Operación Concha
Sinopsis de la película
Marcos Ruiz de Aldazábal (Karra Elejalde), un empresario sin escrúpulos, lidera una productora de cine que ha caído en bancarrota. Desesperado y sin dinero, junto a su equipo traza un plan para engañar a una inversora millonaria mexicana con un doble del prestigioso actor Ray Silvela (Jordi Mollà), quien ha rechazado trabajar en su película. Aprovechando el contexto del Festival de Cine San Sebastián, empieza la gran estafa, donde nada es lo que parece.
Detalles de la película
- Titulo Original: Operación Concha
- Año: 2017
- Duración: 99
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Opinión de la crítica
Película
4
24 valoraciones en total
El cine dentro del cine, es decir, aquellas películas que desde las perspectivas más dispares han retratado el mundillo que se mueve entre las bambalinas y los despachos alrededor de las cámaras, constituye un subgénero en sí mismo, aunque el cine español prácticamente ha tratado el tema de forma accidental, y solo Fernando Trueba ha explorado el negocio, con desigual fortuna, a través del díptico formado por La niña de tus ojos (1998) y La reina de España (2016).
El acierto de Operación Concha es combinar en tono de comedia el mundo del cine made in Spain con la idiosincrasia picaresca hispana. Un grupo de cineastas fracasados, capitaneados por un productor arruinado, personifican la cara más patética de la industria cinematográfica patria, y al mismo tiempo modernizan Los tramposos retratados por Pedro Lazaga hace casi seis décadas. La acción se localiza en San Sebastián, convertida en un personaje más de la película, para un engranaje que centra su foco en el Festival de Cine más importante de nuestra geografía. Con una realización funcional, Antonio Cuadri consigue mantener la atención en las peripecias del equipo protagonista gracias, fundamentalmente, a las magníficas creaciones de los actores, que saben dotar a sus personajes de la dosis de humanidad (también de cinismo) necesaria, y tanto Karra Elejalde como Jordi Mollá sobresalen entre un casting que consigue hacer funcionar la historia, al menos que resulte graciosa y entretenida, sin mayores pretensiones.
Desde su mismo título, la película coquetea con muchos de los iconos que se esconden tras las estrellas de cine, las imágenes mediáticas que ofrecen los medios de comunicación a unos espectadores ávidos por compartir las aventuras de sus ídolos dentro y fuera de la pantalla, en este caso a través de un gran Festival como el de San Sebastián, donde se premia la trayectoria de un imaginario actor de origen cubano llamado Ray Silvela (Mollá), que ha conseguido triunfar en la gran industria americana. Al recoger el premio, en un Kursaal a rebosar, se ofrece un compendio de su filmografía a través de las imágenes más emblemáticas de su exitosa filmografía, conformando un divertido ejercicio de sátira meta-cinematográfica. Pero hay más, vidas rotas por el cine que solo pueden suturar con más películas, y películas que solo se pueden hacer con más dinero, ahí está la clave.
En resumen, una comedia que no supondrá una contribución especialmente significativa al cine, pero que, con sus altibajos (la descripción y ambientación de los personajes mafiosos peca de simplista) y todo resulta agradable y amena. No nos descubrirá las miserias reales de la industria del cine ni las servidumbres de la gente que la sustenta, pero al menos estaremos pendientes para ver cómo se resuelve el timo articulado por el guionista Patxo Tellería, con alguna sorpresa y algún imaginativo giro incluidos, y que como resulta evidente aquí no podemos desvelar.
Me sigue sorprendiendo ver en una página como FA que consideramos referente, pueda estar tan politizada. El cine no es gusto de unos pocos, el cine no solo es arte y ensayo. El cine es entretenimiento, es ocio.
La película que nos ocupa es una liviana diversión que hace pasar un buen rato. Ni hay como decía un individuo por ahí abusos sexuales (me parece repugnante frivolizar sobre un asunto tan grave).
Gamberrada, film casposete made in Spain, entretenida, con buen reparto y con un desenlace un tanto estúpido. Se deja ver y está bien interpretada
Francamente mediocre comedia, que tiene una historia nada original, pero sí con indudables posibilidades. Pero el guión no es bueno, el ritmo es inconstante y sólo algunas interpretaciones, como la de Jordi Mollà se salvan. El resto cae en la anarquía, el puro cachondeo sin gracia y la vulgaridad más absoluta.
Sí, se puede ver y a veces saca la sonrisa y un par de ellas la risa, pero más por la gracia que hace ver y oír diciendo tonterías a actores que tienen ya un bagaje profesional encomiable. No porque las situaciones sean desternillantes, que creo es la ambición del film.
Va perdiendo gas según pasan los minutos y al final te das cuenta de que en realidad es una chorradita de tomo y lomo, aún con algunas escenas que pretenden ser emotivas pero no resultan nada creíbles.
Con escenas bien rodadas a veces pero tontería al fin y al cabo.
No, no me ha gustado y atisbo que será un fracaso comercial. Pero estoy deseando que se estrene para ver si justo, justo, sucede al revés. No me importaría, siempre deseo que el cine español tenga éxito, pero en esta ocasión lo dudo, y mucho.
https://filmsencajatonta.blogspot.com.es
Cuando la avaricia rompe el saco y se apodera de los personajes. Antonio Cuadri dirige Operación Concha, una película donde el dinero ocupa un papel principal en el reparto, siendo éste quien condicionará y controlará las acciones de los personajes. Una comedia escrita por Patxo Tellería y Antonio Cuadri que mostrará otra perspectiva sobre el cine español. Estreno 29 de septiembre.
Si preguntamos por películas españolas de humor, rápidamente acuden varios títulos a nuestra cabeza. En especial dos películas recientes que se convirtieron en un éxito en taquilla, lo que provocó (a demás de que se realizasen segundas, e incluso sextas partes), establecer unas pautas del humor a realizar para triunfar en España. Esas películas son Torrente y 8 Apellidos Vascos.
Pues bien Operación Concha es una mezcla de ambas. Cogemos a un andaluz que sea similar en cuanto a inquietudes a Torrente (con algo más de estilo) y lo llevamos con vascos y con mexicanos, y hacemos que finja ser, en vez de vasco, cubano.
Y vamos a incluir a un miembro del elenco de una de esas películas para meternos a la gente en el bolsillo. Me atrevo a decir que es una elección un poco desacertada, vemos a un Karra Elejalde gritón en exceso (¿Cuándo superaremos que los gritos solo hacen gracia si eres Gracita Morales?).
Entre el reparto tenemos también a un Jordi Mollá, que resulta creíble en ambos papeles, pero no logra hacernos reír ya que su guión peca de ser una imitación light del personaje de Santiago Segura. Barbara Mori, un gran redescubrimiento que espero poder ver más en producciones españolas.
Se que es más complicado hacer una comedia que un drama. Pero esta película solo podemos considerarla comedia por los gritos, y por la música. Si hubiese sido un thriller, o haber tratado de contar la misma historia de forma seria, solo con algún momento de humor (al estilo Almodóvar), podría haber sido una gran película, porque los giros son interesantes.
¿Lo mejor? Los detalles que muestra de los entramados del cine.
¿Lo peor? Tratar de hacer una comedia cayendo en tópicos más que explotados.
Escrito por Sandra Gil Bermejo y Juan A. Rodilla
https://cinemagavia.es/pelicula-critica-operacion-concha/
Tirando de Google Maps, como todo buen millennial sin sentido alguno de la orientación, llegué a la ubicación del pase de prensa donde se proyectaba Operación Concha. Fue extraño, no había oído hablar de esa película hasta que recibí la invitación por correo electrónico, pero más lo fue cuando descubrí que no había ningún cine en aquella ubicación.
Al ver que un grupo de personas hacían cola para entrar en lo que parecía ser un hotel que coincidía con la dirección indicada en el correo, entré sin darle mucha importancia al hecho de que nunca me hubiera percatado de que había un hotel en aquella calle. Y todo pese a vivir prácticamente al lado e incluso pasear asiduamente por la zona. Lo achaqué a mi falta de atención, aunque bien podría tratarse de un lugar como el andén 9 y ¾ de la franquicia de Harry Potter y que sólo se abre para los que están invitados al pase en cuestión.
Le dije mi nombre y apellidos a la chica que estaba pasando lista, sin darme cuenta de que al hacerlo estaba solapando sus palabras. Ella estaba presentándose también. ¿Por qué? No lo entendí. ¿Por qué querría otro ser humano, en ese contexto, interactuar conmigo? No me quedé con su nombre, pero sí con que trabajaba en Filmax. Tanta educación no podía presagiar algo bueno. Las distribuidoras sólo son amables con los críticos cuando saben que tienen una buena turra entre manos.
«Puedes pasar. Bueno, ya sabes dónde es, ¿no?», me dijo. Pero no, no sabía dónde era. ¿Cómo lo iba a saber? Dijo que me dirigiera al ascensor y bajara a la planta -1. ¿Un pase de prensa en el sótano de un hotel? En lugar de ir a ver una película, cada vez estaba más convencido de que me había confundido de local y me había metido sin querer en una de estas orgías con mascarada que deben de organizar los miembros octogenarios de la jet set de Barcelona.
Atravesé un pasillo que parecía la versión cañí de la Logia Negra y me topé con un bar reminiscente al del Hotel Overlook. Todo buen rollo. Encontré una puerta con un cartel que rezaba «ON AIR» y asumí que el pase tendría lugar en esa habitación. Nada más abrir la puerta, un intenso aroma a Varón Dandy penetró en mis fosas nasales como si me las hubiera violado un pulpo con sus tentáculos. Nada de butacas cutres de cine, butacas caras, de salón de casa. Con reposapiés y una mesita de noche con lámpara al lado de cada una. La sala era pequeña, pero la gente que allí estaba parecía pertenecer a la ÉLITE de la crítica cinematográfica catalana. ¿Sería éste el sitio donde invitan a los críticos de verdad habitualmente?
Antes de que el ambiente empezara a parecerse aún más al de una hipotética versión de Eyes Wide Shut dirigida por Bertín Osborne, se abrió un telón que descubrió una pantalla pequeñísima pero desde la que pude ver la película que hoy nos ocupa de la forma más cómoda posible. Así en frío, una vez terminada Operación Concha, os puedo decir que casi prefería el plan de la orgía octogenaria.
Os cuento en spoilers, pero sin entrar demasiado en detalle.