleras. Angulando cuando es necesario y encuadrando de forma expresiva en los cambios de ritmo y en los diálogos entre personajes. La paleta de colores sobrios en interiores y más vivos en exteriores refleja bastante bien la vitalidad del personaje de Doona Bae. Destaca especialmente, el motivo del amarillo en los chubasqueros identificativo desde el cartel de la película.
Mención especial para la banda sonora de Jo Seong-woo que se mueve entre el blues y el jazz rítmico acentuando y elevando las emociones en las escenas clímax de la película.
Todo ello construye una ópera prima muy sólida, no exenta de las asperezas de un primerizo, pero desde luego a un nivel que pocos directores de su generación han conseguido. Absolutamente recomendable.
Bong Joon-ho, construye en esta ocasión una película de un humor negro, fino, crítico y excelente acerca de su propio país Corea, donde presenta la contraposición entre la costumbre de comer carne de perro como manjar exquisito y la costumbre occidental importada de compañia, amor y defensa de este animal, y en el medio de estos polos un hombre mataperros, que mata a todo can que siente cerca suya, porque no soporta a estos animales. La cuestón es que se encadenan una serie de situaciones graciosísimas que hacen reír y provocan pesadumbre, entre el maniático mataperros, una joven defensora de los canes y los tracionalistas acostumbrados a comerse a los perros, con una buena paradoja humorística: la mujer del asesino de perros (que está embarazada y pasa por ese periódo de antojos como comer nueces o apetecerle tener un perrito), va y le lleva uno a su propio hogar, ante sus mismas narices y además por no contrariarla, tiene que convertirse en su cuidador, contra todo pronóstico. Una película muy original y con un argumento muy bien elaborado, donde se resaltan humor y seriedad muy bien entrelazados.
Fej Delvahe
¡Pues no se corte, oiga! ¡Traigánoslo aquí! ¡Lo lanzamos, guisamos e, incluso, recuperamos en cuestión de minutos!
Partiendo de una premisa tan simple como querer matar al perro cojonero del vecino (aunque tan simple, que a nadie se le había ocurrido en años) y llevar a cabo la acción, Bong Joon-Ho desgrana una historia tan cercana al humor negro en sus primeros compases como al drama romántico y más agradable durante los apuntes finales.
Todo ello, lo envuelve el realizador coreano con unos cuantos tintes de acidez por aquí y ciertos descacharrantes momentos por allá, haciendo de ese humor tan peculiar su mejor arma y uno de los principales engranajes para que, a medida que avanza el film, el espectador no sienta como la indiferencia se apodera de él, de su butaca y de sus palomitas. El pack completo, vamos.
Lo mejor de todo, y que últimamente estoy detectando por allí en oriente, es observar como el señor que saltó a la fama con Memories of murder y ahora está siendo lapidado por The host (por las hordas palomiteras, sin duda alguna), sabe alcanzar a darle la vuelta a la tortilla para que esta no quede excesivamente chamuscada por un lado y luego notemos como por el otro está excesivamente cruda.
Para ello, decide invertir un poco los ingredientes, añadiendo algo más de participación de ciertos personajes por aquí, sazonando con instantes de lo más divertidos y ofreciendo un gracioso reverso para que los de la Defensora de animales no pongan malas caras durante el transcurso total de la cinta.
El final es la pieza suelta que ofrece sentido y nos muestra porque a veces hay que rendirse ante estos orientales, que con poco cautivan y, para colmo, no te terminas preguntando si el guionista recurrió al Manual de tópicos (puede encontrarse en las academias Ron Howard) para terminar la historia.
Un hot do…digo… un honroso seis.
Barking Dogs Never Bite es una comedia descabellada pero con un fondo dramático y de crítica social brutal. La película inserta un sinfín de situaciones cómicas al máximo absurdas en un contexto donde se nos expone algunas de las realidades más negativas de la sociedad actual, así como el lado más egoísta y rastrero del ser humano.
Habrá quien cegado por el despliegue cómico del film no vislumbre su fondo social, pero, bueno, dados los quilates que tiene la película como simple comedia, es totalmente disfrutable tal cual. El que otee en la lejanía el trasfondo oculto tras tanta socarronería, se deleitará aún más con una forma de hacer cine a la que no estamos acostumbrados.
* Bajo el desbordante humor negrísimo del film se mueven unos personajes que, por muy simpáticos que nos parezcan, se comportan de forma egoísta e irresponsable, de forma totalmente inconsciente. Muchos de ellos tienen aspiraciones, sueños, que pasan por marchar triunfalmente sobre lo poco que tienen los demás. Lo harán indeliberada o deliberadamente, pero esto no le resta egoísmo al asunto, pues se hace sin juzgar el precio ajeno a pagar por nuestros actos, a quien afectan, y sin valorar la verdadera importancia que tienen.
Embarazadas despedidas de su empleo, sobornos para medrar laboralmente, ancianos abandonados, desgraciados que pagan las culpas de los demás, personas que se aprovechan del estupor, cuando no de la muerte de otros, una juventud sin verdaderas aspiraciones ni sueños, la bondad relegada y sancionada… todo un desfile de lo más triste, pero a lomos de un humor de pura raza, incansable, desbordado, exultante. Iluminada mixtura.
* Pese a todo lo anterior la película es divertidísima, y como siempre, Du-na Bae vuelve a encandilarme, un encanto.
Tras tres cortometrajes anteriores, en su primer largo, Bong Joon-Ho se muestra como un autor con talento y marca los parámetros que seguirá en sus posteriores películas, Memories of murder y The host : humor negro mezclado con problemas sociales.
Seguramente esta sea la película más floja que ha filmado el director coreano a lo largo de su todavía corta carrera, pero no por ello se trata de una mala película, todo lo contrario, la verdad es que merece la pena, tanto para los que se manifiesten seguidores del director, amantes de su peculiar sentido del humor, como los que no, pues disfrutarán de una película muy entretenida y graciosa.
En ciertos momentos me recordaba a las películas de la primera etapa de Woody Allen, no sólo por la música jazz empleada con maestría, sino por ese humor absurdo que no viene a cuento pero que realmente queda increíble, y es que esos recursos (que no deberían estar ahí, pero están) me encantan, y en esta película hay muchos.