No vayas al bosque… sola
Sinopsis de la película
Cuatro jóvenes excursionistas deciden irse a disfrutar de la montaña en el fin de semana, pero lo que no esperan es la existencia de un montañés asesino, que masacra a toda persona que se acerque por los bosques de Utah.
Detalles de la película
- Titulo Original: Dont Go in the Woods... Alone!
- Año: 1981
- Duración: 82
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Opinión de la crítica
Película
3.1
84 valoraciones en total
No vayas al bosque… sola no pasaría de ser una de tantas películas slasher de bajo o nulo presupuesto sobre asesinos seriales enmascarado, sin destacar por encima de tantos otros ejemplares del mismo tipo de la década del 80. Excepto que si destaca, pero por debajo.
Empecemos por el grado de miseria moral que exhibe al poner en su película a una persona en silla de ruedas –que me imagino no sería alguien discapacitado en la vida real- lo cual no tendría nada de malo si no fuera porque el director únicamente se dedica a degradarlo usándolo como una broma ambulante (¡Que chistoso, alguien en silla de ruedas trata de desplazarse por un bosque sin camino alguno! ¡Riámonos!), para terminar matándolo de la forma más ridícula posible (aunque en realidad mata a todo el mundo de la misma forma)
Luego está el montaje de las escenas, a ratos confuso, y a otros ratos francamente delirante, no solo no se entiende en qué lugar físico estamos –aunque prácticamente hay un solo escenario, el bosque- sino en que tiempo, si lo que vimos fue un flashback, un flashforward, un recuerdo o que. Luego están las actuaciones, oscilando entre el desinterés –tanto de los actores como el nuestro- y lo mas absurdamente grotesco y exagerado, con un exceso de histrionismo en especial a la hora de las muertes.
El asesino es otro caso, un caso muy ordinario, con una pinta de vagabundo que da la impresión de que en verdad es un mendigo que encontraron por ahí –y que lleva en la cara una cosa de plástico que parece de esos que se utilizan para asegurar cosas al techo de un auto- y a quien la pagaron con cajas de vino. No sería muy sorprendente, viendo el nivel amateur de casi todos los que participan en la película, desde los actores al director o al que hizo la banda sonora.
Los absurdos se acumulan uno detrás de otro, ya sean las escenas de asesinato, el barrigón sheriff que investiga las muertes –una vez que han sobrepasado la docena-, la chica en patines –que simplemente pasaba por ahí- o los diálogos, todo termina con un montón de muertes y nuestros dos héroes, de los que simplemente olvide sus nombres dando fin a este horror, y con horror me refiero a esta película, no a la carrera de un asesino serial*
Cutrada de nivel máximo, esto sí que es serie z y lo demás son tonterías. Un puñado de excursionistas que se dedican a pasearse por el bosque mientras que un pillao se dedica a cargárselos.
Lo único que se salva de la película es el hecho de que haya tantas muertes, algo de sangre y un poquito de gore, pero lo demás es para echarse a llorar: música y efectos de sonido absurdos e insoportables, actores pésimos donde los haya. escenas bastante absurdas (como las ¨bromas¨ que se gastan 2 de los protagonistas en cierto momento, o el hombre en silla de ruedas paseándose por el campo solo haciendo todo-terreno más que otra cosa), el montaje es un desastre absoluto, las escenas saltan de unas a otras sin orden lógico y con saltos de tiempo y espacio inexplicables…
Hazte un favor, pasa de esta ¨película¨…
La única validez extraible de un film como Don’t Go In The Woods…Alone!(James Bryan, 1981) es la que confirma la falsedad de la manida teoría que otorga a Edward D. Wood Jr., más conocido como Ed Wood como el peor director de la historia del cine.
Estamos ante un engendro cuyas influencias más evidentes son Las Colinas Tienen Ojos (Wes Craven, 1977) y Viernes 13 (Sean S. Cunningham, 1981) films ambos ya de por sí detestables y carentes de interés, a los que se suman ciertos elementos catetos que, diríanse salidos de la serie El Sheriff Chiflado (The Dukes Of Hazzard, 1979-1985) y cuyo destino final sería un público asilvestrado, carente de un mínimo interés por el arte cinematográfico. Partiendo de una historia inexistente (un psicópata asesino con trazas de trapero montañero se dedica sin motivo alguno a desollar a cuantos turistas frecuentan los bosques de Utah) nos encontramos con un espectáculo cuyo nivel no llega ni a amateur, con unos actores que no son actores y que balbucean diálogos que parecen escritos con los pies, una banda sonora a cargo de un tal H. Kingsley Thurber, que le hace merecedor de un viaje espacio-temporal para degustar en manos de Tomás de Torquemada, de una selección de los mejores placeres del Santo Oficio, y una realización a cargo del pornógrafo James Bryan que parece obra de un niño entre 8 y 10 años.
Este compendio de barbaridades fílmicas, le otorgan por derecho propio un lugar preferente en el panteón de los horrores cinematográficos, junto a otras exquisiteces como Pepi, Luci, Bom Y Otras Chicas Del Montón (Pedro Almodóvar, 1980) o Killer Barbys Contra Drácula (Jesús Franco, 2002) por citar dos ejemplos de similar calidad. Pero lo más preocupante es el status de Cult Movie que le brindan esa caterva friki contemporánea, ávida de adorar cualquier escoria visual que se les ponga por delante. Espero que si alguien lee este escrito, no se encuentre entre ellos y huya de este desaguisado, como alma que se lleva el diablo.
Fernando Martin