Pánico en la escena
Sinopsis de la película
Un hombre que es buscado por la policía, acusado de haber matado al marido de su amante, se refugia en casa de su amiga Eve, a la que confiesa que la verdadera asesina es su amante, la actriz Charlotte Inwood. Eve decide investigar por su cuenta, pero cuando conoce al detective encargado del caso comienza a enamorarse…
Detalles de la película
- Titulo Original: Alfred Hitchcocks Stage Fright
- Año: 1950
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
Película
6.9
59 valoraciones en total
Una vez más Alfred Hitchcock vuelve a salir bien parado con esta película, creando una atmósfera única para el crimen y la intriga, que dura desde el principio hasta el final.
Buena interpretacion de Richard Todd, la cual me gustaría homenajear debido a su reciente muerte en Diciembre del 2009, de Michael Wilding, de Jane Wyman, Alastair Sim y de Marlene Dietrich, esta última realiza un papel genial de mujer fatal ligada al mundo del espectáculo.
Destacar la puesta en escena del director, el guión de Alma Reville, y la vuelta de Alfred H. a trabajar con actores de las islas británicas y en una producción inglesa, después de su primera incursión en Hollywood.
Me gustaría recomendar este film a todos los amantes del puro cine hitchcockiano, porque es una película no muy conocida de este director y que no merece ser olvidada, a la altura de otras grandes películas suyas de su etapa inglesa, como Alarma en el expreso, 39 escalones, El hombre que sabía demasiado…
JM.Balassera, 2010.
240/13(24/09/10) Hitchcock nos ofrece aquí un film interesante, con muchas de sus contantes, pero no deja de ser una obra menor en su magna filmografía. El argumento se desarrolla en Londres, va sobre una muchacha, Eva Hill (correcta Jane Wyman), aspirante a actriz que ayuda a escapar de la policía a Jonathan Cooper (buen Richard Todd), ella está enamorada secretamente de Jonathan, él le cuenta que se ha visto implicado en el asesinato del marido de su amante, una famosa actriz, Charlotte Inwood (gélida Marlene Dietrich), Eva lo esconde en la casa del padre en la costa y después decide investigar por su cuenta para ayudar a Cooper. La historia toca temas recurrentes del realizador londinense, como es la investigación por un particular de un crimen para salvar a un ‘falso culpable’, impregnando el relato de unas dosis de humor muy sutiles, en esto ayuda sobremanera Alistair Sim dando vida al vitalista padre de Eva, el Comodoro Gill, un papel que borda, es un actor que con su fuerte personalidad ensombrece al resto, transmite buen rollo, empatiza rápidamente con el espectador, es de esos secundarios que anulan a los protagonistas, magnífico. La cinta aúna intriga, humor y sobre todo el misterio por saber la verdad, una búsqueda de la verdad que se sostiene sobre una enorme trampa. El relato, como casi siempre en Hitchcock, posee un ritmo narrativo ágil, te atrapa desde el principio, se te hace muy ameno, con una impecable puesta en escena, con situaciones ingeniosas que discurren plácidamente, excepto en lo referente a Marlene Dietrich, que parece una imposición de los productores, pues aparte de aportar poquito, si acaso el fetichismo del orondo realizador de tener a una rubia bajo sus órdenes, lastra la cadencia del film con unos números musicales que resultan excesivamente forzados, chirrían, es como si dijeran que como tenían a la andrógina Dietrich no podían perder la ocasión de ponerla a cantar, no encaja en el tono de esta obra. Recomendable a los que gusten de un HItchcock menor y es que no todos sus numerosos trabajos podían ser obras maestras. Fuerza y honor!!!
Gran salida en falso la que tuvo el director inglés, Alfred Hitchcock, con este PÁNICO EN LA ESCENA, un filme improcedente y manipulador desde el principio hasta el final. El mismo título que, en inglés, significa literalmente miedo escénico, con el que se alude al temor patológico de ciertas personas a estar paradas sobre un escenario, fue puesto con doble sentido. Pero los enterados, que saben exactamente a que se refiere Stage fright, se sintieron engañados pues no hay ningún personaje de la película que sufra un real miedo escénico, y lo que, en algún momento del filme, le ocurre al personaje, Charlotte Inwood, es miedo a un objeto que le recuerda a otro objeto. Los demás espectadores, que con ese título (y más con el exagerado puesto en España de PÁNICO EN LA ESCENA) se prepararon para ver una buena dosis de suspenso y de terror, ¡Vaya si les fue mal!, porque, en todo el filme, no hay ni un solo momento con el que se consiga espantar ni siquiera a un mosquito.
Después, se nos pone ante una historia de crimen donde, el jocoso director, nos mete en la misma red en que, Jonathan Cooper, el amigo y al parecer aspirante al corazón de la actriz de teatro, Eve Gill, pone a ésta. Y mientras vemos el drama que éste cuenta (y nos cuenta), Hitchcock cae en la cuenta de que, en un plano del minuto siete, en el que Cooper habla con Charlotte mientras husmea por una ventana, ésta ha quedado fuera de campo para decir Tenía que ir a casa a recoger los zapatos que necesito para la obra… y entonces, ya editado el filme, corrige el error insertando un primer plano de la actriz en aquella vacía toma ya rodada antes… y la imagen, claro, queda horrorosa.
Lo que sigue, tiene a una Jane Wyman que se pasó peleando con el director por las boberías que le ponía a hacer a su personaje e incapaz de trascender ese habitual y feo corte de cabello que, a los 20, a los 30 y a los 50, la hizo lucir siempre como una viejita. Y como el detective de turno, Wilfred Smith, un Michael Winding que más pareciera aquí un manager de modelos masculinos. Así las cosas, el filme no cuaja por ningún lado, además de que, lo que resultaba comprensible y mantiene ocupados a los protagonistas, de repente da un giro absolutamente caprichoso y sin puntada alguna, dejándonos plantados, mentalmente, como unos perfectos idiotas.
¡Una vez más, Hitchcock se burla de nosotros!… y su película queda como una chorrada, re-que-te-cho-rra-da, sin punto alguno por donde agarrarla… pero bueno, era tan solo su filme número 39. ¡39 escalones para hacer semejante ñoñada!
La gran, Marlene Dietrich, nunca lució tan infortunada en una película y hasta sus canciones lucen tan gangosas como si padeciera un terrible catarro… y para no hablar de los demás coprotagonistas, digamos que, Alaistair Sim, luce bastante simpático representando al padre de la muchacha en apuros.
En resumidas cuentas, PÁNICO EN LA ESCENA es un completo descache. Le doy tres de diez, porque hoy me siento bastante generoso.
Título para Latinoamérica: DESESPERACIÓN
Hitchcock lleva la intriga hasta sus últimas consecuencias, en un film, en donde, nada es lo que parece. Todo el mundo interpreta un papel, en una especie de juego del gato y el ratón, en dónde la ambigüedad es un factor muy importante a la hora de resolver el nuevo crímen que el mago del suspense escenifica ante nuestros ojos.
Jane Wyman (la televisiva Angela Channing) realiza todo el trabajo sucio en una obra dedicada a aprovechar el tirón mediatico de la Dietrich, que se limita a mostrar la cara que la hizo famosa, es decir la de mujer fría y hasta cierto punto andrógina.
Film rodado íntegramente en Londres por Alfred Hitchcock (1899-1980). El guión, de Whitfield Cook, Alma Reville (adaptación), James Birdie (diálogos adicionales) y Ronald MacDougal (no acreditado), adapta el relato breve Man Running (1948), del novelista británico Selwyn Jepson (1899-1989), publicado en EEUU bajo el título Outrun the Constable. Se rueda en escenarios reales de Londres y en los Elstree Studios (Londres). Producido por Hitchcock para la Warner, se estrena el 23-II-1950 (NYC).
La acción dramática tiene lugar en Londres a lo largo de unos pocos días de 1949. Eva Gill (Wyman), estudiante de arte dramático, hija de padres separados, secretamente enamorada del joven actor Jonathan Cooper (Todd), perseguido por la policía como presunto autor de un asesinato, lo acoge y oculta en las casas de sus padres. Convencida de su inocencia, emprende una investigación de los hechos que la lleva a conocer al joven inspector de policía Wilfred O. Smith (Wilding) y a relacionarse con la diva del music-hall Charlotte Inwood (Dietrich). Eva es bondadosa, ingenua, crédula, generosa e inteligente. Jonathan es un joven actor de la compañía de Charlotte, de la que es amante. Da muestras de un fuerte estrés emocional. Charlotte es manipuladora, pérfida y egocéntrica.
El film suma crimen, misterio, intriga y thriller. Se apoya en un elenco exclusivamente británico, con las únicas excepciones de Jane Wyman, recién galardonada con el Oscar por su papel en Belinda, y la siempre llamativa Marlene Dietrich. La obra fue recibida con polémica, hoy prácticamente superada, como consecuencia de basar el desarrollo de la intriga en una mentira o, más propiamente, en una interpretación errónea de unos hechos. El relato de los mismos contiene elementos de exageración y de tergiversación bastante obvios, a lo que se añaden indicaciones por parte del realizador sobre la subjetividad alterada del que los narra, distorsionándolos en beneficio propio. Son indicios de falsedad de lo que se explica sobre el asesinato la extensión inverosímil y la densidad de la mancha de sangre del vestido. Son indicios de la subjetividad no fiable del personaje los dos cuadros, uno alargado y otro regular, que cuelgan de la sala de estar del que narra los hechos. Ambos cuadros reproducen imágenes surrealistas que componen realidades absurdas y atormentadas.
La historia se desarrolla a buen ritmo, los diálogos son fluidos y la puesta en escena es excelente. Los personajes se presentan bien definidos, en especial los de Eva, Jonathan, Charlotte, Wilfred Smith, comodoro Gill (padre de Eva) y otros. La cinta está impregnada de un humor basado en la ironía, sutilezas, malentendidos, confusiones, excentricidades, suplantaciones de identidad y algunas burlas, como las que dedica a la hipocresía, la estupidez y la locuacidad excesiva.
(Sigue en el spoiler sin desvelar partes del argumento)