Orgullo y pasión
Sinopsis de la película
Guerra de la Independencia (1808-1814). En 1810, durante la invasión de España por las tropas napoleónicas, un grupo de guerrilleros, con la colaboración de sus aliados ingleses, intenta evitar que un cañón de gran calibre caiga en manos de los franceses.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Pride and the Passion
- Año: 1957
- Duración: 132
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Opinión de la crítica
Película
5.3
54 valoraciones en total
Cary Grant, Sofía Loren, Frank Sinatra…todo parece indicar que vamos a disfrutar de una maravillosa velada cinéfila, además acompaña el, en principio, nada sospechoso Stanley Kramer. La curiosidad crece a cada minuto que se sucede: Cary Grant es oficial de la marina, acaba de llegar a Santander, Sinatra es un inquieto guerrillero que lucha contra las fuerzas napoleónicas y a todo esto se une Loren. Es difícil de asimilar pero ahí está, y la curiosidad hace que siga apalancado siguiendo el devenir de las aventuras.
El objetivo es evitar que un colosal cañón caiga en manos francesas, al menos para Grant. Para Sinatra el objetivo es trasladar el cañón hasta Ávila con el fin de cañonear las murallas. Hasta aquí la cosa es sorprendente pero pasable. Pero Kramer nos tiene reservada una pequeña sorpresa: Para trasladar el cañón de gran calibre desde las cercanías de Santander hasta Ávila hay unos 380 kilómetros, pero en la peli vemos imágenes de La Ciudad Encantada…en Cuenca!!! Con lo que calculando de nuevo la distancia Santander-Cuenca-Ávila y suponiendo que el séquito de Sinatra no se homenajea con un garbeo por La Alhambra, tenemos la nada despreciable cifra de 864 kilómetros cargando con un cañón que pesa un quintal.
Tremendamente maravilloso, en la que uno se pregunta: ¿Qué hace Cary Grant en esta película?, ¿Qué hace Sofía Loren en esta película?, ¿Qué hace Frank Sinatra en el cine?
Casi seguro que John Woo le debe mucho a Kramer al incluir en Misión Imposible 2 una procesión en Sevilla con las imágenes quemándose y a la que sólo le faltan falleras tirando petardos. Si Salzillo pillara a John Woo…
Portentosa.
Una típica cinta de aventuras de su época, y que aquí se conoce más que otras por estar rodada en España (en la época en que empezó la apertura y empezaron a llegar turistas, dólares, empresarios y cineastas, atonitos al ver aún curas con sombrero de teja y pueblecillos llenos de Sanchos Panza) y además ambientada… en España, durante la francesada, no en Rusia ( Doctor Zhivago ) ni en Tejas ( El bueno, el feo y el malo ) ni en China ( 55 días en Pekin ) ni en… bueno, ya me entienden. Y es que la Guerra de la Independencia fue una de las épocas más idealizadas y machacadas por la historia franquista (que la comparó sin parar con la Guerra Civil, tratando a los republicanos de invasores extranjeros ), los anglosajones la conocen como la guerra peninsular y la han usado en muchas novelas de aventuras como la que adapta esta película, de C.S. Forester, el creador de Horatio Hornblower.
No es tan famosa como El Cid (que además la da cien mil vueltas, sobre todo por Charlton Heston) y está llena de tópicos, estereotipos y paisajes de postal (impagable cuando Cary Grant desembarca en la costa y se ve poco después… el Alcázar de Segovia ,-D) que a los que no somos guiris nos provocan una risa tras otra (son cosas que nunca mueren y que de todos modos traen turistas, viva España), pero siempre pasa eso cuando Hollywood cuenta historia que no es la suya. Pensemos en los westerns europeos, igualmente llenos de tópicos sobre EEUU y Méjico y que se preocupaban muy poco por la verosimilitud, sus guionistas jamás se informaron sobre la historia o la geografía del Oeste americano, solo crearon una especie de mundo paralelo, fantástico. O sea que estamos en paz.
Sea como sea, es una película muy entretenida y bien hecha, puro espectáculo made in Hollywood . Mi madre presenció el rodaje y a veces me habla de él, en el colegio donde estaba ella mandaban a lavar la ropa sucia (no había lavadoras). Hay que ver, si hubiera arramblado con la ropa de alguno de los protagonistas hoy podría sacar algo en Christies.
Frank Sinatra y Sofia Loren no pegan mucho, solo cumplen con su papel, pero Cary Grant sí está impagable como tieso, duro y elegante oficial inglés que la lía gorda con el supercañón, pocos actores han sabido llevar mejor trajes elegantes (habría sido un James Bond perfecto). En resumen, una película cañón ¡¡¡
No es precisamente una gran película, pero tampoco el film tan desgraciado que acarrea su escasa fama, siendo una película más de productor que de director, dónde las aventuras del simbólico cañón son más interesantes que las del triángulo sentimental entre el elegante Grant, la hermosa Loren y el aquí cogido por los pelos Sinatra.
No voy a ser yo quien haga de abogado del diablo con la siempre denostada Orgullo y pasión, pero sí que me gustaría decir algo para la reflexión.
A la hora de valorar una película solemos ser más exigentes a medida que más se acerca el tema, los hechos o el lugar a lo que conocemos. Es decir, que si se trata de un western en la mayor parte de los casos no pensamos si el paisaje biogeográfico o la tribu india en cuestión que aparece en pantalla corresponde realmente con Texas o con Nevada. Ni lo pensamos.
Pero el ser humano, subjetivo por naturaleza, tiene aplicar otro parámetro cuando la cosa le pilla más cerca. Entonces nos ponemos en guardia, y si aparece un plano de los torquedales de Cuenca no lo perdonamos si van en dirección Ávila desde el norte.
Pero lo que vemos en Orgullo y pasión no es muy diferente de lo que vemos en las que transcurren en Sudamérica, África o en la India y que tan bien valoramos todos. Sólo que aquí somos más estrictos, pero la película es igual de buena o de mala.
Además hay que tener en cuenta que todos estos productos se destinaban al público norteamericano, no al español, que aquí triunfase o no, era casi anecdótico, para los yankees hasta hace no muchos años triunfar o no en Europa era como para el Madrid o el Barcelona vencer la Supercopa, un título menor.
Y todo esto no quita el tremendo disparate del argumento, que un grupo de guerrilleros –que tenían una zona geográfica muy concreta de actuación- tomen un cañón inmenso, atraviesen media España sin ser vistos y ataquen presuntamente la capitanía francesa en Ávila (¿las guerrillas atacando y sitiando ciudades a ejércitos regulares franceses?) sin estos recibir ayuda de fuerzas auxiliares.
Salvo excepciones muy honrosas las películas de Hollywood que se rodaron en España en toda aquella época no fueron muy buenas, pero eso sí, anécdotas dieron para escribir varios libros. Esta no iba a ser menos, desde el rollete entre el maduro Cary Grant y Sophia Loren, que hizo que Carlo Ponti le pidiera ante el mosqueo inmediatamente matrimonio o la cabezonería de Stanley Kramer que quería rodar la destrucción de la muralla de Ávila de forma real, ofreciendo incluso mucho dinero para ello, menos mal que al final se le convenció de que el patrimonio no se vende y le fabricaron una réplica, pudiéndola volar bien a gusto. Lógico, estos americanos lo más antiguo que tienen son las secuoyas.
Durante la guerra de independencia (1808-1813) el pueblo español se enfrenta a las tropas invasoras francesas. Un grupo de guerrilleros descubren un cañón de grandes proporciones abandonado por el ejército español, que pudiera ayudar a expulsar al ejército francés de la ciudad de Ávila, pero el problema es transportarlo por los escarpados terrenos y luego manejarlo.
Para tan difícil misión los guerrilleros contarán con la ayuda del capitán de la marina británica Anthony Trumbull (Cary Grant), pero antes tendrá que librar ciertas asperezas con su líder Miguel (Frank Sinatra), además de recibir un golpe al corazón por parte de Juana (Sofía Loren).
El film cuenta con un reparto extraordinario, como Cary Grant, Sofía Loren, Frank Sinatra y el director Stanley Kramer, pero les paso como al mega cañón. Era de esperarse actuaciones convincentes, pero fueron todo lo contrario.
Frank Sinatra en su papel de líder carismático, parecía más una caricatura, totalmente inexpresivo. A Sofía Loren le hacía falta la gracia y el movimiento de la mujer española. Cary Grant daba la impresión que le apretaban los pantalones, el personaje le quedaba muy grande. Las decenas de miles de extras españoles que actuaron en la película, fueron los mejores actores. Se movían en el set de forma natural, ¡fueron los mejores por mucho!
El film tiene el aliciente de ver la belleza del paisaje español, parte de la ciudad de Cuenca, los famosos molinos de viento de Don Quijote, entre otros. La película generó por la venta de taquillas la cantidad de $8,7 millones en EEUU solamente, más $4,7 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió una nominación a los Directors Guild of America para el director Stanley Kramer.