New Amsterdam (Serie de TV)

5 comentarios en «New Amsterdam (Serie de TV)»

1. Si piensas que es la típica serie de hospital donde predominan las bacanales entre médicos y residentes, no pierdas ni un minuto de los casi 45 que dura cada capítulo.

   La misión del prota es gestionar un hospital público en medio del capitalismo más bestial, New York.

   La solución de problemas desde el origen en las distintas especialidades médicas, papeles que parecen efímeros y dan un vuelco y son esenciales en ciertas tramas, relaciones a fuego lento y sus distintas fases dentro de un ámbito de trabajo y los típicos gestos de un jefe médico, que al principio te desconciertan pero que pronto quieres tenerlo como amigo. Son las cualidades geniales de esta historia bastante bien contada.

2. Llama la atención la mala crítica y la baja nota de esta serie. Si bien, al comienzo aparece como ligera y bien intencionada, con el pasar de algunos capítulos van saliendo temas muy interesantes como la violencia racial, la maternidad tardía y el cáncer.
   
   Lo más valioso de New Amsterdam es su protagonista.
   
   Acostumbrados a la crisis social Millenials dónde la crítica social se funda en los derechos, derechos, derechos y muy pocos deberes, el protagonista va un paso más allá, es de hacer más que quejarse. De servir más que servirse de su lugar de poder y privilegio.
   
   Un guiño interesante a la ideología de moda de creer que se puede cambiar un país, al mundo sin intentar cambiar el micro espacio donde uno se relaciona y tiene injerencia directa. Totalmente inspiradora. Un merecido 8 y a ver si sigue mejorando. Recomendable.

3. Esta nueva que nos ofrece la NBC trabaja su género (serie de médicos) desde un lugar, una óptica, un punto de vista distinto que se viene observando también en otras series de su tipo, por ejemplo: El buen doctor. De esta manera el clivaje argumental se funda en los dramas de los médicos en su cotidianidad tanto profesional como familiar.
   
   Por ello, el guión recurre, a delinear personalidades pregnantes dotándoles de una simpatía tal que le permitan al espectador empatizar con los personajes principales y así seguirlos con interés en cada uno de los episodios.
   
   Mientras tanto la serie también aporta en su discurso una cuota sutil de discurso socio-político pues se pone del lado de la atención médica gratuita, las relaciones interraciales, la igualdad de género y en contra de la xenofobia y aporabobia confrontando con el discurso de quien ahora (2019) detenta el poder en EEUU.
   
   Con una producción más que aceptable, un buen plantel actoral y una fotografía acorde al espectáculo televisivo esta serie en su primera temporada de 2019 puede ser una buena alternativa para los amantes del género.
   
   De todas maneras, en las temporadas siguientes (2020 y 2021) la serie se ha vuelto cada vez más insulsa, más sosa y más estúpida, quizás por eso Netflix la ha puesta en su grilla en donde abundan los bodrios.

4. Interesante. La personalidad del simpático Director protagonista engancha y parece que muchas de sus propuestas están bien encaminadas aunque algunas, como eliminar la sala de espera de un hospital, resulten algo absurdas y utópicas. La crítica contra el sistema se aprecia desde el primer capítulo y es cierto que hay muchas cosas que han de simplificarse en la burocracia para no olvidar a los hombres que hay detrás de certificados, consultas, papeles y requisitos… pero me hubiera gustado más una crítica no tan pretenciosa y mucha más ponderada, porque no todo lo que hay en el sistema es malo. Sí, hay aciertos (me pareció muy bueno el que apuntaba -a cerca del caso de un niño- de la importancia de evitar fármacos como churros para incentivar más el diálogo y el trato personal del paciente, que a menudo suele ser el camino más largo, pero el más eficaz para la recuperación de un persona.

   Pero es inevitable ver cómo la serie cae en la demagogia, peligro que se acrecienta capítulo tras capítulo a medida que la trama avanza. Se ve que es una serie reivindicativa que está al servicio de ese nuevo orden mundial que sigue los dictados de las ideologías y lobbies imperantes, en materia de sexualidad, en una determinada visión antropológica que no admite opiniones o réplicas,o a la hora de ensalzar los movimientos en auge. Y cuando una serie muestra esa pretensión de manera tan manifiesta, pierde, porque lo ideológico con su inclusivismo, sentencia y no se da cuenta de que al hacer eso excluye y margina a quien piensa diferente, sobre todo en cuestiones que para nada están zanjadas. Un producto de la colonización ideológica propia del consenso de tipo progresista, que tanto gusta de ensalzar Netflix.

5. Serie que intenta tocarte la fibra en cada capítulo queriendo utilizar una fórmula similar a Anatomía de Grey…y fracasa estrepitosamente en el intento. Y lo digo yo, que lloro con los anuncios de compañías eléctricas. En New Amsterdam podría haber un apocalipsis zombie y mis ojos seguirían secos(de hecho puede que eso hiciera la serie algo más interesante). La doctora Bloom es la única con la que me iría de cañas.