Parranda
Sinopsis de la película
Cebrián, un trabajador de los altos hornos asturianos, está detenido en el cuartel de la Guardia Civil. Allí tiene que rendir cuentas de los destrozos que él y dos amigos han causado en un día de parranda. Lo que había empezado como una juerga más, se convirtió en un delirio de violencia, alcohol y sexo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Parranda
- Año: 1977
- Duración: 87
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Opinión de la crítica
Película
5.7
88 valoraciones en total
Me atrevería a decir que el cine de Gonzalo Suárez es muy desigual, y, afortunadamente, me encontré con que Parranda , libre de las extravagancias de algunos de sus anteriores y posteriores largometrajes, es una obra realmente sólida, que cuenta las peripecias de los días de juerga de tres amigos (José Sacristán, José Luis Gómez y Antonio Ferrandis), que vienen a poblar el lumpen asturiano de principios del siglo XX desde una posición de desclasados absolutos, pues ni siquiera trabajan en la mina, o en los altos hornos. Les quedan, eso sí, actividades como el vagabundeo, el espionaje (como cuando espían a personajes tan peculiares o más que ellos, como los interpretados por Isabel Mestres o Fernando Hilbeck), el alcohol, el sexo, o la violencia.
Este film contiene además un sólido reparto, completado por la actriz argentina Marilina Ross en un papel que tal vez hubiera merecido una película entera, y no unas pocas escenas. Igual ocurre con Charo López, una gran actriz a la que el guión desaprovecha en un personaje sin apenas desarrollo ni presencia. Lo que pasa es que éste es un film de hombres, y en ese sentido destaca Ferrandis en un papel de homosexual realmente curioso.
Esta película adapta al contexto asturiano la novela tremendista A esmorga (1959) de Eduardo Blanco Amor, una novela que se ambientaba en Galicia. El escritor gallego Blanco Amor participó como guionista a la hora de adaptar al cine su propia novela.
Extraña película que oscila continuamente entre un intento muy fallido y una buena obra de realismo mágico.
Nada hay de racional, sí de una imaginación desbordada y fuera siempre de los límites. Todo dentro de un paisaje de encanto, de una vegetación que de tan exuberante parece enfermiza.
La triste parranda de tres hombres primarios o desquiciados, visitando lugares sórdidos. Los tres actores muy buenos. Y Fernán Gómez genial, como de costumbre.
Después de verla queda una sensación de vacío, de sinsentido.
Cineasta inclasificable, vanguardista a la hora de explorar las relaciones literatura-cine, hoy por hoy Gonzalo Suárez no ocupa el lugar que por la calidad de su obra merecería en el Olimpo del cine español. La calificación actual que obtienen sus películas en Filmaffinity no se corresponde con sus valores reales, pero posiblemente esto se corregirá con el tiempo. La obra de Suárez será revisitada y correctamente valorada por las nuevas generaciones, que seguro sabrán en el futuro encontrar en sus películas los trazos de genialidad que escasean en otros cineastas de su generación.
No es extraño que otro explorador de las relaciones entre el cine y la literatura, el escritor argentino Julio Cortázar, quedara fascinado por Parranda y decidiera escribir en julio de 1978 un artículo sobre ella y sobre Gonzalo Suárez en Les Nouvelles Littéraires . Amigos desde la década de los 60, Suárez y Cortázar compartían una visión de la realidad en la que lo fantástico, lo extraordinario pasa a formar parte de la cotidianeidad.
Parranda tiene diversas cualidades que la convierten en una obra de culto. Un excelente pulso narrativo, con un ritmo que no decae en ningún momento y que acierta a sorprender a la espectadora en los momentos oportunos, un reparto extraordinario, dirigido magistralmente, una fotografía sublime, en la que el hermano de Gonzalo, Carlos Suárez, retuerce el impresionante paisaje natural asturiano hasta convertirlo en un contexto por momentos casi irreal, algunas escenas, como la ducha del barril de vino tinto de los tres protagonistas, rodadas con maestría y efectividad, etc., etc.
Por todo ello tanto Parranda como su realizador, Gonzalo Suárez, merecen ocupar un lugar de honor en la historia del cine español. Sí, en lo alto del Olimpo.
Ni caballos de cuadra o corral ni caballos de montaña (o algo así): son caballos de matadero. Estos tres sinvergüenzas van a ser capaces de hacer sudar al espectador más acostumbrado a presenciar situaciones extrañas o embarazosas, cuando uno acaba de ver Parranda la sensación que es de una extenuación difícil de asimilar. No es una juerga normal, no es una comedia, no hay humor, y ni siquiera nadie podría afirmar ni por aproximación que ellos se están divirtiendo.
Uno se deja llevar por los otros dos, y los otros dos, empujados por sus demonios, no tienen ninguna idea buena. Tanto sea Galicia en la ficción o Asturias en la realidad, los escenarios por los que se mueven estos tres compinches son los de un entorno rural empobrecido en el que poco más hay que hacer que molerse a trabajar en la minería para malcomer mientras todo sigue igual, pasen los años que pasen. Son tres miserables, eso está claro, como igual de claro queda que un reparto como el que tiene lugar en Parranda es difícil de encontrar. No sólo los tres protagonistas, todo aquel que aparece en la pantalla lo hace para subir el nivel.
Está tan lejos de ser una comedia que da miedo pensar en la palabra parranda, de la misma forma que desentona bastante cierta musiquilla que se cuela a menudo. Porque lo que tenemos ante nosotros es calamidad tras calamidad en una película bien rodada pero que te deja muy descolocado, porque ellos saben (y nosotros también) el destino que les espera. La relación entre ellos tan rara que produce una incomodidad insana, cuestión que va unida a unos actos que ni las cantidades de alcohol que ingieren justifica. Son unos bichos. Ferrandis, José Luis Gómez y Sacristán… Y un tal Fernán Gómez que pasaba por ahí…
Para no perdérsela, historia del cine con letras mayúsculas.
Magistral película rodada en Asturias hecha con muy pocos medios, todos los actores están de sobresaliente, especialmente Ferrandis y Sacristán.
La historia no es la típica de penurias en la posguerra sino que va más allá y ciertamente parece que los actores se han metido hasta las trancas dentro de sus personajes, el desarrollo de los acontecimientos conduce a estos tres personajes al abismo…