Mr. Pip
Sinopsis de la película
Hacia 1991, durante los primeros compases de la guerra civil que asoló la remota isla de Bougainville (Papúa Nueva Guinea), el señor Watts (Hugh Laurie), un excéntrico hombre blanco, decide reabrir las puertas de la escuela y ejercer de maestro. Su método es combinar la lectura en voz alta de capítulos de Grandes esperanzas, su novela favorita de Charles Dickens, con la intervención de las gentes del pueblo que quieran compartir consejos prácticos acerca de cómo sobrevivir en su entorno. De esta forma, el improvisado maestro logra atrapar el interés de sus jóvenes alumnos, cautivados por las aventuras y desventuras de Pip, el joven huérfano protagonista de la novela de Dickens.
Detalles de la película
- Titulo Original: Mr. Pip aka
- Año: 2012
- Duración: 115
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Opinión de la crítica
5.7
39 valoraciones en total
El personaje del doctor House ha eclipsado tanto a Hugh Laurie, que sorprende verlo en un personaje que no cojea, ni habla irónicamente todo el tiempo.
La historia que nos cuenta es dramática y terrible, a la vez que tierna y bonita. Muestra las dos caras del ser humano que puede ser una bestia cruel, o una persona de espíritu generoso y elevado.
Esa brutalidad, con frecuencia, es fruto de la incultura y de conocer poco mundo, que hacen que se tenga una visión cerrada y abyecta de las cosas. Otras veces la provoca el ansia de poder, el miedo, o el odio.
Como telón de fondo, una guerra civil provocada por una multinacional que explota una mina de cobre en la isla. El gobierno le da los derechos de explotación, pero los habitantes se oponen, apareciendo el conflicto bélico.
Me ha gustado mucho la primera parte, porque además, la joven protagoniste tiene un parecido tanto físico como intelectal sorprendentes con una chica que conocí.
La historia está basada en hechos reales, así que nadie espere un final a lo Disney.
Antes de ver esta película, recomiendo ver Grandes esperanzas, por ejemplo en la adaptación dirigida por Mike Newell en 2012. O mejor aún, leer el libro.
Recordatorio en imágenes a la pasión por la lectura, a la supervivencia gracias al uso poderoso de la imaginación, a la fuerza incondicional de una ensoñación para resistir el dolor presente, la magia de transportarse a través del conocimiento de un personaje, vivir su historia, evocar sus sentimientos, aspirar sus miedos, sufrir sus preocupaciones, disfrutar con su alegría, llorar con sus decepciones, padecer con sus miedos…, todo ello como excusa para reinventarse, ser quien uno quiera y crearse su propio paraíso personal que nadie ni nada, por horrible que sea la situación o malvada la persona, puede arrebatarle pues es hechizo de las palabras a través de ese enamorado oído que las acoge con esperanza y devoción para conducirlas como alimento de un alma en urgencia de carencia afectiva y un corazón cuyo bombeo cardíaco debe ser hipnotizado gracias a esos deslumbrantes sentimientos que otorgan las páginas en tinta de un magnífico libro.
En esta ocasión, el protagonista escogido es Grandes esperanzas de Charles Dickens, que sirve de seducción instantánea y hermoso cautiverio mental para una niña, Melinda, en medio de un conflicto bélico, de violencia sin control ni entendimiento de las atrocidades que sus ojos y persona observan y padecen diariamente que, gracias a la sabiduría e inteligencia del único blanco en la isla que ejerce de eventual maestro y que posee la sensibilidad y delicadeza de intuir la necesidad de ese bálsamo aislante de toda la porquería y horror que les rodea que crea un pequeño escondite de felicidad breve y risas permitidas.
Esa es la parte atractiva y dulce del filme, los saltos mentales de un imaginado puente conectado al mundo de la fantasía y de la libre creación artística donde esta deliciosa obra es reinterpretada desde la inocencia de la visión de una niña de color que mezcla sus propios personajes con colores llamativos y vestimenta del siglo XVIII que sólo el creador de Shrek y Narnia es capaz de combinar con delicia e impacto para la vista, respecto las interpretaciones, tenemos al famoso doctor House, Hugh Laurie, como señuelo de venta y marketing que está correcto y eficiente en su papel de conductor y artífice de ese paraíso anímico donde refugiarse y, una compañera adolescente, como centro de la cámara que explota la belleza cautivante de su hermosa piel negra pero cuya expresión física, manejo facial y rostro emocional apenas varía en cada fotograma.
Una primera hora de lectura de esa exquisita obra maestra que se percibe con tranquilidad, placidez y pausa para la absorción de esa bellas palabras recogidas e interpretadas individualmente por nuestros sentidos y, una segunda donde se intuye, más que mostrar explícitamente, el peso de ese conflicto territorial en el que se encuentran indefensos a través de un absurdo malentendido y tonta confusión de dar vida y existencia corporal, real a ese maravilloso Mr. Pip que el pueblo entero a acogido con vivencia intensa, curiosidad sana y amor incondicional.
Andrew Adamson confía en sus habilidad y destreza para combinar realidad y fantasía, dureza y suavidad, lágrimas y sonrisas, mezcolanza con muy buenas intenciones que funciona por momentos pero que, en otros, sabe descafeinado, de poca profunda textura y escasez en su penetrante aroma para la plasmación de la realidad envolvente más, otras obvias carencias de conexión e intercalado escénico que perdonas por la gratitud del conjunto, el resplandor del cuento, la buena esperanza y motivación de los pasos ofrecidos.
Debilidad narrativa de emociones no siempre ofrecidas con acierto, en exceso congeladas y neutras en su transmisión y atrape del espectador que se nutren del libro de Lloyd Jones para ofrecer este mix de mundo artificial inocente y bonito pero tenue y poco intenso en su gloria y hechizo y, un mundo cruel que tiene la sabiduría de no escenificar con escenas espeluznantes de digestión ardua y, dejar a intuición personal, la elaboración de ese pavor y terror con el que conviven diariamente y al que son expuestos sin compasión cual trozo de carne que sirve de comida para hechar a los cerdos.
El resultado es ameno, agradable, de fácil visión aunque emotividad ausente pues, adquieres una sobriedad y serenidad perceptiva que te permite mirar, degustar y disfrutar con ligereza sin gran involucración ni un entusiasmo tan potente como cabría haber elaborado pues es suave en sus pretensiones, moderada en su alcance, plácida en su respiración, su aroma te envuelve con tibieza…, película que come de un libro que se nutre de otro libro para quedarte con un valiente caballero contador de historias y cuentos que sabe comportarse de forma loable en todo momento.
Lo más miserable es sentir vergüenza del hogar .
Momentos de extravagancias, de risa, de temor, de incertidumbre, relajación, tensión, equivocación, acierto…, un poco de todo para un guión cuya calidez echa el freno sin alcanzar su plenitud y mayoría pero que resulta entrañable y anecdótico con mesura en el descubrimiento de este loco blanco de ojos saltones que revolucionó la isla de Bougainville aún con sus evidencias y debilidades no es necesario fingir para saborear el vuelo por el país de nunca jamás y la planicie por el techo de armas, golpes y muerte que amenaza sus cabezas.
Mr. Pip hace su trabajo, sin plusvalías ni extras que perfeccionen lo pretendido, sin traslación sublime inolvidable, con efecto recatado y sentido contenido, sin el brillo que debería ni la gloria presentida pero…, hace su trabajo.
lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
Aunque aparentemente algo caótica (¿demasiadas historias peculiares cruzadas?) y, casi con seguridad, políticamente incorrecta (un conflicto en cuyo fondo están la multinacional Rio Tinto y Australia se presenta, casi literalmente, como una merienda de negros ), la película se deja ver muy bien y tiene, a mi juicio, tres puntos fuertes: uno es el enfrentamiento en una pequeña aldea de Bougainville de dos fuerzas igualmente foráneas e importadas: la ilustración, representada por la escuela, y el fanatismo religioso, en este caso evangélico, otro es la proclamación de cómo se puede poner en marcha un proceso de aprendizaje y de educación desde nada, o desde cualquier punto de partida (en este caso un libro de Dickens, Great Expectations), y, a la vez, como se puede implicar a la comunidad y reconocer el saber que posee, el tercero, en fin, la defensa de la dignidad como una característica y una obligación humana, difícil pero necesaria y posible en cualesquiera circunstancias.
Después de los grandes éxitos que ha conseguido gracias primer lugar a el ogro más famoso del mundo Srek y después con la dos primeras adaptaciones de Narnia, Andrew Adamson deja lo fantástico y lo animado, y se enfrasca en la película más personal de su carrera.
Con Mr.Pip, podemos en una primera parte quedarnos con unos planos y unos decorados extraordinarios que poco a poco nos van conquistando. La trama desde el comienzo nos resulta bastante clara , un argumento que en su primera hora que nos encanta, embocando una historia bastante hermosa, pero con muchos elementos que irán marcando la segunda hora la cuál con un giro bastante brusco que nos pondrá la piel de gallina, la película se vuelve muy intensa, una serie de acontecimientos inesperados nos marcarán y nos dejaran en un estado entre la rabia y la desesperanza.
Una historia llena de valores morales, éticos , humanos …. narrados desde una perspectiva única, acompañados de una buena puesta en escena, una excelente banda sonora y una infinidad de elementos que la van haciendo especial.
Es en su parte parte final donde pierde algunos puntos, la cuál puede resultar un tanto alargada, un final que aunque remata ciertas cosas que quedaron en el aire, no nos resulta demasiado justa. Un final por otro lado que también habla de los sentimientos y como afrontarlos un final tan dulce como sincero.
En su reparto, hay que señalar la buena interpretación de todos ellos, Hugh Laurie desempeña una muy buena interpretación, lleno de empatia, sentimiento y expresivo, nos convence y sabe llevarse a su lado la historia, Xzannjah Matsi la mejor de todos sin duda, con una mirada feroz que rompe con todo y Healesville Joel que desempeña uno de los papeles más complejos de la película, ella es quien vive y manifiesta mayor esfuerzo, esto es debido a que su personaje es el que lucha contra sus propias creencias.
Como conclusión podemos decir que ha sido una grata sorpresa, una película de la cual uno puede esperar poco pero que nos engancha y nos conduce por caminos turbios que nos llevan a desde lo mas bello a lo más cruel. Una película con grandes actuaciones, pero que necesita limar un final 15 minutos alargados.
Lo mejor: Xzannjah y la gran química con Laurie
Lo peor: La huida final
Recomendada: Si
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¿Pero qué es esto? Me preguntaba a mitad de su película. Ahora un drama histórico con una contundencia inusitada, después de presenciar durante más de una hora una cursilada sobre la glorificación de la literatura del incontestable maestro Charles Dickens. No, señor Adamson, esto ahora no cuela. O sea, que me tengo que poner a llorar como un descosido si no quiero que se me tache de insensible sin alma.
Pues desgraciadamente la inmensa mayoría del público parece haberme acompañado en la indiferencia que ha provocado su nueva obra..