Ovo malo duse (TV)
Sinopsis de la película
Narra la vida cotidiana de una familia en la Bosnia rural. La madre está enferma y su último deseo sería ver casado a uno de sus hijos, pero el mayor tan sólo tiene quince años. El padre, preocupado por el deseo de su esposa, intenta encontrar a una chica disponible. El hijo más pequeño anhela ver mundo, la hija mediana se ocupa de las labores domésticas y de sacar buenas notas en la escuela. El mayor está colado por una chica de su edad, y su tío, el cartero del pueblo, sueña con una bicicleta para hacer el reparto.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ovo malo duse (TV)
- Año: 1987
- Duración: 73
Opciones de descarga disponibles
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Ademir Kenovic, respetado realizador bosnio, alcanzó cierta fama en 1997 con Savserni krug (El círculo perfecto) , y desde entonces no le hemos vuelto a ver el pelo salvo por una rareza de coproducción italo-portuguesa-luxemburguesa protagonizada por el gran John Turturro, Secret passage . Ahora al parecer está más volcado en labores de producción.
Por fortuna, para el que quiera conocer algo de su demostrado talento en la dirección puede echar la vista atrás y se encontrará con pequeñas joyas como Kuduz de 1989, o esta Ovo malo duse (Un poco de alma) .
Un retrato del día a día en la Bosnia rural, en una aldea cerca de Tuzla, el nombre Tuzla se deriva de la palabra turca sal , y se refiere a los grandes depósitos de sal hallados bajo la ciudad. Y de hecho en la película se menciona a las minas de sal de la ciudad, además de hablar siempre de ella y tenerla como referente, la chavala rubia va a estudiar allí y el pequeño de la familia sueña con ir a Tuzla en tren y ver algo de mundo.
Las esperanzas y anhelos, el trabajo, el amor, la enfermedad y la muerte. El convertirse en hombre. El matrimonio concertado, y hasta una fiesta nupcial musulmana se retratan en este telefilme producido por la televisión de Sarajevo, rodado con el talento de Ademir Kenovic y gracias al buen guión de Ranko Bozic, que goza de un valor documental incalculable.
Cinco años después, se firma una nueva Ovo malo duse . Ignoro si la rehicieron o si solamente se añadieron nuevos minutos con el objetivo de estrenarla en el cine, cuenta con casi 12 minutos más de metraje y con Centar Film en la producción.
El hombre es miserable, y el poco alma que tiene se la dio el diablo para hacerle más miserable.
Sin lugar a dudas uno de los géneros de los que más gusta el cine balcánico: el viaje iniciático de un joven hacia la edad adulta. En este caso nos encontramos en una pequeña comunidad campesina del noreste de Bosnia, de clara mayoría musulmana (lo cual es reflejado por la película). La película transcurre en un periodo no muy lejano a la Segunda Guerra Mundial, quizás diez o quince años después. De hecho el film habla de ese tema omnipresente en la memoria de Yugoslavia: los traumas dejados por un conflicto que supuso el lanzamiento de políticas genocidas, gran represión, traslados forzosos de población de un punto a otro, etc. Sin embargo no fueron más los musulmanes los más afectados por ese conflicto, de hecho muchos de ellos colaboraron durante la ocupación alemana o el régimen de los Ustachi croatas. Pero esto es otra historia que nos lleva a reflexionar hasta qué punto el régimen socialista de Yugoslavia y sus intelectuales trataron de limar las brechas surgidas en el seno de la población a causa de dicho conflicto, brechas que se iban a hacer más que patentes cinco años después de la presentación en televisión de esta película. Bueno eran malos tiempos , le dice la hermana al padre de los niños, Solía rezar para sobrevivir. Y todo ese sufrimiento durante la guerra. Y construimos esta casa de la nada . Sí, aquí puede verse cómo para la población yugoslava tanto en la vida material como ideológica el año 45 representó un año 0, una vuelta a empezar en todos los sentidos, no había tiempo para reflexionar en torno a lo qué había pasado, todo estaba devastado por la guerra.
Uno de los puntos que toca la película es el aislamiento de la pequeña comunidad rural frente a la ciudad, presentada como si fuera un horizonte de esperanza, un lugar casi-mágico. Pero esto no le ocurre tan sólo a los niños de una pequeña comunidad campesina de Bosnia, aun recuerdo cuando fui por primera vez a Madrid con 12 años desde Teruel. Es hermoso ver el modo en que se plantean los sueños de los niños en esta película. Pero al mismo tiempo comienza a vislumbrarse una pérdida de peso de la actividad económica agrícola y de la vida en el campo en favor de la pujanza de las ciudades impulsada por la industrialización promovida por el régimen de Tito. No sólo España conoció el éxodo rural en los sesenta, también Yugoslavia fue un claro ejemplo de ello. Así vemos al tío de Nihad cómo abandona el campo para ir a las fábricas de la ciudad o a Senada, para ampliar sus estudios. No peor expresado está el modo en que asumen con resignación el fin de éstos, tal y como hace el protagonista, obligado a crecer por las circunstancias e impulsado a corregir los errores que cometieran sus mayores (según su punto de vista): cuidar al caballo como un ser vivo por ejemplo, un hermoso ejemplo de amor por la naturaleza el de Nihad.
La historia se desarrolla íntegramente en una aldea, los protagonistas son niños, vemos su día a día, las costumbres, los lugareños, el campo… ¿bucólico? no: sobrecogedor. Cinta de terror sobre nacer, crecer y no poder huir del medio rural hasta que el alcohol se termina convirtiendo en el único pasatiempo. Encima, Kenovic no da ni un sólo respiro al espectador. Todo es negro: desde el abandono del perro al infructuoso amor del protagonista por su amiga.
En cuanto al contexto yugoslavo, llama la atención que los musulmanes profesen su religión sin demasiadas alharacas. Sobre el estilo realista, quedan grabadas en la memoria las escenas en el bar donde los aldeanos se emborrachan e introducen al protagonista en la cultura del alcohol. Escenarios sin luz, rostros demacrados, castigados, ajados… casi como un cuadro del Goya más oscuro.