Money Monster
Sinopsis de la película
Lee Gates (George Clooney), un famoso presentador de televisión, es también uno de los principales gurús de Wall Street. Pero cuando el joven Kyle Budwell (Jack OConnell), siguiendo sus consejos, pierde todo el dinero de su familia, decide secuestrar a Gates durante la emisión en directo de su programa.
Detalles de la película
- Titulo Original: Money Monster
- Año: 2016
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
5.8
41 valoraciones en total
Entretenida, pero de soluciones fáciles. Hay varias vertientes narrativas: televisión basura y su componente ético, el poder de las redes sociales, dinero y su correspondencia real, y globalidad del mundo digital y velocidad de sus transacciones. Ninguna de esas hebras es abordada en profundidad. La película busca ser reveladora para alertarnos de los peligros de esta era digital, pero sólo nos brinda una primera derivada de los problemas, al contrario de muchas cintas que abordan el descarnado mundo financiero de manera acuciosa. Las dos primeras vertientes son abordadas desde un humor inteligente (crueldad de los inversores y la sorpresiva entrevista a la novia del protagonista), pero desaparecen rápidamente del foco de atención. La directora quizás comete el error de incluir actores muy conocidos (George Clooney y Julia Roberts) al mando del programa televisivo (intertextualidad fallida) en desmedro de un trabajador ignorante que pierde toda su herencia al seguir los consejos del programa Money Monster (título original de la cinta). Se enfoca en los derroteros de los amigos (animador y productora) y no se interesa por la solución de los conflictos del joven trabajador que recurre a la violencia para hacerse escuchar. Foster esboza una alerta sobre dónde está el dinero real (ese que tenía su respaldo en oro) o, dicho de otro modo, de si el dinero que se transa es real o ficticio, pero tampoco ahonda demasiado en el tema. Se detiene un poco más en la globalidad del mundo financiero y de las comunicaciones, pero ahí surgen hackers sacados del sombrero y búsquedas demasiado exitosas de un buscador de Internet, lo que resta credibilidad a la supuesta arista periodística de esta película que, pese a sus falencias, tiene buen ritmo y es bastante entretenida.
Este tipo de películas ya han sido vistas muchas veces. Pero lo que la hacen notables unas sobre otras, más allá incluso del guión o de su ritmo o dirección, son sus personajes. Siempre dependemos de los personajes para dejarnos llevar por una película de estas características. Y Money Monster tiene unos personajes con los que enseguida te identificas, sientes algo positivo o negativo hacia ellos, en seguida te ves inmerso en esa realidad imperada por mentiras y redes sociales, y cuando quieres darte cuenta la película ya ha tenido éxito sobre tus expectativas.
Comandada por el trío protagonista (Clooney, Roberts y O´Connell) de forma comedida y solvente, y dirigida con mucho pulso por una madura Jodie Foster. El ritmo nunca decae, nunca miras el reloj.
El guión nunca entrega una sorpresa verdadera, pero sus juegos de manos y la intensidad del momento en el que te evades en la intriga te meten en el bolsillo sin dudar. La historia ya ha sido vista, pero la entregan de una forma tan competente y profesional que acaba siendo resuelta por encima de la media del género y mejor que otras muchas apuestas similares.
Además, esta película consigue algo que la aplastante mayoría de entregas de su género fallan estrepitosamente: mejoran (y de forma considerable) conforme avanzan. La película comienza y desarrolla su planteamiento más bien de 5,5 o 6 sobre 10. No es hasta el ecuador y su posterior resolución cuando la película consigue escalar hasta su nota actual y real según mi criterio personal. Se aprecia una evolución muy satisfactoria que acompasa muy bien a los personajes y la tensión del momento (inclusos sus chistes y su humor negro convencen más y más). Puede que esta consideración no sea compartida por muchos, pero creo que la película gana cuanto más se magnifica de cara a su segunda mitad y final.
Es entretenimiento previsible por encima de todo. Pero es un entretenimiento previsible que evoluciona de forma genial, y cuya tensión y personajes funcionan a las mil maravillas.
Como si fuera un déja vú de otras películas que hemos visto antes, mezcladas en un cóctel, llega esta cinta medianamente recomendable, pero donde las miradas se posan -equivocadamente- en los secundarios mientras el protagónico es mancillado por la trama, la dirección y el casting. Un vacío que no puede dejarnos conformes a la hora de la evaluación.
Si bien El maestro del dinero (2016) por su trasfondo recuerda a muchas otras: desde Cabezas huecas -Airheads- (1994), El cuarto poder -Mad city- (1997) a El informante -The insider- (1999), John Q (2002) o El plan perfecto (2006), por nombrar algunas, la relación entre incidentes armados, medios de comunicación y la falta de escrúpulos desde alguna parte anexa, da pie previsiblemente a una complicidad extraña entre personajes que se traspasa, con mayor o menor éxito, al espectador, y esta no es la excepción.
Si es o no un remake asiático, es una pesudo polémica que en realidad al público no le interesa para nada. Sí en cambio, le será útil conocer que ni la traducción de Maestro del dinero o la original de Monster of money le hacen justicia a la película. También es mejor enfocarse en el desarrollo mismo que en el desenlace donde no se hace mucho amago por evitarnos los clichés.
En poco más de hora y media, Jodie Foster como directora mete un par de hits pero igual queda gusto a poco. Principalmente porque intenta darle toques de fondo, de discusión y reflexión a una película que pintaba mejor por el ala del thriller de suspenso y finalmente, las medias tintas dejan un cierto sentido de vacío. Fome no es, pero tampoco deja nada siquiera medianamente memorable. Si hubieran querido más crédito al trasfondo no eran necesarias las estrellas robándose el protagonismo por sobre la historia.
Para sumar, su duración, unos buenos momentos de intriga, la dupla Roberts-Clooney que si bien actúa como si fuera otra película suele ser un agrado verlos y por qué no, también aceptar la invitación de Foster sobre la indiferencia y lo descarnado del mundo de hoy, independiente de lo evidente que esto aparece más acentuado en el mundo de las finanzas.
Recomendación:
Regular a aceptable. Una película que pudo ser mejor enfocada en su estructura pero cuya reflexión -lograda a medias- es válida.
=Cité de Lord Buyinski= http://www.buyinski.wordpress.com
Y bien os preguntaréis por que digo que es una comedia de ciencia ficción, pues por que la película en general da risa por lo absurdo e irreal de la misma. Las situaciones son extremadamente falsas y ridículas. Sabes lo que va a pasar y sabes que en la vida real jamás ocurrir. Lo aclaro en detalle en los spoilers.
Aparte de esto las actuaciones dan pena. La única que se salva es la del actor que hace de secuestrador. George Clooney da auténtica lástima en quizás su peor película, sólo superada por la pésima Up in the Aire .
Añadir como al llegar a los créditos y ver que estaba dirigida por Jodie Foster comprendí en parte por que era tan mala.
Han pasado 25 años desde que Jodie Foster debutará detrás de las cámaras como El pequeño Tate. Y siempre que se ha hecho con una cámara al hombreo, Foster ha demostrado ser mejor actriz que cineasta. Money Monster vuelve a ser un ejemplo de ello.
Si uno sigue la carrera de la ganadora de un Oscar descubrirá, recientemente, su participación en Plan oculto, lo último potable de Spike Lee. A decir verdad esta era una película muy notable, con una trama que a primera vista giraba en torno al robo de un banco más, pero que -como su título indicaba- ocultaba una historia paralela mucho más truculenta y, realmente, la auténtica justificación del filme. Money Monster, donde también hay un secuestro, comparte esta premisa, además de unos planos y el trabajo policial prácticamente idéntico al trabajo de Lee, pero con peor resultado.
La película cae en clichés y en mensajes fáciles. Todos sabemos cómo funciona la bolsa -entre la codicia y el fraude-. El capitalismo salvaje que nos ha conducido a una crisis brutal. También es obvio que la tecnología, la televisión e Internet ha deshumanizado a gran parte de la población mundial. Y como todo eso es evidente, no es conveniente incidir en ese mensaje, porque al final uno acaba en la cursileria y la chispa se pierde.
Eso le ocurre al trabajo de Jodie Foster, de donde lo realmente salvable son los treinta primeros minutos y la actuación de Julia Roberts, como la sobria e inteligente directora del programa de un Clooney zafio y vulgar. No engancha el ganador del Oscar por Syriana. Siempre puede dar más de sí y se le exige algo más que su pobre interpretación en Money Monster, donde su compañera de reparto sí está a la altura.
La película, todo hay que decirlo, tiene momentos tensos y un ritmo vibrante. Pero eso se diluye y la trama acaba resultando evidente, casi predecible. Sabemos hacia donde nos va a conducir. Se ve a la legua cuál va a ser el desenlace. Para colmo de males, Money Monster es inverosímil. No hay credibilidad -cuesta imaginar a la Gran Manzana vitorear a un hombre bomba-. De repente el buenísmo empalagoso invade la pantalla a modo de síndrome de Estocolmo y hasta el entretenimiento se acaba perdiendo. Pero sí, que las cámaras nunca dejen de grabar. El show siempre deber continuar.
Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
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