Perdida
Sinopsis de la película
El día de su quinto aniversario de boda, Nick Dunne (Ben Affleck) informa que su esposa Amy (Rosamund Pike) ha desaparecido misteriosamente. Pero pronto la presión policial y mediática hace que el retrato de felicidad doméstica que ofrece Nick empiece a tambalearse. Además, su extraña conducta lo convierte en sospechoso, y todo el mundo comienza a preguntase si Nick mató a su esposa… Adaptación del best-seller Perdida , de Gillian Flynn.
Detalles de la película
- Titulo Original: Gone Girl
- Año: 2014
- Duración: 149
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Opinión de la crítica
Película
7.3
47 valoraciones en total
La montaña rusa de la pareja, el amor, las expectativas, el sexo, la familia, la infidelidad, los compromisos, las pequeñas mentiras y grandes traiciones… da mucho juego y permite un sinnúmero de variaciones, permutas, insidias, venganzas y reconciliaciones. Todo esto configura esta cinta interesante y de excelente factura, pero quizás en exceso deudora de la tendencia de cierto cine comercial de anteponer los enredos y sorpresas de una trama trabajosa sobre la creación paciente, ardua y matizada de unos personajes de carne y hueso. Se busca el efectismo, el impacto inmediato sobre la construcción sosegada, la maldad unidimensional sobre la complejidad de las contradicciones y oquedades humanas.
A primera vista, no hay nada que objetar al engrasado engranaje que impregna cada escena y hace avanzar sin desfallecimiento al conjunto. Sin embargo, todo acaba siendo demasiado previsible, demasiado mecánico y forzoso. Los personajes son unos meros peleles que apenas aportan nada original ni enjundioso, son unos figurines atractivos, vistosos, con apariencia humana, pero al servicio de un demiurgo que los arrolla a cada paso según sea la ocurrencia o bandazo de turno que les toca sortear o evitar. Esta misma trama, con otros personajes, sería igual, no cambiaría en nada relevante, porque son el tenue pretexto que los maneja, asola, diezma y hunde. No tienen libertad de acción alguna porque no tiene voluntad propia, sino que son meros ejecutantes de una rígida coreografía prefijada, sin un ápice de libertad ni espontaneidad.
Entretiene, el tiempo pasa rápido y no se hacen notar las casi dos horas y media que dura la proyección. No paran de ocurrir cosas y cada escena está bien planteada, competentemente desarrollada, férreamente resuelta, pero la suma de las partes no alcanza nunca lo que parece presagiar cada pieza aislada. Falla el ensamblaje, pesa demasiado un guión que prima el artificio retorcido sobre el natural desarrollo de los acontecimientos. Cuando no hay personajes dignos de tal nombre, solo queda contemplar pacientes la falsedad prefabricada, el tortuoso peregrinaje hacia la ulterior trampa, el mecánico señuelo o ardid que nos aporte la esperanza de estar viendo algo consistente. En vano.
En definitiva: una cinta muy lucida, aunque superficial, llena de talento innegable (dirección, actores, fotografía,…), que se va sin contratiempo, pero que queda muy por debajo de lo que promete. Dará satisfacción a los que se contentan con la comida rápida, pero dejará ayunos a los que buscan algo más que un mero juguete intrascendente.
Difícil crítica. Un manto de frialdad desde primera hora te aleja de los roles de los personajes principales y de la historia en sí.
En primer lugar, la pareja protagonista: una snob acostumbrada a hacer su santa voluntad y un escritor de medio pelo con ínfulas. Atroces por su banalidad los diálogos de estos dos angelitos que se nos presentan como el adalid del matrimonio perfecto, cuando en realidad son dos superficiales que no tienen la menor complicidad ni el más mínimo romanticismo.
La trama me parece de lo más enrevesado que he tenido oportunidad de ver en los últimos tiempos. Si bien en la mitad de la historia es de alabar un giro notable (en un primer momento incluso rocé el aburrimiento) sin embargo ese suspense se tornó en estupor los últimos veinte minutos de la cinta. El esperpento de algunas interpretaciones y la mamarrachada de algunas escenas culminan en un desenlace delirante después de dos horas y pico.
Un cocktail de dudoso gusto para una supuesta nueva manera de hacer un thriller. Ja!
[NOTA: LA CRÍTICA CONTIENE ALGÚN SPOILER. ¡ESTÁIS AVISADOS!]
Perdida es una película de Alfred Hitchcock desarrollada en pleno siglo XXI, con todo lo bueno que eso conlleva y las pocas pegas que se le puede poner a una película anacrónica, en cierta medida, si bien se las ingenia para ser actual y rabiosamente moderna. Para poder explicar todo esto tendré que entrar en ligeros spoilers, por lo que si no habéis visto el film os recomendaría dejar de leer aquí. Tampoco serán muy graves, porque no es una película con sorpresa: lo importante es el desarrollo y lo que se puede leer entre líneas. Dicho lo cual, partimos de la base de que tenemos a un hombre que tras anunciar a la policía la desaparición de su mujer termina siendo acusado de su asesinato. La serie de pistas dispuestas por el escenario apuntan a este giro, pero todo cambia al ponerse fin al primer acto de la película. En éste, habíamos visto cómo día tras día el personaje de Affleck (Nick Dunne) se iba desmoronando, y en paralelo, siempre en momentos de sueño o reposo, los huecos se rellenaban con flashbacks del diario de su mujer Amy (excelentemente interpretada por Rosamund Pike). Terminado el primer acto se sucede el milagro: ni desaparecida ni muerta, está vivita y coleando. Fincher desmonta el cine de Hitchcock y su Psicosis no matando a la protagonista, sino resucitándola. Al mismo tiempo, establece a un falso culpable. Tenemos una película hitchcockiana sobre la mesa. Pero la cosa sigue.
El film evoluciona, como hasta entonces, mostrando en paralelo las andanzas de Nick y de Amy. Vemos en el pasado cómo el matrimonio a priori perfecto es una manzana llena de gusanos, nunca podemos distinguir entre lo real y lo ficticio desde que conocemos el perfil de la mujer, manipuladora y calculadora, pero no importa: lo llamativo es el proceso. Cómo las normas se trasgreden en favor del espectáculo, de crear un castillo de naipes que sabemos que acabará cayendo pero no en qué circunstancias. Inteligentemente la película había dispuesto las pistas, como Amy hace con Nick, y fuera de la pantalla el juego de ir enlazando unas cosas y otras se sucede con total naturalidad. No es un film laberíntico pero sí uno juguetón, que se regodea en su capacidad para generar tensión con detalles mínimos. Es una delicia, dicho de otra forma. Independientemente de lo bien que esté realizado (que lo está, Fincher es uno de los más grandes realizadores en activo, y se nota), musicalizado (ídem) y en general facturado, lo que me intriga de la película es su guión. Cómo apunta a tantas cosas (el matrimonio, el relato criminal, la investigación, etc.) sin que la cosa parezca forzada. Todo respira, todo interesa, incluso cuando conocemos el misterio y lo verdaderamente interesante es descubrir, ahora sí, cómo acabará la cosa.
Y llega el tercer acto. Amy -no diré cómo- regresa. Nick queda exculpado pero sabe toda la verdad. Su mujer está como una puta cabra, es dominante, y él es un hombre normal, un falso culpable. De lo único que puede ser culpado Nick es de haberse enamorado de la chica equivocada y permitirle tomar las riendas de la situación. El tramo final destapa la mierda que hay tras las sonrisas y los abrazos, y mete una hostia importante a los medios de comunicación como verdaderos culpables de muchos de los males que azotan nuestro día a día. No veía a un Fincher tan cercano al humor incómodo, a la denuncia, desde El club de la lucha . Aquí de forma mucho más fácil y directa, todo sea dicho, pero igualmente es efectivo, como lo era aquella joyita llamada Todo por un sueño de Gus Van Sant. Perdida es una película de Hitchcock hecha en 2014, una historia atemporal sobre fantasmas, un film de intriga modélico que se mira no sólo en el maestro del suspense sino en todas esas ficciones que han levantado un personaje femenino extraordinario. Pienso en que este guión, con una Bette Davis o Gloria Swanson, habría sido una cosa espectacular. Y lo más alucinante de todo es que Rosamund Pike está a la altura, excelsa, levantando una creación brillante y tridimensional. Tenemos aquí una gran película, en resumen, que recomendaría a cualquiera que quiera invertir su dinero en un viaje de dos horas y media que se pasan en un verdadero suspiro.
A menudo vengo a esta página para ver las críticas del resto. A veces estoy de acuerdo con quienes le ponen un 9 y con quienes le ponen un 2, si argumentan bien sus razones. No creo que sea falta de criterio, sino que algunos valoran unos aspectos cinematográficos y otros hacen hincapié en otras cosas. Esta vez, sin embargo estoy perplejo. Es cierto, a mi modo de ver, que la peli se ve de un tirón sin cansar mucho, pero me parece inverosímil Por supuesto que el cine no es la vida, pero me parece que el director en su afán de ser rebuscado, se pierde en la coherencia interna tan necesaria en una obra de cine o literatura. Hay tantas cosas que no entiendo, o que son inexplicabes, que me extraña tantas críticas buenas. Me he leído los spoilers para ver si alguien me desentrañaba cosas que me parecen oscuras. Es posible que me haya perdido detalles y el problema sea mío, pero dándole vueltas al asunto, cada vez me parece más oscuro. Seven me pareción extraordinaria. Ésta, me parece un esfuerzo supremo por ser original y eso conduce al fracaso habitualmente. Sigo en spoiler, por si alguien me ayuda a entender.
La reputación de Fincher es incuestionable. Es un cineasta pleno y contundente que no comete errores. Sabe escoger sus proyectos, sabe retarse y superarse a sí mismo. The social network, House of cards y Benjamin Button son el ejemplo más evidente. Sin embargo, una vez que nos ha probado que sabe manejar los géneros cinematográficos como pocos lo hacen, regresa con un filme que está dentro de su género predilecto. El thriller. Estilización, violencia, humor negro, sexo y una atmósfera oprimente. Gone gril es todo eso, todo lo que define al cine Fincheriano. Encuadres perfectos, diálogos mordaces, giros de tuerca, ritmo imparable, un ambiente sórdido y desesperanzador. Es lo mejor de él mismo, exprime todo su talento para rodar una película exageradamente buena. Retorcida, agresiva, visualmente impecable y profundamente nostálgica. Dos personajes increíblemente oscuros, y humanos. Un Ben Affleck que le muestra al mundo que sabe actuar, que es capaz de actuar tan bien como sabe dirigir. Una Rosamund Pike impecable, desconcertante, salvajemente bella. El resto del elenco es formidable y (aquí es donde radica el éxito de la sabia dirección de Fincher) prácticamente desconocido para el mundo entero. Entretenida, con un ritmo vertiginoso. Así es Fincher. Un artesano. Atención con las secuencias de la sangre y los flashbacks, extraordinarias. Lo mejor del año comienza a llegar a los cines.