My Childhood
Sinopsis de la película
Primera parte de la trilogía autobiográfica de Bill Douglas sobre el hecho de crecer en un pueblo pobre de Escocia dedicado a la minería. La penuria, tanto emocional como física, es retratada con libertad, ayudándose de actores locales y no profesionales.
Detalles de la película
- Titulo Original: My Childhood (Bill Douglas Trilogy: Part I)
- Año: 1972
- Duración: 46
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Opinión de la crítica
Película
7.6
28 valoraciones en total
Primer mediometraje de la saga de 3. Dedicados a la ausencia de infancia. Supuestamente inspirados en la de su director. ( Muy libremente ) Supongo. Aunque eso no resta un ápice de interés, frescura, por la temática abordada.
Ambientada en un pueblo minero Escocés, al final del 45. Últimos coletazos de la 2 guerra mundial. Dónde un grupo de prisioneros Alemanes. Hacen las labores del campo. En régimen de esclavitud militar.
La forma está cuidada con tanto esmero, que acabas maravillado ante la dureza del argumento.
Poética de la exclusión social. La llamarían algunos fantoches. Seguro.
El tema omnipresente en la trilogía es la absoluta ausencia de vínculos paterno, materno filiares. Con lo que ello significa:
Ausencia completa de una niñez.
Ternura robada.
Desamparo absoluto de 2 criaturas. En un entorno embrutecido.
Y suma y sigue. Cada cuál, añada los suyos. En estas condiciones o en las presentes.
La simbología es uno de los recursos. Después en la 2 parte, continuará tirando de ellos. ¡Cómo no!
La manzana, el canario, el humo, etc.
Me lancé a escribir, por la sorpresa de no encontrar, ni el más leve comentario. A pesar de estar la trilogía en filmin.
Supongo, no es grato hablar sobre algo tan básico, esencial. Damos por hecho que aquí y ahora no escasea eso. Pues nada más lejos de la realidad. Eso sí, camuflado en otros términos:
Separaciones, convenios, régimen de visitas, custodias compartidas, pensiones alimenticias. Etc.
El tema que trata es universal, como el cagar, el mear o el follar. Lo hace de un modo que es cómodo, mirar a otra parte. Porque es imposible que hoy se dé. Creemos.
Ese es otro de los méritos del deslumbrante combinado de elementos que logra ensamblar.
Desde la ausencia de paternidad, maternidad, abuelidad. Hasta la ingratitud de ser concebido en las ruinosas circunstancias de la absoluta carencia de responsabilidades, más, a,e,i,o,u.
A reivindicar. Pues el tratamiento de puesta en escena, fotografía, encuadres, hilo argumental. Ya bastaría para considerarla en un ámbito de obra mayor.
Su director, guionista, alumbrador. Falleció a los 50 y tantos. Aquí, nos deja un testimonio crudo, hermoso y brutal.
Será que cada secuencia tiene la duración perfecta. Será que la cámara está colocada en el lugar idóneo. Será la ternura que despierta el personaje de Jaimie, alter ego de Bill Douglas. Hay seguramente algo de todo esto, y más cosas, para lograr que cada escena de esta pequeña película tenga tanta intensidad. Tanto los momentos más tiernos, como los que pasa con el prisionero alemán, como en los momentos más duros, como el asesinato de su gato, la fuerza que desprenden las imágenes es abrumadora por momentos. Son escenas que te abruman por derribo, porque son 45’ sin descanso, uno tras otro grandes conceptos, grandes ideas van apareciendo en tu cabeza sin tiempo para asimilarlas. Belleza en las imágenes, miseria, padres (Jaimie tiene varios padres en la película), vulnerabilidad de la mujer, búsqueda de afectos, carencias (en general), orfandad, tristeza, muerte desde los ojos de un niño, libertad como condena. Y todo esto extraído directamente de la memoria del director, ramalazos o flashes de su infancia que dan la impresión de haber sido extraídos directamente de su cuerpo con una máquina de extraer verdad en lugar de reconstruidos desde su vivencia.