Notre paradis
Sinopsis de la película
Vassili es un hombre que se prostituye. Un día, encuentra un joven inconsciente en el bosque y lo lleva a su casa. Se convierten en amantes y cómplices. Se dedican a robar la cartera de sus clientes. Pero cuando aparece la policía, se verán obligados a escapar de París. La huida comienza…
Detalles de la película
- Titulo Original: Notre paradis
- Año: 2011
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
5.3
68 valoraciones en total
Es algo que preocupa mucho a todos los homosexuales y muy en particular a los chaperos que tienen como medio de vida el comercio con su cuerpo. Eso les conduce a veces a buscar a gente más joven cuando se van haciendo mayores, como si pensaran que la juventud se contagia, y en muchos casos resultan patéticos, como los que aquí pagan por tener sexo con nuestros protagonistas. Pero la narración de la vida de los protagonistas está contada de forma tal que nos lleva más por los derroteros del romanticismo que del drama interno. Ni siquiera las violencias que salpican toda la película consiguen que los personajes sean más humanos. Salvo las pocas escenas en exteriores, especialmente en la nieve, la fotografía me ha parecido mala y muy poco cuidada para los hermosos cuerpos, y los horrorosos, de los personajes. Da la sensación de que recurriendo a la oscuridad, la producción puede ahorrarse mucho. Y de todas formas es mejor así porque se oculta una mala interpretación por parte de todos los actores, principales y secundarios. No me ha convencido la realización para un tema que es muy interesante y con un guión mejor hubiera producido más interés en mi.
Vassili es un chapero de más 30 años, un pecado mortal en el mundillo de la prostitución masculina, que cada día encuentra más dificultades para ganarse la vida ante clientes ávidos por carne fresca y joven. Una noche encuentra a un jovencísimo Angelo inconsciente en un bosque y se decide a ayudarlo llevándolo a casa. Este encuentro los lleva a vivir un amor que los convertirá no solo en amantes incondicionales, sino también en cómplices de un viaje en el que el horror, presente en su vida como chaperos, no encuentra fronteras.
Gaël Morel, aquel encantador actor que descubrimos en Los juncos salvajes, es el responsable de la escritura y dirección de esta notable película. El mérito está en no salirse del renglón. Me explico: en sí, estamos ante una historia de amor fou. Esta parte está claramente reflejada en la película. La relación entre ellos es sublime, de entrega absoluta e incondicional, pero al lado de este paraíso, linda el infierno. Primero, los personales. En el caso de Vassili (Stéphane Rideau, actor que ya colaboró con Morel en otras películas), ese infierno es la propia lógica de la vida: el paso de los años. Ese viaje, que en los primeros tramos te coloca en el centro del luminoso escaparate para tu mejor adoración, para después, casi sin transición, arrinconarte en el cuarto de los desperdicios como un trasto viejo ¡¡de 30 años!! De hecho, hay una crítica muy acerada contra este sino ineludible de la cultura queer. En un momento dado, Vassili dice: A los gays nos ocurre como a los perros con la edad: la multiplicamos… El otro infierno que rodea este paraíso, es la propia noche, la clientela que los busca. Vassili mantiene con esta una relación amor/odio. Sabe de su necesidad, de que es el único camino para conseguir dinero, pero a la vez, cuando se encuentra con ciertos tipos, su instinto, asesino o justiciero pues Gaël Morel sitúa argumentos para que estos crímenes sean vistos desde esta doble perspectiva, actúa. Hay que aclarar que Vassili no es un psicópata. No mata por matar, mata por el rencor y el odio que le produce el sentir gay, sentir que despacha con: Es como los demás… Igual que todos. Todo lo que odia de él, y de los demás pues él también forma parte del mundo gay, es la espoleta que prende esta ceremonia del horror. A su lado, como amante y cómplice, Angelo (Dimitri Durdaine), un joven sin pasado que aún no ha cumplido la veintena, pero que encuentra en Vassili la protección y el amor que busca. Un acierto de Morel es no abandonar esta pareja. En cualquier otra película, una vez cometido el primer crimen, habría un espacio para los buenos (los policías), sin embargo, aquí asistimos de un crimen a otro sin que estos buenos perturben el desarrollo de la historia. Otro acierto es cierta melancolía que se desprende de los personajes. Todos y cada uno de ellos, saben que los paraísos son efímeros. Un encuentro que Vassili mantiene con una gran amiga de su juventud durante la huída que emprenden, lo ilustra muy bien cuando le dice: Todo lo que conocías ya no existe. Esto carga a la historia de un dramatismo anunciado. De igual manera igual que se han perdido otros paraísos que ya han vivido… este presente también dejará de existir.
En resumen, una película cruda y nada complaciente, que merece ser vista y saboreada.
Notre Paradis es una película influenciada por el mundo novelesco y cinematográfico de Christophe Honoré. No sé hasta qué punto Honoré conoce a Morel o intervino en la creación de Notre Paradis, pero su inclusión en los títulos de crédito de la película que nos ocupa no puede tomarse como una mera casualidad. Tampoco es baladí que Béatrice Dalle, primera dama de Honoré en 17 fois Cécile Cassard, sea aquí el contrapunto femenino de la trama. Porque el film tiene cierta pericia a la hora de acercarnos un París nocturno de prostitutos, bares y encuentros sexuales, lo mismo que veíamos en las mejores partes de Les chansons damour o Dans Paris.
Un ambiente incómodo a la par que atractivo por el que discurren Vassili, hombre mayor de treinta, y Angelo, que todavía no ha cumplido los viente. Ambos ofrecen su cuerpo a otros señores con tal de ganarse la vida. Notre Paradis funciona en su primera parte como retrato del submundo que nadie ve pero que existe: el de las citas a altas horas de la madrugada, el de discotecas de ambiente y el de penetraciones a oscuras en un bosque. Desgraciadamente Morel quiere aspirar a más y patina. Incluye una historia de amistad femenina que no aporta nada al conjunto, si bien puede entenderse como una demostración de aquella otra vida que Vassili hubiera podido tener, o tal vez un subrayado de guión con tal de ampliar el muestrario de personajes magullados que viven de noche y duermen de día. Y el final destapa todas las carencias de la película: el psycho thriller antes solo mostrado con esporádicos planos de los asesinatos cometidos por Vassili acaba de forma brusca y torpe, acaso, y otra vez intentamos justificar las imperfecciones de la película, otra vuelta de tuerca más para sellar el callejón sin salida en el que se habían metido los personajes.
Notre Paradis termina por resultar una película feista, alicaída y de formas rocambolescas, poco preocupada por la complejidad de sus personajes, totalmente desatinada en un tour de force final en el que la sombra de Honoré da paso a una Atracción fatal homosexual de amantes ricos y putos inconscientes. Me quedo con una frase de Vassili: la vida de un gay es como la de un perro, yo tengo treinta años y ya soy viejo, en demostración de ese mundo prohibido, preocupado por alimentar lo fugaz, lo superficial, lo fútil, vestigios de una realidad homosexual definida por el onanismo y la identidad fracturada, reflejos de un modus vivendi tan desaconsejable como caduco. Por todo esto resulta coherente y hasta deseable que la película termine castigando a sus personajes. La lástima es que por el camino Notre paradis también cae víctima de una fisicidad exacerbada, sin nada que contar: simplemente nos dice que el paraíso del título es inalcanzable, y que Vassili y Angelo, como intuíamos, nunca encontrarán su lugar en el mundo.
Cinoscar & Rarities, Xavier Vidal