Moloch
Sinopsis de la película
En el remoto refugio alpino del Nido del Águila , Eva Braun (Elena Rufanova) recibe la visita de su amante. Hitler (Leonid Mozgovoi) llega acompañado de sus más fieles colaboradores, entre ellos el contrahecho Joseph Goebbels (Leonid Sokol), su esposa Magda (Elena Spiridonova) y el ambicioso y autoritario Martin Bormann (Vladimir Bogdanov). Pasan un día de descanso entre comidas vegetarianas, paseos y danzas grotescas por la montaña, todo salpicado por paradójicas discusiones que contribuyen a dibujar la figura de un dictador decadente, paranoico e infantiloide, rodeado de un grupo servil y envidioso. Un cuadro de banalidad y mezquindad cotidiana, en vísperas de la derrota nazi en el frente soviético, con el espectro de la muerte y la soledad sobrevolando el conjunto.
Detalles de la película
- Titulo Original: Moloch (Molokh)
- Año: 1999
- Duración: 103
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Opinión de la crítica
6.5
39 valoraciones en total
Ahora que las películas de Sokurov se están exponiendo en el Macba de Barcelona, y en las pantallas de los cines exhibiendo Fausto, no es mal momento para visionar la primera de su tetralogía sobre el poder: Moloch . Siempre resulta incómodo Sokurov por sus planos distorsionados y los colores uniformes, pero los que hemos sido capaces de estar contemplando con admiración el primer plano secuencia de Voces Espirituales , ésta es un juego de niños. Trata de humanizar a un personaje que representa el mal y lo consigue, y trata de que veamos los aduladores próximos al poder y lo hace con precisión. Las primeras imágenes de Eva Braun paseando desnuda por el Nido del Águila son bellísimas.
Moloch fue un dios de los fenicios y era considerado el símbolo del juego purificante, que a su vez simbolizaba el alma. En el Paraíso perdido de Milton, Moloch es uno de los grandes guerreros de los ángeles rebeldes, vengativo y siempre dispuesto a combatir: embadurnado con la sangre de sacrificios humanos, y las lágrimas de los padres. Se encuentra entre los jefes de los ángeles satánicos en el Libro 1, y pronuncia un discurso ante el parlamento del infierno en el Libro 2:43 -105, a favor de una inmediata guerra contra Dios. Más tarde comenzará a ser reverenciado como un dios pagano en la Tierra.
El reto no es fácil porque estamos ante una obra maestra con todas las letras. No sé qué espera la gente… les das arte en estado puro y sólo son capaces de manifestar su indignación ante el derribo de los mitos que circundan nuestra Historia. Los mitos son el opio del pueblo, ¡sin embargo en esto que nos muestra Sokurov está la verdadera emoción!, ¡he aquí un artista que se atreve a romper con las viejas tablas sin caer en un miserable ejercicio propagandístico! En mi opinión poco más se le podría pedir a un biopic sobre Hitler, más dado el contexto en que se plantea.
La película está ambientada en el famoso chalet de retiro de Hitler en Berchtesgaden, en plenos Alpes bávaros. El momento en que se inscribe es el verano del 42, con el Ejército alemán avanzando en plena Operación Azul en dirección a Stalingrado y el Caúcaso, es decir, todavía confiado de su victoria. No obstante hay una decadencia constante en el ambiente, divisiones entre los invitados de Hitler (una de las cosas que se muestran son las desavenencias en el matrimonio Goebbels, el cansancio de Eva Braun por tener que llevar su relación con el führer en secreto o el odio manifiesto del Ministro de Propaganda y las mujeres hacia ese personaje gris que fue Bormann, el lugarteniente de Hitler), un cansancio provocado por la constante necesidad que los protagonistas tienen de actuar como si su vida se tratara de una película (Magda, la mujer de Goebbels le dice a Eva que ya se habría separado hace tiempo de su marido de no ser por la necesidad de mantener intacto el Ideal Nacional ). A esto contribuyen de un modo magistral los planos y la fotografía que muestran espacios amplios, con iluminación ténue y tonos grises creando una atmósfera angustiante y opresiva, uno de los grandes logros de Sokurov y su equipo.
Podríamos destacar muchos detalles notables de la película pero, desgraciadamente, el espacio no da de sí. En cualquier caso se percibe una notable labor en la recogida de información histórica y en el estudio de la persona de Hitler. Los trabajos de los principales biógrafos de éste y de su entorno como Kershaw, Fest, Ferrán Gállego o Trevor-Roper (véase Las conversaciones privadas de Hitler , ayuda a comprender bastantes detalles de la película, como la presencia de un transcriptor en las sobremesas de los comensales) confirman los términos históricos en que está planteada la película. Más contovertido sería afirmar tal y como hace el guión que Hitler no conocía nada acerca del Holocausto (hay una escena en que aparece la palabra Auschwitz y él queda desconcertado), sin embargo y aunque haya dudas al respecto, lo que el director está tratando de mostrar es que, a pesar de ser un gran hombre que parecía tener el control de todo, seguía siendo un hombre a espaldas del cual existían camarillas e intereses diversos, proyectos paralelos si se quiere (el reflejo es el enfrentamiento entre Goebbels y Bormann).
Influencíado por la propaganda USA. hasta los rusos pintan un Adolf Hitler deforme, grotesco y paranoico. Si nos olvidamos de los defectos históricos, nos encontramos con un film académico que no pasa inadvertido y que, sabe mostrarnos la angustía de un ser decadente alentando con sus miedos su propia destrucción. Con películas como ésta el cine sigue vivo.
Germano-rusa.Nos presenta un Hitler estereotipado, ridículo, cambiante, débil, autoritario, hipocondríaco y una Eva plena de vida, una madre para un niño que se cree un dios porque está bañado de sangre inocente pero que es en realidad un ser débil, un niño. Será entregado a Moloch que lo consumirá.
El escenario es gótico, acompaña la música, las tormentas permanentes. Me parece una obra de arte. Se mueven los actores lentamente, como en una representación de teatro, creo que el director lo pretende. Caricatura, símbolo, recreación de un mito con pies de barro.
Sokurov nos deleita con su visión sobre lo que debió ser convivir con Hitler, con sus situaciones cotidianas, con su intimidad, y alejado de tópicos y exageraciones que nos han contado de niños. Se acerca más a una visión moderada, y en cierta manera más creíble de lo que debió ser el día a día del personaje.
No pude evitar compararla con ciertos aspectos de otra película (buena y reciente) sobre el protagonista: El hundimiento.
Cada película muestra un versión, un lado, una cara totalmente diferente, pero salvando las distancias, hay líneas paralelas y puntos de unión en la perspectiva que aprovecharé para comentar.
Ambas tratan al personaje desde una apariencia única. Sokurov ofrece una mirada cotidiana, tranquila, y Oliver Hirschbiegel (a raíz de la novela) nos da una versión más tensa y exaltada de su carácter. Estaría bien un término medio. En ambas hay pinceladas de la cara que no muestran, pero parece insuficiente.
En Moloch, Hitler se muestra en la mayor parte del film tranquilo, simpático, amable, y con apenas responsabilidades políticas, algo que choca con la idea que se tiene de un líder metido en todos y cada uno de los asuntos de la nación.
En El hundimiento, se muestra en la mayor parte del film alterado, irritable, colérico, y lleno de responsabilidades políticas. Algo que se puede entender mejor, ya que la acción se sitúa en el tramo final de la guerra.
En cualquier caso, y pese a esa sensación de que falta algo, Moloch es una película notable, basada en esa visión íntima y cotidiana de la vida de Hitler, algo que Sokurov consigue transmitir de manera magistral. ¿Lo malo? Si, sabe a poco. Habría estado bien un proyecto más global, un recorrido por (al menos) varias etapas de su vida, si no toda. Habría sido colosal, a buen seguro.