Narcos (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2015-2017). 3 temporadas. 30 episodios. Serie que narra los esfuerzos de Estados Unidos, a través principalmente de la DEA, y de las autoridades y policía de Colombia, para luchar en la década de los 80 contra el narcotraficante Pablo Escobar y el cartel de Medellín, una de las organizaciones criminales más ricas y despiadadas en la historia de la delincuencia moderna. En la tercera temporada el objetivo de la DEA y la policía colombiana es intentar acabar con el cartel de Cali.
Las siguientes temporadas están ambientadas en México, es una serie independiente con un nuevo frontrunner, con el nombre de Narcos: México , con nueva trama y nuevos personajes.
Detalles de la película
- Titulo Original: Narcos (TV Series)
- Año: 2015
- Duración: 52
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Opinión de la crítica
7.9
38 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Adria Arjona
- Alberto Ammann
- Aldemar Correa
- Alfredo Castro
- Ana de la Reguera
- Andrea Londo
- Arturo Castro
- Boyd Holbrook
- Brett Cullen
- Bruno Bichir
- Cristina Umaña
- Damián Alcázar
- Danielle Kennedy
- Diego Cataño
- Edward James Olmos
- Eric Lange
- Florencia Lozano
- Francisco Denis
- Gabriela de la Garza
- Javier Cámara
- Jorge A. Jimenez
- Jorge Monterrosa
- José María Yazpik
- Juan Pablo Espinosa
- Juan Pablo Raba
- Julián Bustamante
- Julián Diaz
- Kerry Bishé
- Leynar Gomez
- Luis Gnecco
- Luis Guzmán
- Manolo Cardona
- Martina García
- Matías Varela
- Matt Whelan
- Maurice Compte
- Mauricio Mejía
- Michael Stahl-David
- Miguel Ángel Silvestre
- Paulina Gaitan
- Paulina García
- Pedro Pascal
- Pepe Rapazote
- Raúl Méndez
- Richard T. Jones
- Roberto Urbina
- Stephanie Sigman
- Thaddeus Phillips
- Tristán Ulloa
- Wagner Moura
La casuística del mundo de las Drogas ilegales es compleja y muy interesante. Una búsqueda del bienestar y/o la evasión con parada final en el infierno para el consumidor, un problema de salud pública, violencia y corrupción para los Estados y naturalmente…un negocio.
Pero no un negocio cualquiera. Uno con demanda inflexible y un altísimo margen de beneficios ocasionado por la limitada oferta que genera la ilegalización de su comercio.
Un poderoso reclamo para personas como Pablo Emilio Escobar Gaviria, el denominado patrón del mal, posiblemente el narcotraficante más célebre de todos los tiempos.
Esta serie, con vocación documental, narra el ascenso y declive de este personaje que llegó a ser el quinto hombre más rico del planeta según la revista Forbes, aspiró a lo más alto en la política y sumió a su país, Colombia, al borde del caos y la guerra civil cuando dichas aspiraciones fueron truncadas. La vida de un hombre, que como él mismo declara salió de la nada y acabó gobernando en las sombras un narco-estado paralelo capaz de poner en jaque a una potencia mundial como EEUU.
De factura impecable, bien documentada, perfectamente recreada e inteligentemente narrada, Narcos es la auténtica revelación de Netflix en 2015. Una nueva manera de hacer series, donde el entretenimiento puede ser además didáctico y arrojar algo de luz sobre capítulos de la Historia tan oscuros y relativamente desconocidos como éste.
Es muy posible que la presentación de algunos hecho se presten al debate, pero lo que no es discutible es el aura de verdad que desprende la serie (que llega a incluir imágenes reales de archivo en sus narraciones con voz en off) y lo bien estructurado de su exposición.
Además lo hace valientemente y sin esconder la mano. No contenta con denunciar la violencia brutal de la parte narcotraficante del conflicto, también hace hincapié en la guerra sucia llevada a cabo por los EEUU en suelo colombiano contra ellos, su manera de manipular y su cínica manera de luchar contra el Comunismo.
No quisiera acabar esta crítica sin antes alabar la interpretación de genio de Wagner Moura en su recreación de Escobar. Tal vez su acento no acabe de convencer (es brasileño, y aprendió español según él en seis meses. Desde luego una auténtica hazaña si es verdad), pero su torva mirada y su amenazante presencia es más que suficiente para hipnotizar al espectador y hacerle destacar sobre un conjunto actoral muy correcto (aunque algún personaje americano me chirría un poco) aunque funcional.
En definitiva, si el sórdido mundo del crimen organizado te interesa esta no te la debes perder bajo ningún concepto.
¿Sí o qué?
P.D.: Por lo que más quieran, véanla en V.O.
Como colombiano molesta la convencional etiqueta de narcotraficantes que nos cuelga cuando nos presentamos en otros países. Pero viendo esa narrativa trepidante de Narcos 2 reconozco que la realidad de nuestros narcotraficantes a veces esta más cercana a un Olimpo paralelo que a un material dramático convencional destinado a recoger rating. La historia recoge todos esos trazos de la memoria y las convierte en una historia intensa con unas pausas obligadas para contar el contexto de las situaciones, unas actuaciones convincentes y una fidelidad exigente con la historia y la cultura de Colombia. Si bien en esta segunda parte los agentes de la DEA pierden intensidad en su interpretación, los nuevos personajes equilibran este déficit y se instalan fluidamente en en la compleja trama de esa Colombia de los 90s. Ese es el verdadero mérito de la serie: contar los miles de acontecimientos que sucedieron, con un hilo conductor intenso y siendo muy fieles a la veracidad. Todos estos factores se juntaron para una producción impecable que como espectador disfrute demasiado. Como colombiano, me ayudo a entender que, si bien fastidia la etiqueta y las generalizaciones que el resto del mundo se hace sobre nosotros, es comprensible que la humanidad se sienta tan atraída a historias de personajes tan adictos…al poder.
Todo el mundo sabe que a día de hoy se producen más series televisivas de las que un ser humano podría ver a lo largo de su vida. Pero lo peor de todo es que este exceso de oferta audiovisual es tan abrumador que está empezando a apoderarse de la moral del espectador medio: hay tantas series para ver que nuestros hábitos de consumo están cambiando y nos están convirtiendo en cuñados despreciables sin que nosotros nos demos ni cuenta.
Os escenifico un ejemplo que me ha sucedido y que os aseguro que es totalmente real:
[INT. RESTAURANTE. NOCHE. Una veintena de amigos se reúne para la tradicional cena navideña. Los postres han sido despachados, y es la hora de los chupitos de licor café. En el centro de la mesa, Campo Vidal se muestra muy interesado en abrir un debate]
– Oid chavales –dice Campo Vidal muy animado–, después de Breaking Bad, ¿habéis visto alguna serie nueva?
– Hombre, Better Call Saul por supuesto.
– Yo estoy con Orange is the new Black y Sons of Anarchy.
– Bah qué dices, yo pa eso prefiero American Horror Story.
– A mí aún me queda por acabar Mad Men, Boardwalk Empire…
– Joder pues si os gusta tanto Game of Zhorrones yo os recomiendo Vikings y Black Sails, que son de ese rollo.
– ¡Pero si las mejores son las tramas de actualidad, como Homeland y House of Cards!
– ¿Y el remake de Utopía pa cuándo?
– Uf es que antes tenéis que ver las clásicas: Los Soprano, The Wire, LOST, Buffy Cazavampiros…
– Oye, pero The Walking Dead está mejorando, ¿eh?
– No sabes lo que dices, el remake de Doctor Who se cuece más.
– ¿Y las sitcoms? ¿Es que nadie piensa en las sitcoms?
– ¡Black Mirror es una pasada!
– ¡Hannibal es la hostia!
– ¡A mí me flipa Sherlock!
– ¿Y Fargo? ¿¿Todavía no habéis visto Fargo??
– ¡Peaky Blinders!
– ¡Gotham!
– ¡Shameless!
– ¡HORA DE AVENTURAS!
– …
[En el restaurante todos hablan pero nadie escucha. Los comensales de las mesas adyacentes van girando sobre sus sillas para unirse al debate y matizar sutilmente al resto que no tienen ni puta idea de lo que dicen. El camarero lleva un rato largo sin atender a los demás clientes porque está muy empeñado en afirmar que Mr. Robot va camino de ser la mejor serie de la historia. El chef hace tiempo que abandonó la cocina para dejar muy claro que la segunda temporada de True Detective está muy infravalorada. Por su parte, el gerente del local, en un desesperado intento por cerrar el debate de una vez, pone en la televisión un DVD de Twin Peaks con las escenas eliminadas de Lady Leño. Nadie hace caso a nadie. Campo Vidal mira desconcertado a su alrededor, respira agitado, saca un revolver de su chaqueta y se pega un tiro en la sien. Los demás, ajenos a lo sucedido, siguen discutiendo.]
La conclusión que saqué yo tras esta inolvidable velada es que el tiempo estimado que me queda de vida según el INE no me será suficiente para ver todas las series imprescindibles que a tanta gente gustan. Por no haber, no hay tiempo ni para escuchar las sugerencias de tus amigos, sino solamente para soltar tus propias recomendaciones mientras ignoras las de los demás.
(porque recordad muchachos: vuestra opinión siempre es la más importante)
Sin embargo, yo soy muy tozudo y me empeño en dar oportunidades más allá de mis posibilidades materiales… aunque claro, entonces no me queda otra que ser selectivo, calcular muy bien mis prioridades y poner el listón desproporcionadamente alto… y es una lástima, pero es que no hay ni un minuto que perder chavales.
Así que vamos a ello:
CRÍTICA DE NIETZSBENDER A NARCOS:
La serie imita mucho, arriesga poco y apenas sorprende. No es que sea mediocre, y de hecho parece una obra relativamente entretenida e interesante dentro de su género. Sin embargo yo opino que, teniendo en cuenta el tiempo que me queda en esta vida, ya he tenido suficiente con la narrativa de Casino, con el realismo de The Wire, y con Oberyn Martell en Game of Zhorrones.
Venga, una serie menos. Quedan doscientas mil.
NEXT
El secreto de Narcos es que no quiere ser tan molona como True Detective ni tan shakespiriana como Breaking Bad, no necesita la maravillosa exageración de Hijos de la Anarquia ni pretende ser un remake televisivo de El precio del poder, aun menos en convertirse en la versión americana de un culebrón hispano. En vez de ir a lo seguro, Narcos huye de las series de culto para rebajar el tono y convertirse el concepto en objetivo: enganchar al espectador. Y es que Netflix ha invertido en su buque estrella con una serie que tiene todos los ingredientes para que nadie la vea: es violenta, no sucede en los EEUU, cada personaje habla en el idioma natal (con lo que pasas media serie leyendo subtítulos), cuenta una historia que ya conocemos y es la antítesis de las series a las que estamos acostumbrados. Además, muchos de sus actores no están a la altura, algunos diálogos son escupidos atropelladamente como en las telenovelas hispanas y pierde personajes interesantes a medida que la trama avanza. Es decir, no es la serie perfecta en cuanto a la técnica que utiliza ni tampoco en cuanto al público a quien se dirige. ¿Dónde radica entonces el éxito de Narcos? Antes deberíamos preguntarnos si Narcos es una buena serie… ¿lo es? Por supuesto que sí: con todos sus defectos es una serie magnifica que engancha desde la primera escena (¿y no es eso lo que pretende cualquier productora?). Una vez aclarado que es una buena serie habría que analizar porque es tan adictiva. Entre las varias teorías está la de que muchos de los esfuerzos porque Narcos funcione es porque sus creadores se han esforzado en hacerla adictiva y eso es algo que no acostumbra a suceder. Por decirlo de otra manera: la adicción no es casual, sino que es una formula perfectamente buscada. Series como Juego de Tronos o The Walking Dead son adictivas porque son atractivas y están completamente alejadas de la realidad. Pero es que Narcos ni es atractiva ni está alejada de la realidad (es más, en muchos momentos vemos imágenes reales de lo que sucedió). ¿Dónde radica entonces el secreto que han encontrado para que creen una adición en el espectador con el producto (a primera vista) menos atractivo de la historia? En cuanto a los aspectos técnicos hay que reconocer que visualmente, Narcos engancha desde la primera imagen: huye del virtuosismo y confecciona la ficción desde el realismo (en los escenarios reales donde sucedió la acción) lo que significa que no hay ni un solo decorado y eso, en una serie que cuenta hechos reales, es algo que ayuda al espectador a conectar, además de tener una ambientación tan perfecta que uno cree que realmente ha sido rodada en los 80s (a diferencia de otras series donde la ambientación de otra época huele a decorado o a digital (como Mad Men o The Get Down). La música de Narcos es brillante tanto en la banda sonora del brasileño Pedro Bromfman como en las canciones que escogen. Otro aspecto técnico que engancha son los actores, uno no puede imaginar esta serie ya sin ese monstruo robaescenas que es Wagner Moura interpretando a Pablo Escobar y tampoco sin algunos otros actores como Raul Mendes (en su papel del presidente Gaviria), Maurice Compte (como el incorruptible Coronel Carrillo) o Pedro Pascal (como el agente de la DEA Javier Peña). Los personajes y los actores han sido (casi todos) escogidos de manera que el espectador empatice con ellos (tanto con los villanos como con los héroes) y eso es muy importante (ni los buenos son malos ni los malos son buenos: todos son personas que parecen reales). Por otro lado, la historia es contada de manera clásica (con la voz en off de uno de los agentes de la DEA, como en la novela negra) simplificando las cosas al espectador (la narración omnisciente se utiliza aquí a modo de resumen o de guía) y tiene tantos matices que es imposible no sentarte en tu sillón e imaginarte que eres un capo de la droga o un policía colombiano (de nuevo, el realismo engancha). Es sorprendente como los personajes y la historia parece todo tan moderno, a pesar de que literariamente esté más cerca del leguaje de las series clásicas. Y ese es precisamente el mérito de Narcos (aparte de su capacidad para embrujar al espectador): sin ser la serie perfecta, sin ser moderna, sin ser asequible… es la serie más perfecta, más moderna y más asequible que hay hoy en día en televisión. Un milagro, sin lugar a dudas.
Ver una producción americana como esta, impecable factura, con un 80% de la narración en versión original sin necesidad de doblajes ni subtitulos, con unas actuaciones de traca y quedarse en el acento (que lo tiene, yo también lo noto) del señor Moura es lo que se dice en mi pueblo cogérsela con papel de fumar .
El guion , o sea la pura realidad, es impresionante, hechos de nuestro pasado reciente apasionantes a la vez que lamentables, increíble lo que se explica y a la vez real. La ambientación estupenda y te engancha sin remedio desde el minuto 1 hasta el final.
¿Que más se puede pedir?.
¿Que al señor Moura se le nota el acento?, yo me quedo con su trabajo, el es Escobar, acojona, muta en el, inquieta con solo mirar, un espectáculo verlo en acción.