Nuestro último verano en Escocia
Sinopsis de la película
Doug y Abi son dos padres normales que tienen tres hijos encantadores aunque muy excéntricos. Cuando el estrés de ser padres pone en peligro su estabilidad mental y su matrimonio, deciden realizar un viaje a Escocia con sus hijos. Allí participarán en una gran reunión familiar y se reencontrarán con Gordie, el increíblemente extravagante padre de Doug. Sin embargo, lo que prometían ser unas vacaciones para la reconciliación pronto se convierte en un campo de minas no exento de situaciones hilarantes en el que rencores familiares, malentendidos y egos maltrechos conforman el orden del día. Cuando los niños precipitan un giro inesperado en los acontecimientos, la familia se ve obligada a aparcar sus diferencias y a colaborar, pues de lo contrario corren el riesgo de perder aquello que más aprecian.
Detalles de la película
- Titulo Original: What We Did on Our Holiday
- Año: 2014
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
6.3
52 valoraciones en total
La puntúo con un 10 porque me ha hecho reír y me ha hecho llorar. Reír con ganas y llorar a lágrima viva en una misma película no es normal.
La puntúo con un 10 porque los diálogos de los niños son geniales, surrealistas, absurdos en ocasiones, pero tremendamente lógicos y sobre todo muy reales, muy creíbles.
La puntúo con un 10 por la relación que se entreteje entre el abuelo y los nietos, por lo bien que se entienden a pesar de la diferencia de edad, por lo que aprenden unos de otros y viceversa.
La puntúo con un 10 porque me encaja la relación de cada hermano con su pareja. Cada uno se quiere y se desprecia a su manera. No se entienden, pero comparten. Son diferentes, pero unidos.
La puntúo con un 10 porque los hermanos no se llevan bien, pero se soportan. Saben estar cada uno en su lugar y desempeñar su papel gracias a que cuentan con la oposición del otro.
La puntúo con un 10 por las avestruces y por el mar y por los atardeceres y por la música y por el joven violinista que se desmelena y por el fuego y por las piedras.
Fantástica, la he disfrutado mucho!
Comedia inglesa con situaciones límite que dan alas a la sorna y a la sátira. Las desavenencias y mentiras de una pareja en descomposición,con tres hijos pequeños pero con preguntas, anotaciones y argumentos que ponen colorado a cualquier adulto, por sinvergüenza que sea, pasarán otra prueba de fuego: la visita, a Escocia y a Gordie (enfermo, a punto de cumplir 75 años) y al resto de la familia y amigos.
Bien escrita, con diálogos chispeantes y con un hábil enfoque que trata, y lo consigue, de presentar a los mayores como patéticos individuos a quienes, de manera visual, les emerge la hipocresía, como brota el sarampión. Los pequeños, por contra, son algo más que chinas en los zapatos de sus padres, son la conciencia que los grandes dejaron abandonada el día que abrieron la primera cuenta corriente.
Algunas innecesarias cucharadas de azúcar, supongo que en su afán de llegar a todos los públicos, le hace perder mala leche y salvar a personajes que tal vez no se lo merecían.
Sus diálogos extravagantes, naturales, irónicos, realistas y con humor por doquier hacen que, junto a una dirección de interpretación magistral y unos personajes extremadamente cotidianos y cercanos, nos riamos hasta de lo menos gracioso: la muerte. Un par de toques excesivos no ensombrecen una llevadera historia, innovadora, inverosímil (o no), que es lo que la hace más interesante. Peca de estereotipada para que nos veamos reflejados, peca de capciosa, para que nos sintamos mimetizados. Sus tres magistrales interpretaciones, la de los niños, ofusca a cualquier espectador, ya que nos empatizan desde el minuto uno. Un guión ágil, basado en diálogos rápidos, trepidantes y veristas nos presentan a una familia, donde sus miedos, fobias, disfuncionalidades y fallos son suyos, pero al final los hacen más nuestros… como de nuestra familia…
Quizás sea más justo mencionar los tenues aciertos de esta apacible y desmayada cinta que amontonar cansinamente las muchas torpezas, simplezas y manipulaciones atolondradas de esta comedia estival de adorable factura y parco calado artístico. Su trama cabe en una servilleta de cafetería y los personajes unidimensionales parecen sacados de un manual del aprendiz a guionista embaucador de familias disfuncionales predispuestas a las reconciliaciones harto inverosímiles, satinada de tirabuzones argumentales empalagosos y requiebros estomagantes.
El sainete o la astracanada – cuando se interpreta en inglés, ante un paisaje de imponderable belleza y acrisolada fotogenia – parece que cobra altura y deviene en algo mejor de lo que es, pero las apariencias, si somos rigurosos, engañan. Estamos ante una amable, insulsa, previsible, campechana y bobalicona farsa que seduce gracias a utilizar el cebo infalible de unos niños encantadores que roban todas las escenas en las que aparecen y por dar con un tono de confraternización de viaje de fin de carrera que anula el juicio crítico del espectador y deroga la afilada lengua viperina del más torvo de los críticos.
No sólo de drama vive el hombre, ¡vive Dios! No cabe duda. Y todos necesitamos una válvula de escape para soportar mejor los sinsabores y flagelos del día a día. Escapismo a granel, un chute de depurada adormidera, efluvios de parajes embriagadores que nos hagan soñar despiertos, adorables rostros de querubines jacarandosos que nos transporten hasta las nubes y nos alejen de este valle de lágrimas y nos truequen nuestros desvelos por momentos de lisérgica dicha y alcancemos bucólicos prados pastoriles donde trotar gozosos, como si de un edén glorioso se tratase… Nada que objetar a tan saludable propósito y loable objetivo, si no fuera por la pereza y hastío que genera en un espectador algo más versado en latines.
Todas las virtudes más epidérmicas del cine británico se acumulan en esta afable muestra del más benévolo cine isleño: unos actores perfectos que convierten al personaje en persona y dan vida o lo inanimado, una puesta en escena invisible de puro funcional y utilitaria, una ambientación tan perfecta como infalible, tanto de interiores como en exteriores (Escocia es metáfora del paraíso: ¿quién habría aborrecido vivenciar el Edén?), un lisonjero humor negro que coquetea con lo decoroso y razonable pero nunca se propasa y siempre guarda la compostura y el buen gusto, un adorable clímax que convierte un funeral en una fiesta telúrica, así como un toque de diversidad de género del todo inofensivo… En fin, jarana de tubo de ensayo.
Lo primero:
VAYA PAISAJES
Lo segundo:
VAYA PELÍCULA
Me ha encantado, he disfrutado como un enano. Es de esa clase de comedias en las que mezclan drama y humor con tan buen tino que cuando decae en un momento dramático apenas tienes tiempo de sentir pena cuando ya estas riéndote otra vez. En serio, al menos para mi, hora y media de autenticas risotadas.
David Tennant y Rosamund Pike perfectos los dos. Un matrimonio en crisis estupendamente interpretado que se ven envueltos en un situación sencillamente delirante.
Emilia Jones, Bobby Smalldridge y Harriet Turnbull están los tres, pese a su juventud, estupendos. Se les coge realmente cariño a esos tres pequeños majaras.
Y que decir de Billy Connolly : ¡VAYA ABUELO MÁS AUTÉNTICO Y MARCHOSO! (Aunque tiene mucho que envidiar al mio, que para mi fue y sera siempre genial).
Pues eso una genial comedia que recomiendo a todo el mundo que tenga ganas de reírse y emocionarse.