Ötzi, el hombre de hielo
Sinopsis de la película
En los Alpes Ötztal, hace más de 5.300 años, se estableció un clan neolítico, cuyo líder, Kelab, era el guardián del santuario sagrado, Tineka. Un día, mientras Kelab se marcha a cazar, el asentamiento es atacado y los miembros de la tribu brutalmente asesinados, incluyendo la esposa de Kelab y su hijo. El santuario es robado y el único superviviente es un bebé recién nacido. Cegado por el dolor, Kelab emprende un viaje para buscar venganza y no tiene otra opción que llevarse al niño con él.
Detalles de la película
- Titulo Original: Der Mann aus dem Eis aka
- Año: 2017
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
Película
6.1
28 valoraciones en total
El 19 de septiembre de 1991 unos excursionistas encontraron en los Alpes (en el sur del Tirol) una momia preservada en el hielo. Aún recuerdo el reportaje posterior de El País con una fotografía que guardo en la memoria. Me impresionó el caso. Ötzi, como se le bautizó, no era la momia de un esquiador perdido o de un soldado de la I Guerra Mudial, sino los restos de un varón que había vivido y muerto hacía unos 3.255 años, de 46 años aproximadamente y con1,59 m. de estatura. Ötzi había sido, con casi total seguridad, asesinado: tenía una punta de flecha en el pulmón y su cadáver había sido removido para extraerla.
Sobre esta base, el director y guionista Felix Randau ha construido una ficción, una historia, para contestar a la pregunta de qué pudo haber ocurrir para que Ötzi acabara siendo muerto con violencia y su cadáver abandonado. El hilo argumental recurre a un objeto casi mágico y a una historia de venganza. Podía no haber recurrido a estos elementos narrativos que nos unen en el tiempo a los hombres de entonces y a los de ahora, y que es un lenguaje universal que tanto Ötzi y sus coetáneos como nosotros compartimos. Es el arte, la épica, la ficción.
La película de Randau es todo un desafío y ya por ello tiene un atractivo irresistible. Además, como buena película europea, ha elegido el rigor científico, huyendo de fantasías u otros recursos del género. El naturalismo, reproduciendo las probables condiciones de vida de nuestros antepasados, y la historia (aventurera) de persecución y venganza, con sus distintos episodios de éxitos y fracasos, son un hilo argumental suficientemente atractivo. Es obvio que los hechos violentos y la lucha por la supervivencia en condiciones extremas son elementos (per se) de enorme fuerza narrativa. Las interpretaciones son convincentes en general y el paisaje de alta montaña está rodado con mucho oficio.
Se pueden aportar otros referentes como En busca del fuego de J. J. Annaud, o Alpha de A. Hughes, pero estas películas, por ejemplo, militan en otro cine, como es el de género y donde la Prehistoria es una buena disculpa para hacer un film de aventuras. No es el caso de Ötzi, el hombre de hielo , y esa es una de sus virtudes
Para finalizar procede recordar que esta película cuenta la historia de unos asesinatos y de su resolución a través de la venganza y de más asesinatos. Y que, por tanto, descendemos de asesinos, seguimos siéndolo como especie, y que, por tanto, tenemos mucho que aprender todavía… antes de nuestra extinción.
El cine busca cosas diferentes y originales, aunque el resultado no siempre sea satisfactorio. Uno de los casos en donde la originalidad del proyecto y de su puesta en escena va por encima de su calidad y, al menos a nivel personal, en el interés en la historia es esta coproducción europea que parte de una hecho real que sucedió en 1991, y que obtuvo bastante repercusión mediática, para recrear una época y el modo de vida de esa persona cuyo cadáver fue encontrado en los Alpes y que después de una investigación científica se descubrió que datan de hace más de 5300 años y que estaban en buen estado de conservación. Todo esto lo conocemos en el prólogo, en donde también se indica que la película no tiene subtítulos y se habla en un idioma que en la actualidad no podemos entender, aunque ese detalle importante no impide seguir el desarrollo de la historia.
Desde ese momento, y una vez puesto de manifiesto la existencia de ese personaje, cuya momia es la más antigua del mundo y se encuentra en el Museo Arqueológico del Tirol, el director alemán Felix Randau se adentra en esa época prehistórica para mostrarnos en su tercer largometraje el modo de vida de unos seres humanos que tenían dificultades para lograr sobrevivir.
Me costó entrar en la historia, sobre todo en la presentación de los personajes, quizás por la ausencia de diálogos, pero poco a poco fui conectando con esa historia, y lo mejor está en la parte central con unas escenas en las montañas nevadas muy bien filmadas, para volver a caer en su parte final.
Hay que reconocer que tiene algunas cosas positivas, en especial su música y sobre todo el sonido, y el maquillaje y peluquería que hace irreconocible al personaje protagonista, el de Kelab, al que da vida el veterano Jürgen Vogel, ganador del oso de plata en Berlín por su interpretación en Der freie Wille ( 2006 ) , y que tiene unos papeles secundarios en películas alemanas bastante conocidas como Good bye, Lenin ( 2003 ) y La ola ( 2008 ) . El intérprete alemán está bastante bien en esta película, con algunas escenas de gran carga dramática, y destacando en un plano secuencia que se desarrolla en la parte inicial y que es un prodigio técnico. Junto al protagonista aparecen Susanne Wuest y en una breve aparición Franco Nero, al que cuesta identificar en sus pocos minutos en pantalla. La película tendrá su público, entre lo que no me encuentro, y recomiendo acudir a una sala de cine para poder disfrutar de la belleza de los paisajes naturales que están muy bien filmados, pero avisando que la película es un poco extraña y que puede costar entrar en una película en donde no hay subtítulos y se habla en un idioma diferente.
LO MEJOR: El plano secuencia en la parte inicial. El empleo del sonido.
LO PEOR: Me costó entrar en la historia y no me convence el final.
A saber lo que le pudo pasar hace 5.300 años al bueno de Ótzi, llamado así por el valle de Ötztal en los Alpes orientales centrales en la frontera entre Italia y Austria donde apareció en 1991 fruto del deshielo del glaciar. Tenía clavada una punta de flecha en el hombro izquierdo. Su buen estado de conservación y el de la vestimenta y utensilios han aportado datos esenciales.
A partir de estos mimbres el director alemán Félix Randau, fábula un western metafórico cuya moraleja es que los seres humanos, preferiblemente varones, vienen matándose unos a otros desde tiempo inmemorial por cualquier cosa que en su momento consideren valiosa y lo hacen con crueldad en una espiral de violencia difícil de abandonar. El personaje que encarna eficazmente Jürgen Vogel parece tomar conciencia de ello, comprende que el enemigo no es tan diferente a él mismo. Después de haberse vengado eso sí.
La historia, el guión, es tan simple como las reacciones humanas que describe. Randau en su segundo film desde hace una década se ha esforzado para que el viaje en el tiempo sea lo más fidedigno posible, (incluido una reinterpretación del idioma Rético) con la colaboración de todo tipo de expertos y una exhaustiva búsqueda de localizaciones vírgenes . A la postre la puesta en escena minuciosa, el modo de vida y los lugares donde ocurrieron los hechos se llevan el mayor protagonismo de una historia bien narrada que se sigue con interés.
cineziete.wordpress.com
En el año 1991, gracias al deshielo que están sufriendo los glaciales en todo el mundo, una pareja de alpinistas descubrió en los Alpes un cuerpo preservado en el hielo. Era Ötzi, el hombre de la Edad de Piedra , que estaba en perfecto estado de conservación con todos sus ropajes y su equipamiento. Hoy en día, la momia más antigua del mundo se encuentra en el Museo Arqueológico del Tirol. Cada milímetro del cuerpo de Ötzi ha sido analizado y este hombre se ha convertido, desde su descubrimiento casual, en una fuente inagotable de información sobre el pasado remoto de Europa y un espejo en el que vemos reflejadas nuestras raíces.
La película, dirigida por Felix Randau y protagonizada por el actor alemán Jürgen Vogen, aúna conocimiento científico y ficción para desarrollar una hipótesis verosímil sobre los últimos días de este hombre que vivió hace 5.300 años.
Gracias a una bonita iniciativa pudimos disfrutar del preestreno, y posterior coloquio, en el museo de arqueología de Madrid, contando con la presencia del director y un reputado arqueólogo (siento no recordar su nombre). En esta charla nos confirmaba el arqueólogo que la ambientación y documentación de la película es muy buena. Se nos explico que aunque la ciencia tiene muchas lagunas y no puede dar respuesta a multitud de cuestiones sobre la vida en aquella época, la película tiene el respaldo total de la ciencia.
A mi me recuerda mucho a la mítica película de Jean-Jacques Annaud de En busca del fuego porque entiendo que es una premisa similar: desde el rigor científico absoluto se construye una ficción… también me recordó un poco a Apocalipto y sobretodo a otra película mítica para mi como Pathfinder (El guía del desfiladero), la primera versión nórdica y que luego se hizo un remake en EEUU. Esta afición mía a buscar referencias en otras pelis no es por restar méritos porque creo que consigue cierta personalidad propia este joven director.
EN RESUMEN me parece una película bastante recomendable y que hay que reivindicar porque, a pesar de lo dificultoso del proyecto, creo que también consigue algo muy importante y cada vez más escaso (y no solo en el cine): ENTRETENIMIENTO SÍ, PERO DE CALIDAD.
Termino en el spoiler
A las 17:00 fue el momento, en la sala 1 de los cines de la prensa, El hombre que salió del hielo/Der Mann aus dem Eis, dirigida por Felix Randau. Una película cuyo relato está inspirado en un apasionante hecho real: el descubrimiento en los alpes Ötzal, en 1991, de una momia de 5000 años de antigüedad asesinada a los 46. Vemos a este hombre como el líder de su clan, que un día vuelve de cazar encontrando a su mujer, hijo y cercanos masacrados en el asentamiento. Dolorido e iracundo, perseguirá en solitario a los asesinos con sed de venganza por bosques, montañas y nevadas. Cine cavernícola, narrativamente escueto y directo. Un filme prácticamente mudo, pues apenas hablan unas pocas frases en una lengua arcaica que los realizadores no consideran necesario traducir. Una aventura realmente espectacular, visualmente virtuosa. Visceral y explosiva, con unas pocas secuencias de acción de infarto, con enfrentamientos de violencia explícita. Y una película de extraordinaria producción y localizaciones, en la que sientes el frío. Con respecto al material de partida, difícil habría sido hacer mejor filme. Pues en su guión, plano y escaso, como carentes de desarrollo son sus personajes, es dónde el filme no tiene interés. Que al presentar personajes de estéticas muy similares de los que no sabemos ni su nombre (incluido Franco Nero) hace difícil que no les confundamos. Con todo, un filme claramente interesante.