Bad Boys (TV)
Sinopsis de la película
Los Detroit Pistons de finales de los 80 y principios de los 90 parecían dispuestos a hacer cualquier cosa para ganar. Esa característica generó una dualidad amor-odio. Y les valió el título: Bad Boys.
Detalles de la película
- Titulo Original: 30 for 30: Bad Boys
- Año: 2014
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
7.6
40 valoraciones en total
No, porque había una aldea de irreductibles galos vestidos de azul y rojo que permanecían inalterables al sueño de poder ganar el anillo y no ser meras comparsas de los orgullosos verdes y el Showtime californiano. ESPN vuelve a dejarnos con la boca abierta al sumergirnos de lleno en uno de los fenómenos clave para entender la NBA actual, el surgimiento de los Bad Boys de los Detroit Pistons.
Una panda de sospechosos habituales unidos por el talento y las malas pulgas. Bajo su cara angelical y juego fino, Isiah Thomas escondían un carácter fortísimo y con tendencia a la destrucción del rival que se tradujo en un giro total del devenir de una franquicia que encontró acomodo en una grada obrera y entusiasta. Kid Rock, fiel incondicional del Palace, es el narrador de lujo para la ocasión.
Equipo con muchas más habilidades de la que se les reconocieron en su día (Joe Dumars, Mark Aguirre, Adrian Dantley…), la defensa agresiva rayando en sucia de los pupilos de Chuck Daly (quien terminó entrenando al Dream Team en Barcelona 92) los hizo odiados por el resto de escuadras, lo cual quizás llevó a crear un último bastión en un vestuario no apto para dudas, controlado con mano de hierro por Thomas y Bill Laimbeer.
Indispensable para los amantes del basket conocer el lado oscuro de estos Bad Boys, pero también su tesón y capacidad de recomponerse de durísimas derrotas en Playoffs cuando estaban ante la línea de meta. Solamente Dennis Rodman ya merecería una película para él en solitario.
Por último, la cadena logra uno de los testimonios más ansiados, el de Su Majestad Michael Jordan, el gran enemigo personal del poderoso conjunto de Michigan. Quién sabe, de no haber tenido ese cruel tutelaje, quizás el 23 no hubiera alcanzado ese insultante dominio en todas las facetas del juego.
Imperdible. ESPN nos sumerge en días donde el Palace era el infierno… para los demás rivales.
Motown.
Los documentales de la colección 30 for 30 son acojonantes. He disfrutado especialmente los de baloncesto ( Once brothers , The Fab Five , Without Bias …). Éste no baja el nivel. El documental narra la construcción paso a paso de la plantilla que convertiría a un club perdedor en el bicampeón de la NBA de 1989 y 1990, ganándose en el proceso la reputación de equipo sucio y antideportivo por su extrema dureza llegando a la violencia en el juego bajo el apelativo de Bad Boys . El documental es fantástico porque no se olvida de ninguno de los jugadores que tuvieron un peso específico en las temporadas de ascenso y triunfo. Es especialmente destacable la aparición de Adrian Dantley, alero con el que Detroit rozó el anillo en la final de 1988 y al que intercambiaron meses más tarde por Mark Aguirre (al que su ex-compañero en Dallas Rolando Blackman le pega un buen palo durante la peli, tachándolo de egoista). Las razones de su traspaso, la difícil relación que mantenía con sus compañeros por su propia personalidad, etc. siempre habían sido temas más bien opacos. Bad Boys arroja luz sobre este asunto en el que estuvo envuelto un jugador (Dantley) que no pasó desapercibido ni mucho menos por Detroit, hasta el punto de que muchos fans llegaron a solicitar oficialmente a la Liga que se le entregase un anillo de campeón de 1989 a él también, pese a haber sido traspasado a Dallas meses antes.
Por lo demás, la imagen que da de los Pistons este 30 for 30 es básicamente amable, sobre todo por la sensación de camaradería real que ofrecen todos esos ex-jugadores, lo que ya era notorio en aquella época: los Pistons de finales de los 80 eran un EQUIPO en mayúsculas. La hostilidad por parte de la prensa, de los fans y del resto de los equipos de la NBA hacia ellos les unió todavía más para convertir a la plantilla en una suerte de comando de marines donde todos estaban dispuestos a dejarse la piel por sus compañero a la disparidad de caracteres.
Personalmente aquel equipo siempre me pareció extraordinario jugando a baloncesto, pero varios de sus miembros me parecían entonces y me siguen pareciéndolo ahora, con sus declaraciones y actitud ante las cámaras, unos auténticos hijosdeputa (Bill Laimbeer a la cabeza, seguido de cerca por el risueño Isiah Thomas y un Ricky Mahorn que en el documental exhibe su habitual perfil intimidador para sorprendernos a continuación soltando la lagrimita al recordar su desprotección en el draft de expansión de 1989, un tipo que siempre jugó al baloncesto poniendo en riesgo la integridad física del rival). Además, aquel equipo se convirtió en un referente para otros equipos de la nueva década de los 90, posiblemente la más horrenda que recuerdo como fan del baloncesto, justamente por la aparición de equipos extremadamente físicos, duros y amantes del basket-control (esa mala copia que fueron los New York Knicks de Pat Riley entre el 92 y el 94).
Otro grandioso documental obligado para todo fan de la NBA en su época dorada.