Mr. Death: The Rise and Fall of Fred A. Leuchter, Jr.
Sinopsis de la película
Documental sobre Fred Leuchter, un ingeniero que se especializó en máquinas de ejecución y luego fue contratado por el historiador revisionista Ernst Zundel para demostrar que no hubo cámaras de gas en Auschwitz. Leuchter publicó un polémico informe apoyando la tesis de Zundel, lo que finalmente arruinó su propia carrera.
Detalles de la película
- Titulo Original: Mr. Death: The Rise and Fall of Fred A. Leuchter, Jr.
- Año: 1999
- Duración: 91
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Opinión de la crítica
Película
7.1
32 valoraciones en total
Serán prejuicios, será una predisposición a odiar a los tipos con cara de rata, será lo que sea…pero la cuestión es que desde el primer momento en que Fred Leuchter comienza a hablar, el tipo me produjo un rechazo instantáneo. Su obsesión mórbida,vocacional incluso, por la ejecución de personas así como su afán por convertir algo que es oscuro y desagradable en una especie de tarea humanitaria me resultan, como poco, repelentes.
Si a eso le sumamos que el tipo es un amigo de Metapedia que por hacer autobombo de su buen ojo para la ejecución es capaz, con todos sus cojonazos, de ir a varios campos de concentración donde se llevó a cabo la solución final y desde el barómetro de su nabo decir que allí nunca se ejecutó a nadie, pues ya la etiqueta de indeseable no se la quita nadie.
Pero creo que lo peor sobre Fred Leuchter no es nada de eso. Lo peor no es que sea un hombrecillo lúgubre que aceptara ser un peón dentro de una conspiración supremacista que incita al odio negando el holocausto judío. No. Lo peor de Fred Leuchter queda expuesto casi al final del documental cuando él mismo afirma:
Repaso bio-documental a las peripecias de Leutcher, un tipo del montón que no sé sabe si por afán de protagonismo o qué, es un ídolo entre revisionistas.
En la primera parte vemos al tipo narrando su etapa como especialista en máquinas de ejecución. No hay voz en off ni nada. Solo sale el friki éste contando sus soluciones para que al dar matarile a los presos se haga con más humanidad .
Cuando uno ya está espeluznado pasamos a la segunda parte, en la que lo contratan unos revisionistas como experto y se va a Auschwitz. Ni corto ni perezoso se pone profanarlo para sacar pedruscos que demuestren que ahí no se había gaseado a nadie.
Lo que más asusta es que uno ve que es un pobre diablo y se lo cree. Naturalmente el director ya no puede darle sólo la palabra al friki y se ponen testimonios que lo ponen a caldo.
Al final uno no sabe si sentir lástima por el individuo o pensar en el daño que hace el afán de protagonismo. Lo que sí que concluye uno es que sí, que el mal es muy banal.