Misterio en la ópera
Sinopsis de la película
El médico de un teatro asesina a una bella cantanta tras ser rechazado por ella. Diez años mas tarde, una nueva cantante es la estrella del teatro y el médico cree reconocer en ella la reencarnación de su antíguo amor que él asesinó. Obsesionado con ella decide hipnotizarla. El novio de la chica tendrá que deshacer el hechizo para que no acabe con su propia vida.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Climax
- Año: 1944
- Duración: 86
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Opinión de la crítica
Película
5.4
49 valoraciones en total
Aprovechando el éxito de El fantasma de la ópera el año anterior, la Universal repite esquema temático, actriz protagonista (Susanna Foster) y productor de la anterior (George Waggner) en tareas de dirección ahora, tras haber aportado en esa faceta algunos títulos a la productora a principios de los años 40 como El hombre que fabricaba monstruos, El fantasma del castillo o El hombre lobo, sin demasiado lustre.
Misterio en la ópera se adscribe a la corriente de la Universal en esta etapa tardía de lo que conocemos como su ciclo de terror, donde las atmósferas tenebrosas y sombrías han dado paso a una llamativa y vistosa puesta en escena. Así la supuesta trama principal, potencialmente siniestra, es una mera excusa para llevar el argumento a los ambientes del mundo de la música, en este caso operístico, y poblar el metraje de varios números musicales en los que destacan el vestuario y unos elaborados decorados. Ni rastro de expresionismo, elementos góticos u opresivos ambientes barrocos, aquí parece que lo fundamental es el entretenimiento liviano del público y no exponerlo a demasiados sustos o angustias, y la utilización deslumbrante del color acentúa aún más esa sensación vitalista que la aleja de lo que entendemos que debe ser una ambientación del género de terror.
A pesar de tanta banalidad, brilla como no podía ser de otra forma la figura del gran Boris Karloff, que compone otro personaje habitual del género, un mad doctor, utilizando su magnética presencia y su voz reflexiva y casi susurrante para llenar la pantalla de inquietante misterio cada vez que aparece. Lejos de aspavientos grandilocuentes o forzada sobreactuación, su personaje transmite la persistente obsesión enfermiza que siente por la mujer a la que amó (y sigue amando), con connotaciones necrófilas, y el odio que le genera toda voz prodigiosa que le recuerde a ella y a las circunstancias de su muerte.
En definitiva, una película entretenida, lastada por el exceso de números musicales, dirigida con buen tino pero sin la malicia necesaria para impactar al espectador, y en la cual se eleva la presencia de Boris Karloff por encima del resto para dejar su huella como lo más destacable y digno de recordar de la misma.
The climax (Misterio en la ópera) (1944) es una película producida y dirigida por George Waggner, con guión de Curt Siodmak y Lynn Starling sobre la obra de George Wagner y Edward Locke, la música de Edward Ward y la fotografía de W. Howard Greene y Hal Mohr en un brillante tecnicolor que mereció la nominación artística a los Oscar por su gran belleza estética, complementan un reparto técnico que nos dejó este brillante y colorido film junto a los protagonistas principales Susanna Foster que venía de interpretar su gran éxito cinematográfico Phantom of the opera (1943) de Arthur Lubin junto al gran Claude Rains, de Boris Karloff y sus múltiples y terroríficas historias, y de Turhan Bey de exóticas películas como Las mil y una noches (1942).
El Dr. Friedrich Hohner (Boris Karloff), es el médico del Royal Theater, responsable en el cuidado de las voces que intervienen en él. Refugiado en su pasado recuerda con profunda melancolía la admiración que sentía hacia su adorada Marcellina (June Vincent), convirtiéndose en el drama que arrastrará hasta las puertas del caos las irrevocables pasiones de su desequilibrada y larga desazón arrastrada largamente, un hermoso flashback nos retrotrae en el tiempo, en el que George Waggner nos muestra el origen y la causa del indisimulado abatimiento en el que el doctor vive instalado y apresado.
El solo hecho de volver a oír después de tantos años, lo que cree que es la resucitada voz de Marcellina, le hace entrar en crisis emocional, intentando encontrar explicación al misterio, que no es otro que la aparición de nuevas voces, nuevos talentos colmados de ilusiones por hacerse un hueco en la música: Angela Klatt (Susanna Foster) es una de las voces que junto a su pareja Franz Munzer (Turhan Bey), busca su oportunidad artística, llegando hasta los oídos del doctor las posibilidades vocales de esta.
Las malas artes empleadas por Friedrich Hohner solo tienen un fin: impedir a toda costa la actuación de Angela, no estando dispuesto a que nadie ocupe su espacio y menos sobre el mismo escenario donde triunfara en vida su querida Marcellina empujado por el ilimitado delirio posesivo de su propio pasado. Toda esta situación no ha de durar mucho.
Desde la silenciosa y lejana actitud de Luise (Gale Sondergaard) doncella en la casa del doctor que podría prestarse a confusión, siempre sospechó de él y de su implicación en la incompresible desaparición de la recordada Marcellina, desvelando así su discreta hostilidad contra Friedrich Hohner después de percatarse que unos objetos particulares de la desaparecida, se hallan en su posesión.
En los trágicos acontecimientos que acaecen finalmente, se producen los necesarios desenlaces donde el pasado se queda atrás, y el presente se reinventa tras liberarse la voluntad retenida de Angela Klatt, lo opuesto al personaje oscuro, vengativo e intransigente del maléfico Dr. Friedrich Hohner, en la línea de las magnéticas interpretaciones de Boris Karloff que siempre cautivo el misterio del alma desde el miedo incontenible a su posterior liberación de las garras del pánico.