No me creerán
Sinopsis de la película
Un hombre acusado del asesinato de su amante expone durante el juicio una sorprendente versión de los hechos.
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Cine negro a cargo del realizador Irving Pichel con un atractivo reparto encabezado por Robert Young (que carga un tanto las tintas en su interpretación antipática) y la estupenda Susan Hayward. A partir de un juicio iniciado en contra de un hombre acusado del asesinato de la que fuera su amante, salen a relucir las infidelidades y los intereses económicos sobre los que descansa su matrimonio y que serán determinantes en su situación legal.
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Detalles de la película
- Titulo Original: They Wont Believe Me aka
- Año: 1947
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
6.7
77 valoraciones en total
Pichel dominaba el género negro como demuestra en esta historia llena de suspense e inesperados giros, contada a través de varios flashbacks, desde el banquillo de los acusados, por un adúltero agente de inversiones acusado de asesinato. Sorprende la naturalidad con que se muestran los sucesivos adulterios del señor Ballantine exentos de la habitual moralina al uso de la época -salvo la que surge de la propia conciencia del protagonista -y su inocente e irreprimible necesidad de engañar, lo que se ve acentuado por la actuación contenida y ambigua –los miopes dirán sosa- de Robert Young, que da enorme valor y peso a este noir desconocido y apreciable del siempre rescatable director Irving Pichel. La bellísima Jane Greer y la enérgica Susan Hayward dan la réplica a este trágico Don Juan.
Interesante melodrama negro de un adúltero en apuros al que las cosas se le van complicando hasta llegar a un punto de no retorno. No me creerán (o Ellos no creen en mí en otras traducciones) tiene una estructura clásica, basada en un largo flashback y que, sin llegar a lo espectacular, es un film bien hecho y disfrutable. Tiene diferentes sorpresas y vueltas de tuerca, con un giro final un poco exagerado para mí gusto, pero sin caer en la inverosímil. Protagonizada por Robert Young, un actor que siempre interpretaba a personajes felices y bien adaptados, con una importante carrera televisiva, y que en papeles como este, de más profundidad y más antipáticos , quizá nos demuestra que fue un actor algo desaprovechado. Excelentes las contribuciones femeninas de Susan Hayward, Jane Greer y Rita Johnson, en papeles muy complementarios. . Recomendable.
Aquí tenemos otra joya del género negro del año 1947, gran año para el género negro en particular con grandísimos títulos como Retorno al Pasado, La Senda Tenebrosa, La Dama del Lago, Larga es la Noche, Callejón sin Salida, el Proceso Paradine, La Dama de Shanghai, Encrucijada de Odios, El Asesino Poeta, Muro de Tinieblas, Cuerpo y Alma, y muchos más.
El realizador Irving Pichel crea esta historia negra a partir del guión de Jonathan Latimer, donde a modo de flashback en primera persona, nos cuenta los escarceos y excesos amorosos de su protagonista (gran Robert Young) y sus relaciones con las femme fatale donde curiosamente no son ellas el cáncer de la situación, sino que realmente todo lo que le sucede es por su propia negligencia. Destacar a Susan Hayward como femme más erótica y a Jane Greer como la chica aparentemente más tierna.
Banda sonora a cargo del gran Roy Webb, donde se le puede ver trabajando en otras tantas y fantásticas películas como Historia de un Detective de Edward Dymytryk, la Séptima Cruz de Fred Zinnemann, La Ventana, de Ted Tetzlaff, o en mi opinión una de las mejores películas de la historia, por lo menos de cine negro, Retorno al Pasado de Jacques Tourneur.
No os la perdáis porque aun sin ser una obra maestra absoluta, si es una película muy notable y dejará más que satisfechos a los amantes del género negro, y con sorpresa final.
No me creerán si digo que No me creerán es una obra asfixiante y sobrecogedora en el fondo de los bajos fondos. Construida por un largo y profundo descenso a los infiernos, ante todo es una obra que sugiere el linchamiento de su protagonista por hacernos pasar tan mal las tres cuartas partes de su metraje. Susan Hayward da la réplica como la mujer más sufridora del cine y amante sarnosa que todo lo coge con ambas manos. Yo me hubiera quedado con Jane Greer que está mejor y es menos sufridora. Obra maestra a día de hoy.
El actor y director, tildado como comunista, Irving Pichel (fue perseguido por McCarthy en su famosa casa de brujas) consigue dirigir este melodrama del género de juicios, y en un tono melodramático, con un largo flash-back y la voz en off del narrador-protagonista-acusado (Robert Young) para que el público y jurado (12 casualmente, pero con algunas mujeres) dictamine su culpabilidad o inocencia sobre la muerte de su mujer legal.
El film narra la historia de los devaneos amorosos con tres mujeres diferentes de su protagonista (un Young que aparece contunuamente, siempre trajeado y fumando sin parar), entre las que destaca una femme fatale interpretada por una espléndida Susan Hayward en sus inicios. La historia se sigue con interés con algunos buenos diálogos entre sus pocos personajes y algunos tópicos previsibles en sus cambios de guión, hasta que llega ese abrupto final sorprendente, que no hay que perderse, con una banda sonora que remarca cada uno de sus elementos.
Aconsejable para una tarde de domingo.