Missing (Desaparecido)
Sinopsis de la película
Charles Horman (John Shea), un joven e idealista periodista norteamericano, desaparece de su domicilio en Santiago de Chile tras el golpe de Estado del general Augusto Pinochet (11-9-1973). Su mujer (Sissy Spacek) y su padre (Jack Lemmon), que se traslada allí desde los Estados Unidos, intentan averiguar su paradero y vivirán una auténtica odisea recorriendo las instituciones diplomáticas norteamericanas y tropezando con infinitas trabas burocráticas.
Detalles de la película
- Titulo Original: Missing aka
- Año: 1982
- Duración: 122
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Opinión de la crítica
Película
7.8
30 valoraciones en total
Missing fue estrenada en 1982. Su director, Constantin Costa-Gavras, es uno de los realizadores más comprometidos en la actualidad por el alto grado de contenido social, político e histórico que irradian sus obras.
Éste film se sitúa en los días previos y posteriores al golpe de Estado producido en Chile en septiembre del 73. Un Chile liderado por el socialista y a la vez nacionalista, Salvador Allende. Un Allende que nunca fue visto con buenos ojos por sus vecinos del Norte debido a las dos tendencias a las que recurría su política.
Salvador Allende llegó al poder democráticamente al frente de UP en 1970. Desde el primer momento, éste gobierno fue visto con recelos desde Norteamérica, Nixon temió el famoso efecto dominó sobre América Latina. No era concebible que el socialismo se extendiera en plena Guerra Fría en la principal zona de influencia norteamericana. El objetivo que se fijó desde la política norteamericana respecto a esta situación era bastante claro: había que descabezar el movimiento fuese como fuese.
El principal motivo de la intervención americana en el país no fue otro que la nacionalización del cobre chileno. Esta maniobra del gobierno de Allende dañó los intereses de múltiples multinacionales yanquis, como la ITT, precisamente en un momento en el que el consumismo iba a irrumpir con más fuerza que nunca. Ésta medida contra el imperialismo americano, como no podía ser de otra manera, tuvo una contundente respuesta por parte de la política de Nixon.
En un primer momento, se impusieron diversas medidas políticas y económicas que llevaron al pueblo chileno a ser sometido a un estricto bloqueo económico. Sin embargo, dichas medidas resultaron insuficientes para acabar con la tarea de Salvador Allende.
Ante esta situación, la CIA y las empresas multinacionales con intereses en la zona se pusieron manos a la obra y volvieron hacer alarde de su desfachatez, instrumentalizando una seria de acciones que conllevaron al fatídico golpe militar de Viña del Mar, en un triste 11 de Septiembre de 1973.
El terror, la crueldad y la represión indiscriminada cogieron rostro humano en la figura de Pinochet, un títere más en la historia de los norteamericanos, quién se mantuvo en el poder desgraciadamente hasta finales del siglo pasado.
Jack Lemmon ha hecho muchas películas, pero sin duda este fue el papel serio, político y dramático que le colocó en el corazón de los que claman justicia y no son oídos. Siempre nos identificaremos con él, con su dolor, pero también con la paradoja de su personaje, quien al trasladarse desde EE.UU. a Chile, descubre una realidad de la que él, su democrático país y su sistema de vida son causantes, lo cual le deja !atónito, perplejo!.
Así mismo el director Costa-Gavras siempre será recordado principalmente por esta película, auténtica obra de arte basada en una de esa convulsiones dictatoriales, imperialistas e inhumanas que se produjeron en el violento siglo XX.
¡Tremenda lección sobre geopolítica, sobre el poder de las multinacionales y sobre los intereses e intervencionismos norteamericanos en América Latina!
Fej Delvahe
Qué decir de esta película.. para mí la mas perfecta que se haya hecho dentro del género de cine político, del que Costa Gavras sin duda es uno de los máximos representantes. Pero lo mejor de este film es que a nadie puede dejar indiferente: a quien no le interese la política no dejará de sentirse atrapado por el drama humano, familiar y personal que viven Ed Horman y Beth Horman (los excelentes Jack Lemmon y Sissy Spacek). Los diálogos entre estas dos víctimas del terror de Pinochet (y la CIA) son insuperables, con un crescendo a lo largo de la película que pone la piel de gallina y estruja el corazón. Los diálogos entre Horman padre y los representantes americanos en Chile también son una muestra singular de la maestría y el conocimiento del alma humana (la ingenua, la miserable y todas las demas) que esgrimen el excelente Director griego y Thomas Hauser, autor del libro. Yo la ví dos veces, espaciadas en el tiempo. Y la volveré a ver en cualquier momento. Quiero repetir algo: lo de Jack Lemmon es sublime, magistral. Solamente por su trabajo se justifica el visionado de esta obra.
Un ciudadano de ideas conservadoras (Lemmon) tiene que viajar hasta Chile en los primeros días de la dictadura de Pinochet con el fin de encontrar, ayudado por su nuera y una periodista, a su hijo desaparecido. Así, se irá metiendo en una madeja podrida, una telaraña burocrática que esconde tras de sí la connivencia de la CIA y el Gobierno americano hacia el golpe de Estado.
Película necesaria y magnífica, basada en hechos reales, que expone de forma convincente y muy sólida los primeros días de la asquerosa dictadura del maldito Pinochet, dónde casos como éste se sucedían por doquier: las innecesarias mortandades, la falsedad de la burocracia, el repulsivo juego de intereses, la criminal complicidad del imperialista y ventajista gobierno americano, siempre interesado solo en sus intereses.
Es una película suficientemente incisiva y realmente incómoda en su trascendencia sociopolítica, que da alguna clave para resolver el enigma de porqué hay tanto antiamericanismo en el mundo y ocurren hechos tan graves como los del 11-S, pues precisamente un 11-S fue vilmente derribado el gobierno socialista de Salvador Allende a golpe de violencia, todo bajo el apoyo rastrero yanqui. Soberbio Jack Lemmon.
Supongo que pocas personas leerán las pocas líneas de extensión que ocupe este comentario, y que muy pocas también habrán visto este hermosísimo y emotivo film. Pues a toda esta gente me gustaría recomendarles muy vívidamente la referida película.
Película que, hablando sobre las relaciones humanas, tanto a nivel paterno-filial como a nivel hombre-mujer, no circunscribiéndose a los tradicionales roles de padre-hijo o marido-esposa, consigue articular un mensaje ciertamente enternecedor, con un personaje como el de Lemmon que, a pesar de su edad y del absoluto convencimiento inicial de que ya nada podría sorprenderlo, crece como ser humano en cada fotograma, gracias sobre todo, a la relación que mantiene con una genial Sissy Spacek, y al contexto en el que se desarrolla el film, que no son más que los comienzos de la Dictadura Militar de Pinochet.
Película que no sólo diserta y deshilvana con precisión la relación que se va tejiendo alrededor de dos personas que se unen muy a su pesar, a dos personas que en principio muy poco tenían en común, a excepción obviamente del personaje de John Shea, sino que tomando como pretexto el acontecimento del levantamiento militar, sirve como áspera e iracunda crítica a la posición que Estados Unidos adoptó y suele frecuentemente adoptar a propósito de este tipo de hechos.
No es de extrañar que no se hubiese podido rodar en la Chile de Pinochet (se filmó finalmente en México) ya que en el film queda meridiadamente claro que lo que allí se gestó fue un golpe de estado ilegal, asesino y cruel, no dudando en torturar, vejar y matar para poder alcanzar todos los objetivos tan milimétricamente trazados en las Altas Esferas del PODER.
Excepcional resulta el cambio observado en el personaje tan magníficamente interpretado por Lemmon, que partiendo desde posiciones muy sólidas y conservadoras, va lentamente transformando su particular forma de ver y entender el mundo, consiguiendo finalmente empatizar y comprender el estilo de vida que su hijo había decidido pergeñar, totalmente alejado de las ideas de su padre.
Película en suma, que además de realizar una lacerada crítica hacia el golpe de estado acometido por Pinochet y sus aliados norteamericanos, analiza con precisión de reloj suizo las relaciones que en este aterrador contexto se van hilvanando.
Por cierto, el final consigue estremecer por su realismo y a la vez por el profundo pesimismo que se desprende de él, consiguiendo que todos los espectadores sin excepción, terminen embebidos por una mezcolanza de emoción, paz, y a la par, y aunque parezca paradigmático, rabia.
Película, con todo, que te hace sentir mejor persona al finalizar de visionarla, ya que a pesar de toda la podedrumbre que en ella se denuncia, al final consigue que algo bello salga a relucir, y si no lo saben, pues véanla, que no se arrepentirán.