Muchos pedazos de algo
Sinopsis de la película
Todos tenemos fantasías sobre cómo arreglar nuestra vida de una vez por todas, lo que incluye arriesgarlo todo y salir indemnes. Un grupo de jóvenes, además de fantasear, se ponen manos a la obra, pero sin haber elaborado planes de ninguna clase.
Detalles de la película
- Titulo Original: Muchos pedazos de algo
- Año: 2015
- Duración: 104
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Opinión de la crítica
Película
4.2
48 valoraciones en total
Este tipo de obras de autores primerizos suelen tener dos problemas, que quieren contar demasiado, y otro es: perderse por los caminos…
David Yañez no presenta ninguno de los dos males. Su obra podrá gustarte o no, pero sabe hacia donde se dirige, y el camino que lleva… Cuenta lo que quiere contar y no se evade. Los actores ofrecen en líneas generales una factura efectiva, aunque con alguna escena donde se desdibujan, y ahí si, que se echa en falta la mano de un director más experimentado, para conducirlos.
Le he dado un 6 por su frescura, su pasión y un trayecto bien trazado.
Outcast Filmmakers (supongo que el inglés vende más), me invita a realizar la crítica de esta opera prima de un cacereño, David Yañez, que pasando por Madrid, recaló en Zaragoza y que como no puede ser de otra manera, se la juega como Juan Palomo (la producción y el guión es suyo) en un país donde hacer cine y por ende ser artista es comprar un abono para el suicidio profesional. Afortunada e incomprensiblemente, hay más gente como David.
Acudí pues, alimentada mi vanidad aún a sabiendas de no ser el único, a la sala Artistic Metropolitan de Madrid, donde en el campo de la distribución, otros suicidas en potencia, luchan por abrir canales nuevos, sin olvidar los clásicos, a aquellos que necesitan expresarse a través de la pantalla.
Y me encontré, Sábado 24 de Octubre, que efectivamente era el único (espectador). Aquello no pintaba bien.
Pero mira por donde al cabo de unos minutos, Alejandro, Natalia, Teo, Luis, Sofia, Patricia, Enma, Javi, Noemi y Fee, empezaron a llenar la sala y a meterse en mi cabeza donde, si no les vuelvo a ver, seguirán teniendo un agradecido recuerdo.
Estos jóvenes casi treintañeros que hace unas décadas deberían tener su vida encarrilada, viven un día a día de precaria subsistencia existencial y emocional y apuran a tragos largos el desconcierto, la ilusión, el desencanto, la amistad, la diversión…en un mundo cuyas reglas de convivencia se ven difuminadas por el ansia de no sentirse solos.
Es cierto que a Yañez, la vena social le dura apenas unos minutos iniciales donde se acoge a su experiencia como documentalista y acaba sumergiéndose más en el roce cotidiano de estos amigos desorientados que buscan encontrarse a si mismos en el otro.
El guión y la gama de recursos dramáticos y fílmicos que utiliza Yañez, no es tan original como aparenta (todo está inventado) pero si que los utiliza con acierto y aplomo y se acerca mucho más a la realidad de esa cosa que llaman amor y a la que el cine ha hecho tanto daño con un ritmo y unos estereotipos que poco tienen que ver con la realidad y que a la postre queremos imitar y causan frustración.
El trabajo actoral es impecable. La notable fotografía en blanco y negro de Carlos González, apuntala como ya hizo Allen con Gordon Willis en Manhattan (1979) que la buena comedia romántica, más allá de lo cómico y lo romántico tiene un substrato lleno de gamas de grises que se refleja mejor con el contraste entre la luz y las sombras.
El Festival Pirineo Sur ofrece el marco donde, el buen gusto musical pone la guinda a una historia sencilla de gentes sencillas que lo tienen complicado.
Como dije, entré solo al cine y salí muy bien acompañado. Nos vemos en Side-B
Me pidieron que hiciera una crítica de esta película y la verdad aún no se por que… La ópera prima de David Yañez es una fresca y entretenida película sobre las relaciones de pareja. Y el blanco y negro del film nos sirve como metáfora de lo gris que puede ser una relación. Pero no es un gris muy oscuro, es un gris tirando a blanco, una luz muy natural y preciosa. El director y el director de fotografía lo usan de manera inteligente esa luz. Los actores a pesar de su juventud dan lo mejor de sí en tan complicada tarea de dar vida a unos personajes lleno de matices. Para su primera película el director aprueba con nota. Así que espero con ansía su siguiente trabajo.
Estamos sin lugar a dudas en un momento en el que la producción aragonesa está absolutamente de enhorabuena. Si esta semana David Yáñez nos presenta su opera prima ‘Muchos pedazos de algo’ producida por la zaragozana Outcast Filmmakers, la semana próxima será el turno de Pablo Aragües –buen amigo de esta casa– y su ‘Novatos’, para dar paso a los estrenos localizados del ganador del Goya Gaizka Urresti y ‘Bendita calamidad’ (su estreno nacional tendrá lugar a principios del año próximo) y la esperada ‘La novia’ de Paula Ortiz a primeros de Diciembre. Sin duda estamos de enhorabuena.
David Yáñez, cacereño de nacimiento y zaragozano de adopción, experto en sacarse las castañas del fuego, en el crowfunding y la autofinanciación presenta su notable y serio primer proyecto en el largometraje –‘Side B’ su otro largometraje se encuentra todavía en montaje- , un film donde explora en la conciencia y espíritu de una generación y sus circunstancias. Unas realidades que enfrentan la esperanza con la cruda realidad que les toca vivir y que desarrollan azotando las emociones del corazón en un entorno tan bien elegido como el Festival Pirineos Sur.
‘Muchos pedazos de algo’ es un retrato generacional de treintañeros con problemas existenciales, jóvenes que afrontan sus día a día alejados de la rueda del progreso y el trabajo, y que bajo un manto de pesimismo avanzan y se relacionan entre sí. Un retrato de amistad, amor y música dentro de una crisis financiera –sólo abordada en su primer tramo–que aglutina inteligentemente los géneros del drama, la comedia y el falso documental. Rodada con una notable fotografía en blanco y negro a cargo de Carlos González, David Yáñez escribe y dirige esta fresca y sorprendente película que atrapa a medida que avanza el guion y conocemos las motivaciones de los distintos personajes: nos dejamos atrapar por la magia de su realidad más sincera. Sin duda un film con personalidad, que aunque en ocasiones abuse de alargar los tempos con carga de piezas musicales sí que revierte los cánones presupuestarios para dar un manotazo encime de la mesa: Hay grandes realizadores en Aragón y en España, solo necesitan que se confíe en ello para poder mostrarnos todo lo que llevan dentro.
Interpretativamente la película es un acierto. El trabajo de los poco conocidos Saúl Blasco, Laura Contreras, Víctor Vázquez, Javier Zapater, Alba Gallego (excelente su trabajo), Macarena Buera, Isabel Pérez, Roberto Millán o Alina Nastase (‘Vigilo el camino’) es tan notable como creíble. Gracias al diseño de sus personajes, a unos diálogos honestos y una acertada dirección de actores éstos hacen al espectador partícipe de esta dramedia de líos y amoríos en el Pirineo que gustará hasta los más profanos en el género, algo que consiguen por muy alejados que se puedan sentir de dicha generación a examen. El film cuenta además con el trabajo musical de Natalia Lafourcade, Rapsus Klei & the Flow Fanatics, Touchwood, Dead Combo, The Faith keepers, Josh Woodward, Fee Reega, The hands & Fee Reega, Hussalonia, Black Math, Lo-fi is Sci-fi.
Un acierto esta ‘Muchos pedazos de algo’ de David Yáñez, filmada y montada con inteligencia y que supone una grata sorpresa. Una película que atrapa por la veracidad de su relato y la intensidad de las interpretaciones, unos personajes que lucen todavía más gracias en esa factura en blanco/negro. Recomendable.
Lo mejor: Alba Gallego y el montaje. La utilización de la cámara. El momento desayuno del desenlace.
Lo peor: La carga musical en momentos ralentiza la trama.
Valoración:
Banda sonora: 5
Fotografía: 6,5
Interpretación: 6,5
Dirección: 6,5
Guion: 6,25
Satisfacción: 6
NOTA FINAL: 6,15
@hilodeseda – http://www.habladecine.com
La juventud se puede perder sin que te des cuenta. Entre tanto pájaro y tanto humo es difícil saber cuál es el camino a seguir, la senda adecuada para no desfallecer ni caer en posibles errores futuros. Y en estos tiempos menos aún.
David Yañez crea un cuadro repleto de miedos, indecisiones, inexperiencia y mucha música con su nuevo proyecto: Muchos pedazos de algo, un libro abierto que refleja la realidad actual de una juventud perdida. A medio camino entre la experiencia documental (repleta de testimonios en este caso) y la cinta al uso, en ella se narran las experiencias de un grupo de post adolescentes (ya rondando la treintena) zaragozanos inmersos en los preparativos de un festival de música (el Pirineos Sur). Esa es la excusa para profundizar en amoríos entre ellos, dudas, mentiras y, sobre todo, miedo ante el paso del tiempo, ante el peso de la propia incertidumbre originada por la propia situación económica del país y por la sombra de las responsabilidades que tanto les ahogan y limitan (y no sólo a ellos).
Lo que en un principio puede resultar 100% fresco finalmente deriva en algo repetitivo en exceso, en una propuesta algo plana, demasiado difusa para unos inicios tan prometedores. Eso de que los actores rompan la cuarta pared, el estilo blanco y negro y la originalidad y potencia de una banda sonora genial, se convierten en factores determinantes para dejarte llevar en una historia con la que te puedes sentir total o parcialmente identificado. Pero al final termina cansando. Termina por repetirse demasiado en emociones que ya conoces (relacionadas con líos amorosos casi en su totalidad), en comportamientos que ya comprendes, llegando a ser obvia y algo simplista una vez la trama avanza.
Por otra parte, el nivel interpretativo tampoco es que destaque demasiado. Pero al menos los actores no resultan disonantes, ni fuera de lugar en ningún momento. Podrían haber sido infinitamente mejores las interpretaciones pero también muchísimo peores. Aun así la cercanía que muestran respecto al espectador es digna de remarcar ante tantas películas artificiales que pueblan las carteleras en estos tiempos que corren.
Cabe destacar también la importancia de la música en la cinta. Aparece siempre y de la mejor forma posible, aumentando el nivel del conjunto considerablemente. Los temas de Natalie Lafourcade, Rapsusklei & the flow fanatics o The Faith Keepers (entre otros) sirven para hilar las situaciones, para dar ese plus que hace que la cinta alcance niveles suficientes y más que aceptables. Aquí se nota ese amor hacía la música, hacía los grupos de aquí y de allí, un grato homenaje a esos creadores que dan todo por sus convicciones.
Una pena que lo que empezó tan bien, con tantas posibilidades y tanto por desarrollar (la crisis siempre será un tema recurrente), haya terminado siendo una Friends pero en versión Los Pirineos. Un producto que tiene ganas pero que no termina de pulir su contenido. Eso sí, no se le puede negar originalidad, sinceridad y claridad. Una experiencia distinta.