Música
Sinopsis de la película
Adaptación de una novela homónima del escritor Yukio Mishima. Trata sobre la terapia que lleva a cabo un psicoanalista (el doctor Shiomi) con su paciente (Reiko), la cual llega a su consultorio aclarando que misteriosamente ha dejado de oír la música, que es utilizada por la paciente como una metáfora del orgasmo. La novela original se centra en la investigación profesional del médico para encontrar la razón de la frigidez de la paciente y para aclarar la atracción que ésta despierta en él.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ongaku (The Music)
- Año: 1972
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
Película
6.7
83 valoraciones en total
Cruda película con pocas filigranas fílmicas en lo que respecta a otras películas de Masumura con una puesta en escena mas austera que se centra en el duelo psicológico digno del mismísimo Freud por parte de los protagonistas.
La frigidez de Reiko como punto de partida nos hará adentrarnos en un viaje de turbulencias pasadas que dejaron unos barros que trajeron estos lodos.
Introducirnos en el psicoanálisis y en la dualidad de la protagonista (¿victima o femme fatale?) como conductores de la obra de Mishima es lo que se nos ofrece desde el primer minuto hasta el final, sin prorrogas, sin remisiones. No puede decirse que sea un viaje agradable, dicen que la música es la voz del alma y si esta no suena habrá que indagar en su perturbadora raíz, nadie puede vivir sin alma (orgasmos en este caso), no hay hueco para la ética moral, todo muy locuaz y visceral, claro que todo esto a los que nos hemos leído Confesiones de una mascara no nos sorprende nada.
Respecto a la trama desconozco si se puede buscar un culpable o si todo son fruto de circunstancias y consecuencias. Eso si, Schopenhauer lo tendría bien claro.
El principio de Ongaku no da muchas esperanzas, de hecho todo apunta a que será una película menor. En esta se nos presenta a Reiko, la protagonista, una joven incapaz de escuchar la música (forma de decir que no puede tener orgasmos). Para encontrar una cura a su problema acude a la consulta de un psicoanalista (Shiomi) y, con esta simple premisa, lo que parecía algo del montón se convierte en un ejercicio de estilo imposible de obviar, una de las películas japonesas más lúcidas de los 70 y una de las cumbres de su director. Teniendo en cuenta que sólo existen en condiciones apenas una docena de sus filmes y todos son notables, salvo un par que son excepcionales, eso es mucho decir.
Cualquiera que haya visto Red Angel o Blind Beast pensará que Masumura no podía ir más lejos, craso error. Aquí, con un estilo menos clásico y más directo, el realizador utiliza las sesiones con Shiomi para despetar los demonios de su personaje y con él las del espectador, creando algunas de las secuencias más poderosas de todo su cine (el primer flashback es en si mismo una Obra Maestra). Con apenas cinco personajes principales, todos ellos relacionados directamente con Reiko (interpretada por una soberbia Noriko Kurosawa, que aguanta muy bien el tipo tras la pérdida de la musa del director, Ayako Wakao), Masumura crea un collage sensacional en el que hay tiempo para desarrollar a cada uno de los miembros de la función, tocando todos los palos y temas posibles.
Oscurísima y (cómo no) muy melodramática, Ongaku es una experiencia imposible de olvidar que se erige como una de las películas más sencillas (que no simples), hermosas y valiosas de su realizador. Sin la belleza plástica de sus filmes en blanco y negro, ni la descarnada crudeza de la bestia ciega , pero con tanta calidad que sobrepasa la pantalla y no puede hacerse otra cosa que aplaudir hasta cansarse con su fantástico tramo final. Para el recuerdo, las asociaciones de imágenes , sus sensacionales personajes y unas grandiosas interpretaciones. Cine del bueno, de muchos kilates.