Musarañas
Sinopsis de la película
España, años 50. Montse (Macarena Gómez) ha perdido su juventud cuidando de su hermana pequeña, con la que vive en un siniestro piso del centro de Madrid. Tras la muerte de su madre, su padre (Luis Tosar) huyó cobardemente dejándolas solas. Montse padece agorafobia pero no lo sabe y se esconde de la vida, entre cuatro paredes, volviéndose cada vez más obsesiva y desequilibrada. Trabaja de costurera y el único eslabón que la une con la realidad es su hermana. Un día ocurre algo extraordinario: Carlos (Hugo Silva), un vecino joven e irresponsable, se cae por la escaleras y pide ayuda llamando a la puerta de Montse.
Detalles de la película
- Titulo Original: Musarañas
- Año: 2014
- Duración: 91
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes descargar una copia de esta película en formato 4K y HD. Seguidamente te mostramos un listado de fuentes de descarga activas:
Opinión de la crítica
6.1
69 valoraciones en total
Musarañas es una historia de terror clasicón, austera y oscura, como las que se hacía Chicho Ibáñez Serrador para Televisión Española, allá por el siglo XX… hasta que se despendola. Produce Álex de la Iglesia, no digo más.
Macarena Gómez da miedo, pero también risa. Su personaje es tan siniestro como cómico. Una mujer de fundamentalismo religioso y arraigada patología psicótica, que se lleva una alegría, tras muchos años de penurias, el día en que Hugo Silva se quiebra una pata delante de su puerta. Y es que, a una no le caen Hugos Silvas todos los días, así que, por beata que de sea, pues oye, lo aprovechas.
Una película nada contenida que, sin embargo, sabe irse de juerga sin abandonar en ningún momento el espíritu siniestro de la historia ni su atmósfera opresora. Y aunque cabe destacar, como siempre, la rotunda presencia de Luis Tosar, si esta peli es un deleite es gracias a Macarena Gómez, la actriz perfecta para este sarao.
No es que nada aquí resulte novedoso, para qué negarlo. En realidad, esto es como Misery, pero en ibérico y friki. Un festín de pata negra. No creo que nadie, mientras la ve, se eche a pensar en las musarañas.
¡Qué importantes son los guionistas y qué infravalorados están! Y lo peor es que es la industria quien pasa de ellos, no los espectadores.
Digo esto porque es imperdonable que esta película, con semejante interpretación de Macarena Gómez, con una lograda atmósfera, con la presencia cegadora y cagadora del magnánimo Luis Tosar, con una solvente dirección, con una fotografía respetable (últimamente me da mucho por fijarme en la fotografía y me siento más guay y con superioridad moral respecto al resto de mortales) y con una historia tan simple y potente, tenga semejante chapuza de guion.
Como si el guion fuera lo de menos, como si los espectadores no fueran conscientes de las incongruencias, como si al público a estas alturas del siglo XXI le acongojara más ver sangre que implicarse en la historia gracias a que el guion no permite que se escape.
Y conste que a mí no me molestan las licencias artísticas, sobretodo las licencias científicas, pero con moderación. No de 7 en 7.
Respetad al guionista, pecadores. Y si es malo, en vez de traer a Hugo Silva te buscas a otro tiarrón más barato y le pagas la diferencia a un guionista bueno.
Los pecados, en el spoiler. Pero antes, publicidad: http://www.cinenecio.wordpress.com
La conocemos por su particular físico, de ojos saltones y figura enclenque. Intuíamos su talento, que se entrevé por las rendijas de pequeños grandes papeles, casi siempre dotados de garra, histeria y nervio, los mismos atributos por los que Penélope Cruz recibe Oscars. Pero ella jamás se ha encontrado con las puertas abiertas de par en par. Percibíamos su potencial pero nunca tuvimos la oportunidad de explorar sus registros más allá de la comedia. Hasta que llegó Álex de la Iglesia y lo apostó todo por ella. Macarena Gómez.
Musarañas es la gran ocasión de la cordobesa para demostrar a sus miles de incondicionales que tenían razón, que su enorme capacidad para hacernos reír era sólo un indicio de su gran desparpajo frente a las cámaras. Porque Macarena acepta el reto de un complejo papel protagonista y nos restriega todo el abanico de matices que hasta el momento le habían impedido desplegar. La pequeña, frágil e histriónica actriz, eterna secundaria del cine español, se hace grande, fuerte y solemne gracias a Montse, el personaje más rico y galardonable de toda su carrera.
Montse es una joven costurera auto-recluida entre las cuatro paredes de su hogar. No conoce más mundo. Traumatizada por la muerte de su madre y la agresiva presencia de su padre, se refugia en los brazos de la religión y en el férreo control de su hermana pequeña, construyendo un búnker viciado e impenetrable. Hasta que aparece un apuesto vecino pidiendo auxilio y se remueven los cimientos de la prisión y de su propio equilibrio. De la contención y el autocontrol deriva a un desboque de nervios sin vuelta atrás. Altibajos emocionales que Macarena Gómez extrapola al espectador. Aterra, seduce y enternece con una pasmosa facilidad.
Aseguran que Musarañas la ha dirigido un par de directores noveles, Juanfer Andrés y Esteban Roel, pero por el tono, la atmósfera y, sobre todo, por su desmadre final cualquiera diría que es la nueva película de Álex de la Iglesia. Su implicación en el proyecto parece ir más allá de la mera financiación. No sólo lo confirma la presencia de Carolina Bang en el reparto, también su inconfundible humor negro, que aunque no llega a dominar todo el metraje sí que enturbia el dramatismo y el sosiego que hasta la primera mitad caracterizaba a la cinta.
Musarañas abandona la oportunidad de profundizar en ese ambiente de opresión y claustrofobia en el que vive enclaustrada Montse para entregarse a los brazos de la locura y el desenfreno. Se agradece el delirio al que De la Iglesia nos tiene acostumbrados pero nuevamente se pasa de rosca. Entre gritos, sangre y patadas en los huevos, la cinta va perdiendo carácter y acercándose peligrosamente a los peores vicios del director bilbaíno. Por momentos, hasta la Macarena más cómica parece pedir paso.
Por suerte, la actriz contiene a Lola en Mirador de Montepinar y mantiene el pulso durante toda la cinta. Un thriller meritorio, notable y entretenido pero que se disfrutaría lo mínimo sin la presencia de su gran estrella. Porque si Musarañas cumple un propósito no es otro que el de reivindicar a una actriz en mayúsculas. Macarena Gómez por fin da con esta película un gran golpe sobre la mesa, el que reclama su merecido puesto entre las estrellas y el que le abre las puertas a un nuevo mundo, el de la versatilidad.
Al principio, la historia me recordó a Misery, pero tiene tantos fallos de guión que resulta insultante. Este tipo de historia en una casa aislada podría colar, pero en el centro de Madrid, por mucho que fueran los años de la posguerra, pues no.
Tampoco tiene sentido el tema del fanatismo religioso. En ningún momento Montse actúa por ese motivo, simplemente reza y luego actúa a su manera.
Fui al preestreno de Musarañas sin saber muy bien qué iba a ver, simplemente atraído por el nombre de Álex de la Iglesia, con el que bien se han encargado de darle publicidad a la película, para luego ver que no era él el director. No obstante, es evidente que su mano está detrás de todo o, al menos, los dos directores que firman la cinta se han encargado de transmitir su espíritu a la perfección.
Musarañas se presenta como un clásico thriller, de esos en los que un personaje perturbado nos lo hace pasar realmente mal con su locura. Y precisamente ese personaje, Montse, interpretado por Macarena Gómez, es el que más brilla en la película. La actriz demuestra que sabe dominar muchos registros, y aunque su interpretación quizás es demasiado exagerada en ocasiones, da la talla y sale airosa del difícil papel que le han propuesto.
También me ha gustado la ambientación de la película, la atmósfera malsana y de locura que consigue reproducir y, por supuestísimo, su delicioso humor negro. Además, el ritmo es muy correcto: realmente entretiene y no deja que sus evidentes defectos la terminen de hundir (sigo en el spoiler).