Morir… dormir… tal vez soñar
Sinopsis de la película
Historia de una sencilla familia española desde 1916 a 1966. Ante la proximidad de la muerte, las vivencias de su pasado acuden a la memoria de Juan. De forma fragmentada, a veces confusa, Juan revive momentos cruciales de su vida unidos siempre a nombres de mujer. Momentos que le recuerdan haber dejado escapar numerosas oportunidades de ser feliz…
Detalles de la película
- Titulo Original: Morir... dormir... tal vez soñar
- Año: 1976
- Duración: 104
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Opinión de la crítica
Película
6.6
70 valoraciones en total
El olvido siempre está ahí, pero más en estos tiempos en los que la noticia del día es fagocitada por la del día siguiente, Mur Oti es uno de las grandes directores de cine olvidados. Y esta película trata precisamente del recuerdo.
Rodada enteramente en una lujosa y añeja casa quizá peque de una excesiva voz en off, pero, junto a momentos pocos felices (como el reencuentro de Juan con Ana Mari al cabo de tantos años) hay otros de una sincera emotividad.
La banda sonora, toda música clásica, ayuda a dar ese aire bellamente decadente a toda la película. Los actores y actrices, sin ser geniales, cumplen bien.
No es lo mejor de Mur Oti pero ha aguantado el paso de los años y se deja ver si se acepta el planteamiento de una adorable nostalgia.
Es esta una película discreta y sin alicientes especiales pero en ella se pueden encontrar algunas virtudes que deben ser tenidas en cuenta. La virtud principal es que perteneciendo como pertenece a una época en la que el destape era lo que imperaba en la pantalla española y era abordado en las producciones del momento incluso por cineastas que antes habian tenido una trayectoria digamos decorosa como reclamo comercial y para no ser menos que los cineastas más oportunistas resulte tan comedida en ese aspecto. Porque Manuel Mur Oti para algunas escenas de la película que tienen una cierta sensualidad expresa la acción que tiene que expresar pero evitando visualizar zonas concretas del cuerpo femenino. Esto dice bastante en favor de un autor que anteriormente realizaba generalmente películas discretas salvo en los casos de Cielo negro y A hierro muere que eran mejores de lo habitual en el autor. Por lo demás en esta historia familiar con música clásica y una cierta insipidez narrativa está la personalidad peculiar de Pedro Díez del Corral, actor solvente y distinguido. N. Dawn Porter y J. Seymour interpretan sus papeles con bastante elegancia aunque sus personajes no estén trazados con una excesiva brillantez. La película se puede soportar aunque en su conjunto pueda resultar algo sosa. Algo es algo. Relativamente convence.
NO soy especialmente seguidor del cine español, pero lo valoro en lo que vale, y esta película es una obra maestra. Técnicamente impecable, la interpretación,el guión, ritmo y dirección la elevan a la cima de la emotividad más noble del ser humano que ama la vida, los suyos y sus ilusiones, sin caer en ningún momento en la banalidad de la lágrima fácil, ni la felicidad de la inmediata satisfacción de la hamburguesa con kétchup, ni la enfermedad de la tristeza vacua, que fomentan hoy día desde canales de tv ridículamente rentables los seres sin alma que tanto proliferan como bacterias en el yogur, al amparo de ideologías de uno u otro signo, que pretenden reducir al ser humano a un producto de autoconsumo con fecha de caducidad desde su nacimiento, e incluso antes.
Felicitar a tve por el ciclo de cine español.
Llevaba mucho tiempo queriendo ver esta película. Me cautivó -aunque parezca una tontería- su precioso título y su póster de entonces. Investigando un poco, me cautivaron también las buenas palabras y valoraciones de gente a la que sigo sobre ella y sobre el cine de su director. Manuel Mur Oti era un desconocido para mí, ¿como podía ser que no conociera a un director español de esa talla? me dije.
Obviamente acabaría viendo sus películas tarde o temprano. A la hora de adentrarse en las filmografías de los grandes directores (aunque no sea así en todos los casos), se supone que es recomendable hacerlo en orden cronológico, para apreciar mejor la evolución de sus rasgos estilísticos, así como la propia y creciente madurez que adquieren y que normalmente acaba teniendo una gran influencia a la hora de hacer una película.
Nunca he sido alguien que haya cumplido esa máxima, la verdad. Con la mayoría de directores a los que admiro, he ido alternando títulos de diferentes épocas mientras los iba conociendo, cosa que estoy intentando cambiar.
Con Manuel Mur Oti quería que romper esa tendencia. En los últimos meses, he ido viendo casi todas sus películas en orden mayoritariamente cronológico, para acabar desembocando en este colosal punto y final de su carrera.
Aunque en realidad, siguiendo la progresión de Mur Oti, Morir… dormir… tal vez soñar, pese a ser la última película que realizó, no podría decirse de ella que es la culminación de su estilo -como lo podría ser Gertrud en el caso de Dreyer-. Más bien se podría pensar en We cant go home again de Nicholas Ray, en tanto que el director, decide crear con su última película, una obra radical y alejada de todo lo que fueron sus trabajos anteriores.
Nada te prepara para Morir… dormir… tal vez soñar. Ni los torrentes de emoción que son Cielo Negro u Orgullo, ni las idas y venidas pasionales de Condenados o Duelo en la cañada. Si en esas películas se convertían en tragedia a partir de hechos cotidianos, aquí es todo lo contrario. Los grandes momentos de la vida de un hombre, son rememorados en torno a la casa familiar, el cielo particular del protagonista. Grandes recuerdos que florecen con una fuerza tremenda, para ser arrancados de raíz con el corte de un plano.
Morir… es un constante diálogo entre dos realidades, la de la remembranza, filmada en sutiles escenas que saltan temporalmente y la ontológica, en la que los planos recorren los rincones de la casa vacía donde tuvieron lugar esos acontecimientos, al tiempo que oímos unos versos preciosos que reflexionan sobre lo vivido.
Las grandes cuestiones de la vida son aquí planteadas con una sencillez que emociona. ¿Qué es el cielo? le pregunta el pequeño Juan a sus padres, ¿de dónde vienen los niños? a su madre embarazada.
¿El enamoramiento?, una escena en el jardín entre dos niños que planean su futuro ajenos a todas las circunstancias. Pocas escenas tan hermosas he visto como la del nacimiento de la hermana… Me podría pasar toda el día describiendo las escenas, las tragedias, que aquí también aparecen pero siempre en fuera de campo (la primera guerra mundial, la guerra civil… bombardeos y retransmisiones radiofónicas que oímos en la casa…). Por no hablar de las maravillosas piezas musicales que suenan durante toda la película…
La verdad es que es realmente deprimente ver la cantidad de votos que tienen sus películas o que incomprensiblemente no hayan tenido las más mínima repercusión internacional. Ojalá mucha más gente viera esta obra y descubriera toda la filmografía de Mur Oti, director al que nunca se podrá reivindicar demasiado. A la altura de los más grandes.
Esta película de poético título, no lo niego, sacado de un fragmento de Hamlet promete muchas cosas pero acaba dando muy pocas. Morir , puede que de aburrimiento, dormir , seguramente y por el mismo motivo, soñar , quizá sea demasiado. Yo creo que más bien sirve lo de roncar , si aprovechamos para dar una cabezada mientras se van sucediendo las imágenes de la casona y la perorata del protagonista en voz en off. Eso sí, intentad que no sea cuando aparece Janey Seymour, es decir, más o menos, en los últimos 40 minutos, porque la chica es muy guapa y al final es lo único que vale la pena aquí (SPOILER).
En cualquier caso, película plasta en la que realmente no pasa nada durante sus más de cien minutos y cuyo montaje temporalmente desordenado tampoco ayuda. Se supone que hay una reflexión sobre la felicidad, el paso del tiempo y los recuerdos, pero todo queda como muy encorsetado, falto de naturalidad y de una verdadera profundidad. Al final, tras unas pocas escenas inconexas, la película no nos dice nada relevante y los personajes se aproximan peligrosamente a ser unos tontos. La ambientación es pasable pero hay que darle un coscorrón a los de peluquería porque no dan ni una con los peinados.