Pánico a las tres
Sinopsis de la película
Buddy, el tío más cañero de la clase, fuerza a Jerry a una pelea en el aparcamiento de la escuela. El pobre Jerry dispone de poco tiempo, mucha ilusión, unos cuantos amigos, una hermana listilla y muy poca suerte para encontrar una salida a este desafío.
Detalles de la película
- Titulo Original: Three OClock High
- Año: 1987
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
Película
6
80 valoraciones en total
Comedia juvenil que logra de forma muy interesante recrear la pesadilla de todo adolescente. Etapa de la vida donde se tapaba el sol con un dedo, el orgullo valía el triple de lo normal y que te dijeran mariquita era peor que ser cornudo. Con esta premisa Joanou construye un relato con aires de western donde parodia los típicos duelos del lejano oeste pero ambientándolos en un colegio secundario, claramente el título hace referencia a A la hora señalada (Fred Zinnemann, 1952) un film con similar argumento, dicho sea de paso.
Entre sus mayores logros destaco la gran capacidad del guión para recrear la atmósfera de un colegio, el típico chimento, los mitos que como teléfono descompuesto se van agrandando a medida que cambia la fuente, etc. Los personajes también están muy bien dibujados por los guionistas, el malo tiene aires robóticos y gana mucho con la interpretación de Tyson -menudo nombre-, mientras que el protagonista es una especie de Peter Parker sin sentido arácnido que también está estupendamente logrado por parte de Siemaszko quien se gana fácilmente a la audiencia.
Pero la reina de la cinta es la edición. Este apartado técnico es el que le da la mayor parte de la gasolina al film, el alargue de planos detalles y la reiteración de ciertas escenas le da un nervio único que te permite colocarte en el lugar del protagonista.
Lo mejor: su montaje y sentido -sutil- de la parodia.
Lo peor: una historia muy sencilla.
¿Por qué una película tan tópica y ochentera como es Pánico a las tres es al mismo tiempo un ejemplo de gran cine? Quizás la respuesta está en el otro lado del espejo precisamente, en esa otra película que se estreno un año antes y que se tituló Todo en un día (John Hugues, 1986). Porque Pánico a las tres es la brillante replica en negativo fotográfico de Todo en un día y mientras la genial película de Hugues era una brillante reflexión sobre la juventud, la vida y el buenrollismo, la película de Phil Joanou es una malsana reinterpretración juvenil de Solo ante el peligro donde el protagonista también debe evolucionar (crecer) en su adolescencia pero en esta ocasión sin la ingenuidad de Todo en un día . Porque Pánico a las tres es una exaltación de la violencia y la mentira como vía para solucionar tus problemas si tienes 16 años. Y no hay nada de complacencia, es mas, lo que esperamos que nunca sucede (esa pelea que se anuncia a las 3 del mediodía) sucede de la manera mas cruda e inesperada después de otros ejercicios de violencia y mentira con los que el protagonista intenta evitar la pelea. Es decir, es la respuesta negra (negrisima) al optimismo de Todo en un día . Y funciona de maravilla, porque Casey Siemaszko borda su papel y consigue transmitir ese pánico del que hace gala el titulo en español pero al mismo tiempo es entrañable, divertido e incluso sexy en su crecimiento personal durante la mañana de espera (a los ojos de varias de las protagonistas).
Uno de los motivos por los que Pánico a las tres es tan endiabladamente diferente y buena respecto a sus homónimas de la época podríamos encontrarlo en las personas que estaban involucradas en la realización. Esta fue nada mas y nada menos que la primera película del director Phil Joanou ( Prisioneros del Cielo , Análisis Final o El clan de los irlandeses ) que aquí hace gala de un virtuosismo narrativo impresionante. Los travelling, los primeros planos o esa primera toma desde el reloj al interior del colegio (pasando de personaje en personaje y que al final de la película repite a la inversa) son propias de una película mucho mas grande. Quizás buena parte de culpa la tenga el director de fotografía Barry Sonnenfeld que posteriormente sería director de películas como La familia Adamms , Hombres de Negro o Como conquistar Hollywood . La fusión de la estética de Joanou con la virtuosidad de Sonnefeld hace que esta aparentemente película alimenticia tenga algunos planos dignos del mejor cine visto. ¿Pero a parte de lo visual que hay del guión o la producción? Bueno, el impresionante guión de Pánico a las 3 es de es de Richard Christian Matheson y de Thomas E. Szollosi. El primero es hijo del legendario novelista Richard Matheson y es un especialista en películas para televisión (cosa que se nota bastante en el ritmo de Pánico a las tres . El segundo es también un especialista en películas y series para televisión, acostumbrado a trabajar en tándem con Matheson. Es decir, dos guionistas conocedores del ritmo televisivo y acostumbrados a trabajar juntos lo que le da a Pánico a las tres ese extraño ritmo alargado y basado en continuos retos (a modo de cliffhangers de final de capitulo televisivo) que meten al protagonista en líos dentro de líos. En cuanto a la producción (John Davis, Alan Greisman, Neal Israel, Aaron Spelling y David E. Vogel) os sonaran porque son una extraña combinación de productores televisivos, productores de peliculas de serie B y productores de grandes películas. Además de ello, y sin salir en los créditos, les echo la mano un productor que quizás os suene y que se llama… Steven Spielberg,
La comedia juvenil de los 80, esta representada por títulos emblemáticos, como The Breakfast Club, Fast Times at Ridgemont High, The sure thing, Adventures in Babysitting, Ferris Buellers Day Off, que constituyen filmes de culto, para los admiradores de este tipo de cine, en donde vemos a los jóvenes protagonistas enfrentarse a los adultos y muchas veces a los abusivos de la clase, no dejando de lado las escenas románticas, son películas que tienen además de comedia, romance y acción.
Three OClock High, es una de las mejores comedias juveniles de los 80, con escenas muy divertidas, con una colocación y movimientos de cámara, que no sólo permite que nos entregarnos con la historia sino que disfrutemos visualmente de esta, la película está escalones más arriba de las típicas comedias juveniles.
Jerry Mitchell,un nerd de la escuela, que es el reportero del diario escolar, le es asignada un articulo, sobre un nuevo compañero Buddy Revell, el cual corre el rumor que no le gusta que lo toquen, y que tocarlo es una sentencia de muerte, es así que Jerry, decide saber la verdad de tales rumores, comprobando que es cierto para su desgracia, ya que Bubby señalara la hora y lugar de la pelea entre ambos (Masacre para Jerry), con estas palabras de Bubby, Jerry sabrá la hora y lugar de su fallecimiento.
Jerry hará todo lo posible para escapar de su terrible destino, pero todo está en contra, comienza a entender que su suerte esta echada, que nada puede hacer cambiar su destino, como si se tratara de una tragedia griega, el joven protagonista tendrá que enfrentarse sólo ante un duelo desigual, como el propio Gary Cooper en High Noon .
Su director Phil Joanou, no sólo se preocupa de contar una historia divertida, con un buen ritmo, con escenas cómicas antológicas, sino que logra mediante el excelente uso de las cámaras, que el espectador perciba las sensaciones del protagonista, por lo que estamos ante una comedia diferente dentro del género, basta recordar, los ángulos picados que enfocan el reloj, el cual va señalando que se acerca cada vez más la hora de la pelea, en donde se ve a un Jerry abatido por su destino, también están los planos de los pasillos de la escuela, la escena del gimnasio, estamos en otras palabras ante un pequeña joya de los ochentas.
Desde el comienzo de la película notamos que estamos ante algo diferente a la típica comedia teen, con ese plano secuencia de casi 2 min. que arranca en el reloj exterior del Weaver High School, marcando las 7,50, para acto seguido y mientras nos introducimos en el instituto ir oyendo las conversaciones de las distintas tipos de adolescentes que componen la fauna estudiantil, en las que expresan su preocupación por la llegada de un nuevo estudiante al que en todas y cada una de las conversaciones que oímos al paso de la cámara le describen como un autentico psicópata con un largo historial de agresiones y comportamientos perturbados en las escuelas en las que había estado antes y que al parecer odia que le toquen.
La última conversación que oímos sobre las hazañas del psicópata durante ese plano secuencia es en boca de Jerry Mitchell (Casey Siemaszko) con su hermana Brei (Stacey Glick), momento en el cual oyen un fuerte ruido de motor y al asomarse a la ventana ven al inquietante y malencarado tipo del que todos hablaban y que resulta llamarse Buddy Revell (Richard Tyson) bajándose de un coche negro (el que haya visto la película no olvidara la escena, lo primero que vemos es la bota para acto seguido la cámara subir en ángulo inclinado hasta su cara) y entrando en el instituto dejando un halo de preocupación y temor entre los estudiantes que se apartan a su paso.
Todo esto en los primeros 10 minutos, a partir de aquí y como consecuencia de un encuentro de Jerry con Buddy en el baño cuando estaban meando codo con codo, en el que Jerry tiene la mala idea de tras presentarse, darle una palmada de amistad en el hombro, ante la cual el psicópata reacciona agrediéndole y citándole a las tres en punto para una pelea, tenemos una magnifica y extraordinaria vuelta de tuerca a las películas teen al uso de la época, en la que durante esas 7 horas que faltan para el fatídico encuentro Jerry consigue que compartamos su angustia y estemos pendientes del implacable paso del tiempo (imposible no acordarse de Solo ante el peligro 1952), todo ello magníficamente filmado, fotografiado y editado, siendo lo más parecido que recuerdo de este uso del gran angular, tomas desde grúas en movimiento, planos imposibles y edición sincopada a la vez que milimétrica, es Arizona Baby 1987 de los Coen, que por cierto por esa época colaboraban con Barry Sonnenfeld (responsable de la fotografía de esta que nos ocupa) en sus trabajos como responsable de fotografía, con una banda sonora extraordinariamente remarcadora de las escenas a cargo de Tangerine Dream, un guion escrito por Richard Christian Matheson (el hijo del maestro Richard Matheson) y Thomas E. Szollosi, (reputados guionistas de innumerables joyitas) , una soberbia dirección de Phil Joanou (tras esta, El clan de los irlandeses 1990 y Análisis final 1992, su carrera ha caído en picado) y la mejor actuación de sus vidas por parte de Casey Siemaszko y Richard Tyson.
Absolutamente recomendable.
El Club de los Cinco (1985), La Mujer Explosiva (1985), Todo en un Día (1986), La Chica de Rosa (1986), Una Maravilla con Clase (1987), el cine de los ochenta está lleno de cine sobre la adolescencia , casi todas ellas producciones del productor, guionista y director John Hughes (1950-2009). Una en la que este hombre no tuvo implicación alguna pero sigue sus coordenadas es Pánico a las Tres (1987), una producción de Aaron Spelling (90210 Sensación de Vivir) y Steven Spielberg sin acreditar.
Dirige Phil Joanou, colaborador habitual de la banda U2 (ocho videos, el documental Rattle and Hum), firmante de la posterior y recomendable El Clan de los Irlandeses. Con este, su primer trabajo relevante, se llevó un palo en la taquilla, pero el formato doméstico la convirtió en un pequeño film de culto. Los protagonistas son Casey Siemasko (Arma Joven), Richard Tyson (Poli de Guardería), Anne Ryan (Todo en un Día), Jeffrey Tambor (Resacón en las Vegas) y Phillip Baker Hall (Zodiac).
Trama simplona, Jerry Mitchell (Siemasko), un flaquillo alumno del montón se mete en problemas con el alumno nuevo del instituto, el psicópata y mastodonte máquina de matar Barry Revell (Tyson). Este último le reta en el parking del centro a la salida, a las tres en punto. Con toda la mañana por delante Jerry Mitchell trata de buscar una manera de eludir el enfrentamiento.
De los siete pases que dedicaba Canal + a cada película que estrenaba en sus primeras emisiones, vi Pánico a las Tres por lo menos cuatro veces -y casi podría afirmar que la quinta-. Me gustaba mucho en su momento y el revisionado que le acabo de echar no la sitúa en mal lugar, todo lo contrario. Se trata de una comedia bastante divertida, con protagonista metiéndose en líos varios y cada vez más complicados con tal de evitar una pelea. El resultado, mucha situación hilarante y otras no tan efectivas, pero simpáticas.
A destacar, la dinámica dirección -gran variedad de planos y movimientos de cámara, muchos de ellos muy originales-, el ritmo que tiene la película, buen casting y una escena, la final, que no desentonaría en la mejor parte de Rocky. Además es muy corta, se pasa en un suspiro, si algo echo de menos del cine de los ochenta es que salvo contadas ocasiones los directores no necesitaban explayarse con dos horas y pico de metraje para contar una historia. La verdad es que la de Pánico a las Tres tampoco daba para más.