Patrimonio nacional
Sinopsis de la película
Segunda entrega de la saga de los Leguineche precedida por La Escopeta Nacional y completada con Nacional III . Tras la muerte de Franco (1975) y la restauración de la Monarquía, el marqués de Leguineche regresa a su palacio de Madrid. Después de treinta años de exilio voluntario en su finca Los Tejadillos, se propone acercarse al Rey para reanudar la vida cortesana de antaño. Sin embargo, no resulta nada fácil acceder a la Casa Real.
Detalles de la película
- Titulo Original: Patrimonio nacional
- Año: 1981
- Duración: 110
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes conseguir una copia la película en formato HD y 4K. A continuación te añadimos un listado de opciones de descarga directa disponibles:
Opinión de la crítica
Película
6.9
95 valoraciones en total
TVE eligió para homenajear a José Luis López Vázquez Patrimonio nacional de Berlanga. Es una opción cinematográficamente excelente, pero como elección hacia el fallecido creo que existen mejores alternativas. Es difícil decantarse por una película de López Vázquez, son muchas y buenas, pero personalmente hubiera seleccionado El bosque del lobo de Pedro Olea, donde nuestro querido actor es el único y gran protagonista, y además cambió de registro por completo.
Porque si hablamos de Patrimonio nacional el que realmente está inconmensurable es Luis Escobar, en su mejor trabajo, un hombre de la nobleza, promotor teatral y homosexual, que pudo desarrollar su gestión durante el franquismo, y que Berlanga le convirtió en actor de cine en su primera película sobre la saga del Marqués de Lequineche, La escopeta nacional, a una edad donde otros se dedican sólo las obras de la calle. Al hilo de esto quiero decir que siempre me gustó más esta segunda parte que la primera. El Palacio de Linares como escenario es incomparable, y los actores se mueven tan lúcidamente que me parecen el mejor retrato que se ha hecho de esa España de la transición donde algunos parecen idolatrar, pero que se hicieron tantas cosas mal que hoy pagamos las consecuencias.
Berlanga se encuentra en ese contexto muy cómodo rodando largos planos-secuencias donde los diálogos resultan ácidos, cómicos y siempre acertados, estamos en definitiva ante una de las mejores películas del neorrealismo berlanguiano, donde se disecciona la sociedad con un bisturí donde no tiene cabida el aburrimiento.
Nota: 7,3.
Seguramente no es una obra maestra del gran Berlanga, pero se hace una parodia fina e irónica de la situación de la nobleza en esa época.
Las actuaciones de Escobar y López Vázquez son magníficas en mi opinión, son graciosos simplemente apareciendo en pantalla, casi no hace falta que digan nada. La aparición de Agustín González de cura también es desternillante.
Una pena que cuando se habla de las comedias españolas de principios de los 80 sólo se hable de las películas del destape y demás aberraciones ( Juanito Navarro, Antonio Ozores…), obviando las películas que hacía este maestro del humor.
Luis García Berlanga no tenía un pelo de tonto. Se había dado cuenta de que con Luis Escobar había encontrado un filón, una mina de oro. De obligada lectura son las memorias del propio actor, quien siempre vivió entre dos fuegos, su respeto por el talento de su director y sus propios sentimientos como miembro de la nobleza, aquí diseccionada sin piedad en los inicios de la época post-franquista.
La escopeta nacional había sido el capítulo inicial de una triología, un formato no del todo extendido en el cine español. En esta ocasión, se hecha en falta al industrial catalán interpretado por Saza (pero atentos, que se menciona cómo ha prosperado el individuo), pero la apuesta del guión escrito por el propio director y el nunca bien ponderado Rafael Azcona, apuesta ahora por basar en los Leguineche, dando más peso al peculiar matrimonio interpretado por José Luis López Vázquez y Amparo Soler Leal.
Mozart se divertía en algunas de sus óperas retando a propios y extraños a ver cuánto tiempo mantenía el tono. La película de Berlanga juega y desafía a sus intérpretes a que se reten en diálogos kilométricos y sin piedad, donde la información se amontona y maravillosos gags casi amenazan con pisarse.
Patrimonio nacional revela el carácter valenciano y fallero de su autor, tiene muchas cosas de esperpento y de figuras ardiendo, chistes marrones y generosos, pero también momentos de una calidad máxima, como la desquiciante escena de Hacienda, una de las mejores de toda la filmografía de estos dos monstruosos guionistas. Y ojo, que hay más malicia de la que se rasca en apariencia, espeluznante la incapacitación en el banco.
Y por si fuera poco, para afilar el arma, una serie de secundarios asombrosa, Mary Santpere, Chus Lampreave, Villalonga… etc.
Quedaba Nacional III para terminar el círculo.
Jose Luis López Vázquez forma parte, desde hace muchos años ya, de nuestro patrimonio nacional. Una riqueza que, aunque terrenalmente perdamos, jamás nos será arrebatada del todo.
Nadie como él para perseguir a las suecas, para perpetrar atracos, para disfrazarse de ye-ye y seducir a Gracita Morales. Nadie como él para ser el señoriiiito, ni la querida señorita. Nadie como él para personificar la claustrofia al verse encerrado en una cabina. Jose Luis el liante, el pícaro, el astuto, el seductor… Jose Luis el grande.
Éste fabuloso cómico ha abandonado esta mañana nuestro patrimonio terrenal, pero el nacional no lo abandonará jamás, gracias a películas como ésta. Lástima que estén infravaloradas. Tal vez el tiempo las ponga en su sitio.
Mi querido Jose Luis, le deseo buen viaje. De Madrid al cielo.
Obra injustamente olvidada del maestro. Cargada de nostalgia, en la que L. Escobar, más que nunca, da el tipo de Marqués, que lo era en realidad, resistiéndose a perder sus anacrónicos privilegios de noble frente a un nuevo Madrid dominado por la nueva burguesía (inmenso López Vázquez secuencia en el banco).
Merecido homenaje a Escobar con el primer plano final, mientras recibe las visitas de los japoneses para poder pagar las obras del palacio.