Ocho mujeres y un crimen
Sinopsis de la película
Melsa Manton, una jovencita de clase alta, descubre una noche, en una casa deshabitada, un cadáver. Pero cuando llega la policía, el cuerpo ha desaparecido. Al día siguiente, un diario publica la noticia, tomando por una bromista contumaz a Melsa, quien no duda en poner un pleito al autor del artículo, Peter Ames. Deseando demostrar la verdad, Melsa y su grupo de inseparables amigas empiezan a investigar el caso. Un segundo cadáver, éste nada escurridizo, no tarda en aparecer. Los meandros de la investigación son cada vez más espesos. Y entre dudas, sospechas y amenazas, Peter Ames y Melsa Manton empiezan a constatar que del odio al amor hay sólo un minúsculo paso.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Mad Miss Manton
- Año: 1938
- Duración: 80
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Opinión de la crítica
5.8
88 valoraciones en total
Floja comedia sobre unas niñas ricas que se dedican a inventarse crímenes hasta que se encuentran con uno de verdad.
Enredo que se supone divertido aunque poca gracia me hizo.
Tira y afloja amoroso entre Barbara Stanwyck y Henry Fonda también muy falto de interés.
Por último de las ocho mujeres del título sobran al menos siete y no salvo a la protagonista precisamente, la única que me hizo algo de gracia fue la gran Hattie Mcdaniel. Lastima que aparezca tan poco.
Ocho pijas en busca de un asesino y de un cadáver, el guión no podía ser peor…
Si no fuera por Barbara Stanwyck y Henry Fonda la película llega a ser ridícula de pies a cabeza, aunque este último no llega a convencerme mucho en la comedia, aunque no hay que olvidar Las tres noches de Eva .
Como bien han dicho, una película olvidada y totalmente olvidable….
Únicamente la presencia de Barbara Stanwyck y, en menor medida la de Henry Fonda justifican el visionado de esta comedia de gesticulantes y lastimosos policías, investigadoras privadas en traje de cocktail y muertos en la nevera donde el único sentido de las ocho féminas en busca de cadáveres es el de lucir palmito y ocupar su buena cuota de pantalla. Con una, especialmente si se trata de nuestra Bárbara habría bastante ó como mucho dos, una para llevar el frasco de las sales del mismo modo que el oficial Sullivan es el portador de bicarbonatos anti dolores estomacales e incluso improvisado cantante en artículo mortis si se tercia la ocasión.
Tan lejos queda de aquellas comedias mágicas tipo Capra que cualquier parecido no es ni siquiera coincidencia sino un error aleatorio del destino. Las aventureras cinco de Enid Blyton multiplicadas como panes o peces hasta ocho no tienen justificación posible como no sea la demanda de papeles para amiguitas de los productores en pos del estrellato. Y si es junto a la Stanwyck y a Fonda mejor que mejor. No le encuentro otro sentido a tanta aglomeración femenina cuyo número supera el imprescindible para visitas a la toilette y se acerca al conveniente para reuniones caseras de venta de cosméticos, tupperwares y análogos.
Comedias simples para gente con problemas que olvidar. Este podría ser el resumen de esta película y de otras cortadas por el mismo patrón – no incluyo en este saco las comedias de Frank Capra, auténticas obras de orfebrería cinematográfica, a años luz del resto de trabajos mortales- que no derrochaban precisamente originalidad en sus gags ni consistencia en sus situaciones. En el caso de The mad miss Manton, la presencia de una de las grandes damas de la pantalla como unánimemente se reconoce a Bárbara Stanwyck redime de la mediocridad este trabajo de Leigh Jason que únicamente cabe ser recordado por la sensualidad de un cigarrillo encendido con mechero de gasolina, entre sábanas de seda e impenetrables antifaces. Instante tan breve como fugaz pero digno de ser rescatado de la general mediocridad de un film olvidable y olvidado.
Disiento de mis colegas de crítica acerca de este film. Le he visto en V.O. con subtítulos, no muy buenos, que no hacen honor a la agudez de las réplicas y contraréplicas de la comedia. Mi Ingles no llega para verla sin subtítulos pero si para seguir la agilidad de los diálogos. Me sorprende la modernidad de la puesta en escena y el encadenamiento de las situaciones así como la descripción de personajes através de gags . La trama es ágil y el enredo funciona, no es la mejor screwball comedy pero es mejor que muchas. Los actores funcionan a la perfección, los policías, secundarios.. y H. Fonda cumple como en los papeles de quella época todavía sin afinar sus dotes dramáticas. La que brilla como siempre es Barbara Stanwyck, demostrando la maravillosa actriz que fué. Un comentario aparte merece el grupo de amigas, que parece que extrañan a algunos espectadores de hoy. Debemos tener en cuenta que estos grupos de amigas frivolas , son bastante comunes en las comedias, e incluso en los dramas de la época. Las chicas de la alta sociedad de Central Park se movían en grupo, incluso intercambiando pretendientes. A mi, en su exceso, me parece una nota a remarcar y que juega muy bien dentro de la comedia, dándole consistencia y un añadido que funciona. En esta ocasión, el saber hacer de Philip G. Epstein funiona a la perfección. Del director poco puedo decir ya que no tiene films remarcables y pronto en los cincuenta pasó a la TV. Sigo pensando que para quien pueda seguirla en inglés ganará enteros.
Comedia ligera y desenfadada alrededor de la aparición de un cadáver que da paso a una trama de investigación encabezada por la testigo a la que pocos creen, puesto que es la única que ha visto el cadáver.
Pasajero y trivial relato de misterio protagonizado por una joven aristócrata que intenta, por todos los medios, descubrir y demostrar la existencia de un cadáver y posible crimen.
Los responsables de la película no se toman en serio su propio argumento y se decantan por ofrecer un relato desenfadado alrededor de las sospechas que rodean a un posible crimen para dar paso a una insulsa comedia romántica, para lucimiento de sus estrellas protagonistas. Unos jóvenes Barbara Stanwyck y Henry Fonda, que cumplen con su cometido, sin hacer nada del otro mundo.
La premisa inicial podría haber dado para mucho pero lo cierto es que la selección del tono de humor del conjunto del relato, hace que todo se antoje excesivamente desenfadado y ligero haciendo que el hilo argumental de la trama pierda interés.
Los toques cómicos son los habituales de la época, con la tradicional batalla de sexos que acaba en pareja de enredo dejando espacio para la revolución de la mujer, tomando la iniciativa en oficios no propios de ella para la época. La trama es agradable, simpática y desenfadada, pero podría haber dado para mucho más que un relato ligero de amor. Una pena, puesto que no aprovecha la presencia de dos grandes intérpretes.
Eran otros tiempos, otra época y Ocho mujeres y un crimen, sienta las bases de muchas de las comedias de enredo del futuro, pero se queda como una mera anécdota, puesto que el paso del tiempo ha hecho que no funcione adecuadamente, quedándose en una anécdota prescindible.