Morning Glory
Sinopsis de la película
Cuando la joven Becky Fuller (Rachel McAdams), una enérgica productora de TV, es despedida de su trabajo en Nueva Jersey, su vida profesional se hace tan sombría como su vida sentimental. Su siguiente trabajo, en una gran cadena neoyorquina, consistirá en sacar a flote un magazine matinal de segunda, para ello contrata a Mike Pomeroy (Harrison Ford), un famoso periodista de televisión caído en el olvido, para que presente el programa con Colleen Peck (Diane Keaton), una veterana cascarrabias.
Detalles de la película
- Titulo Original: Morning Glory
- Año: 2010
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
Película
5.4
62 valoraciones en total
¿Mala? Pues señores, da el pego.
Frenético mundo el de la noticia. Una gloria de la información que no quiere verse relegado a segundos puestos de audiencia y que se niega a colaborar es el centro de la trama, ese tipo es un borde, es Harrison Ford, es un matafaisanes y además usa calcetines imposibles. Al mismo tiempo es la esperanza de la nueva productora, una joven dinámica dispuesta a salvar su programa a base de trabajo incansable. Ella usa unas braguitas preciosas.
– El trazado de la historia es muy efectivo, la sonrisa de ella logra transmitir sus ilusiones y el gesto de H. Ford representa muy bien la vieja gloria que está hasta los mismísimos de todo porque su silla, la que debería ser su silla, la ocupa otro tío.
– Los sentimientos calan en el agradecido espectador que supongo dejará las palomitas a un lado para sonreír en algún momento y en otros disimular algún temblor de tontorrona emoción. Pues claro que sí.
– Ritmo a mil por hora para afirmar que hay personas en el mundo que se dedican exclusivamente a su trabajo y de ahí no salen. Y es verdad, eso es así. No sé si es bueno, malo o regular, pero es así. Para ellos no suponen sacrificios porque aman el trabajo pero inconscientemente pueden dañar a los seres que les rodean. Digo pueden porque si alguien aprecia a otra persona, debe respetar que ame su trabajo. Todo esto está descrito con efectividad. Puede parecer que la incursión romántica estropee el ritmo de la película pero sinceramente no creo que sea así porque está hábilmente expuesta. Se hace complementaria dentro del tema laboral sin descomponer la acción.
– Personajes con carácter en una exacta ambientación. No hay más. Creo que en conjunto todos debieron sentirse muy satisfechos con los resultados de su trabajo. Excelentes todos. Diane como siempre, de hecho sus papeles siempre tienen el mismo cariz. Jeff Goldblum, genial, su seriedad y buen hacer aporta el resto de credibilidad. Una buena película. Sin más.
Detrás de las cámaras que retransmiten los programas de televisión se esconce un mundo frenético y caótico que los espectadores ignoramos mientras nos sentamos frente a la pantalla del televisor. He visto pocas películas que se centren en ese mundillo, el mejor retrato televisivo lo he visto justamente en la pequeña pantalla, en la serie Studio 60 escrita por el célebre Aaron Sorkin y que desgraciadamente tan sólo contó con una temporada. Por eso me llamó la atención Morning Glory, por el tema, por su atractivo reparto y porque estaba producida por J.J. Abrams, que ha demostrado de sobra que de televisión sabe y mucho. Pero lo que me he encontrado no ha cumplido con las expectativas que me había creado con dichos ingredientes.
Morning Glory recuerda bastante a El diablo viste de Prada, no por casualidad, la guionista es la misma. Rachel McAdams interpreta el mismo personaje que Anne Hathaway, una joven entusiasta que es incapaz de mantener una vida sentimental sólida por su adicción al trabajo y que tiene que lidiar con jefes y compañeros de trabajo inflexibles, en este caso, por estar hastiados de una profesión que con los años acaba quemando. Pero si en la película de Meryl Streep se compensaba bastante bien la sensiblería con ironía y mala baba, en Morning Glory la balanza tira más por las buenas intenciones y por el humor blanco que dibuja sonrisas en vez de carcajadas, aunque de vez en cuando suelte algunos chispazos de socarronería sobre el mundo de la televisión, aunque no son suficientes para levantar la película de su condición de simple y fugaz entretenimiento.
La película le pertenece a Rachel McAdams, que está tan encantadora como siempre aunque a veces resulte demasiado pizpireta. Harrison Ford hace un papel que parece un símil de su situación actual, un veterano que no encuentra su sitio en la actual parrilla televisiva, por lo que se tiene que conformar con trabajos que están por debajo de lo que fue en su mejor momento. Y con Diane Keaton pasa lo mismo, pues le va ni que pintado el papel de una vieja gloria obligada a adaptarse a los nuevos tiempos si quiere seguir en boga, aunque tenga que hacer el ridículo de vez en cuando. Patrick Wilson es el interés romántico del personaje de McAdams, protagoniza una subtrama romántica que no capta más atención de la necesaria pero que es totalmente innecesaria.
(Sigue en Spoiler sin destripamientos)
Pues eso. No he visto El diablo viste de Prada pero imagino que hay parecidos. Sí he visto Notting Hill y la dirección en esta peli no me ha parecido tan lograda como en aquella. Al menos cuando allí hacían una secuencia musical tenía un montaje bonito y pegaba con el contexto. Aquí son puro relleno videoclipero que quita tiempo para poner más chistes.
Rachel McAdams está bien. Ayudaría que su personaje fuera ligeramente menos cansino, pero es medianamente simpático. Eso sí, la película está demasiado centrada en ella. Una cosa es que sea la protagonista y otra que se le de tantísima importancia cuando el filme probablemente se hubiera beneficiado de un enfoque más coral.
Harrison Ford es lo mejor de la película. O quizá sea que a mi me cae bien y he ido a ver la película por él. Actuar probablemente no actúe mejor que la McAdams, pero tiene el personaje más logrado con diferencia, y el que más gracia hace.
A Diane Keaton le toca hacer más el ridículo y bueno, no está mal, pero la veo más delgada, viejuna y exagerada de lo habitual. Aún así, le hubiera dado más papel, ya que los diálogos entre ella y Ford son las partes más cómicas de la película.
La cinta tiene demasiado rollo de manual de autosuperación o de cómo compaginar el trabajo con la vida social. Todo esto va en detrimento de la comedia, que sólo aparece en momentos puntuales.
El romance de la chica con el personaje de Patrick Wilson es algo soso e innecesario, como han dicho en alguna otra crítica. Podría estar presente pero para lo poco que aporta mejor si le hubieran dedicado mucho menos tiempo en el filme.
También se ha dicho , y estoy de acuerdo, que la película parece casi dar por bueno el espectáculo chorra en televisión antes que la seriedad informativa. Pero en fin, supongo que simplemente es un recurso del guión como cualquier otro. No sé siquiera si pretende tener alguna tesis.
En fin, es una tontadita pero tiene algún diálogo que está bien y es entretenida. Es como esas películas que te ponen en un autobús, pero no de las que te quitas los auriculares, sino de las que ves para que se te haga más corto el viaje.
Un bastardo avisa:
Lo importante cuando uno va al cine es que disfrute antes, durante, bastante y después. Que el precio de esa entrada sea un grato recuerdo de esos minutos de una historia que te ha atrapado y has sentido y vivido hasta el final… Esta película la he visto en preestreno y gratis. No me han dado entradas para un concierto de Cher (pese a no estar en 1975) ni he recibido ningún soborno para darla ni un estrellita de más o nominarla a los Globos de Oro junto a The tourist para que no desentone la cosa tanto… Entiendo perfectamente que las personas que vayan al cine y paguen por verla tengan que auto-justificarse diciendo que no es excelente ni una obra maestra pero que está bien. ¿Bien? Cada opinión es respetable pero aparecen ciertas críticas que transforman Dragonball Evolution en Ciudadano Kane en cuatro líneas y ocho adjetivos calificativos… y uno empieza a dudar. Hagan caso a un bastardo y alquilen y revisen el DVD de El diablo viste de Prada porque ésta es mucho peor y la primera tiene dos nominaciones al Oscar, 5 nominaciones BAFTA, un Globo de Oro y un 5,7 en ¡esta misma página! Creo que con eso digo todo.
¿La mejor película de Harrison Ford en años? El propio actor ha declarado que ha hecho esto para comer… Así, que sobran las palabras. O les digo un par: la película ha sido un fracaso en el boxoffice americano y no ha recuperado todavía los 40 millones de dólares de presupuesto. Y que quieren que les diga: Rachel McAdams no es Anne Hathaway. Nos anuncian del director de Notting Hill y la guionista de El diablo viste de Prada para vendernos una moto sin casco ni manillar porque esta película, aparte de requete-vista, se ha visto de rueda a rueda a los primeros cinco minutos. Cuento todo esto para que no les engañen con falsas promesas ni para que lean por allí y por aquí críticas positivas. Aunque es cierto que uno sabe a lo que va. Lo sabe cuando enciende la televisión y pone el programa que todo el mundo critica pero que todo el mundo ve.
Si con todo esto van a verla y les gusta me alegraré por ustedes: habrán conseguido disfrutar de una película en tiempos de absoluta crisis creativa y de identidad.
¿Se imaginan que Iñaki Gabilondo tiene que co-presentar un programa matutino con Ana Rosa Quintana? Yo no y si ustedes tampoco no vean está película que se resume en un cambio de flequijo y un par de huevos. Nos refleja que la mujer tiene que trabajar por encima de su jornada estipulada en convenio, que no se le pagan las horas de nocturnidad, que permanece atada y no desconecta del trabajo y que, pese a estar cualificada y vivir en un país de enchufísmo y titulitis, tiene que sacrificar su vida personal y familiar en pos de mantener el trabajo y parecer Pocoyo todo el rato. ¿Exceso de cafeína? ¿Comprará plátanos en el Lidl?
Sobre el desenlace (pero después de la publicidad, dos tortillas de ‘fatatas’ y el pulsar el botón de Spoiler)
Las expectativas en cine son importantes. Si de antemano esperas ver una mierda, es increíble, pero la mierda te parecerá mucho menos mierda. No es que deje de ser mierda, en absoluto, pero huele menos.
Harrison Ford no estará menos patético, ni Diane Keaton menos ridícula, ni Rachel McAdams merecerá un Oscar. Pero terminas viendo una absoluta gilipollez que, a ratos, para tu propio espanto, te divierte.
Y cuando te ries hasta te sientes un poco culpable porque no dejas de estar riéndote de una caca, joder, pero te ries.
Hay quien dice por ahí que esto es como juntar a Gabilondo y Ana Rosa Quintana en un mismo programa. Eso se llama Tele-5, me parece, no? Vamos, Matías Prats presenta un telediario con Sara Carbonero (ya sabéis, la novia de Casillas que anuncia champús) y aquí no ha pasado nada. O era Pedro Piqueras?
Bueno, da igual. Lo que nos muestra esta peli podría muy bien ser los entresijos de una cadena como Tele-5. Y sin embargo presiento que el espectador medio de Tele-5 no entendería ni papa de lo que le están contando. Tal vez eso es lo que hace que el engendrillo éste me parezca un poco menos mierda. O no, igual soy una espectadora potencial de Tele-5 camuflada de gafapastas. Quién sabe?