Miss Violence
Sinopsis de la película
Una niña decide suicidarse saltando al vacío el día de su undécimo cumpleaños. Por si no fuese ya un caso suficientemente extraño y doloroso de por sí, la chica tenía una sonrisa en su boca antes de lanzarse al vacío, y su familia tarda bien poco en hacer lo indecible para olvidar su mera existencia. Esto último alarma a los Servicios Sociales, que deciden hacer una visita a una familia aparentemente perfecta…
Detalles de la película
- Titulo Original: Miss Violence
- Año: 2013
- Duración: 99
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Opinión de la crítica
Película
6.7
70 valoraciones en total
Desde Grecia y con el premio a mejor director y mejor actor (fascinante interpretación de Panou) en el pasado Festival de Venecia nos llega Miss Violence, la película del debutante Alexandros Avranas que no dejará indiferente a nadie.
Rodada casi en su totalidad en interiores a golpe de planos semifijos y duraderos, nos introducimos en el seno de una familia sumida en un ambiente claustrofóbico en el que el espectador no se demorará a la hora de percibir cierta descolocación mental en lo que lo convencional se refiere. Un olor a podrido que escondido en lo más recóndito de este anómalo hogar le obligará mantenerse alerta, atento a cada personaje, casa gesto, cada detalle.
Avranas irá dando pistas, nos mostrará comportamientos, nos introducirá en el corazón de esta familia para luego ir desvelando una a una las dudas planteadas, a partir de una reflexión que relaciona autoridad y violencia, desde la física a la psicológica, adentrándose en lo más oscuro de la perversidad humana, dejándonos un testimonio que evidencia algo que muchas veces nos negamos a creer, o tan solo tratamos de esconderlo, como hace esta familia ante los asuntos sociales en un plano secuencia de diez minutos de duración que recorre, desde varias miradas distintas, todas y cada una de las habitaciones de una cárcel sin intimidad alguna, y esto que nos interpela y decidimos mirar hacia otro lado es la perversidad del ser humano y el daño que su autoridad puede otorgar para con los más débiles.
Una filmación tan artesanal, sumida en los interiores, con un ritmo tan pausado y con una temática tan turbia, sumado a la presentación y seguido desnudo de los personajes hasta llegar al corazón de la maldad y la violencia, no deja este trabajo muy lejos de algunas de las películas filmadas por uno de los directores europeos mejor considerados del momento, hablo claro, de Michael Haneke.
http://cinemonogatari.blogspot.com.es/2014/06/miss-violence-2013.html
Durante la primera hora y cuarto el cuerpo se va calentando a fuego lento, emergen sentimientos de ira y tristeza en un intento de empatizar con los personajes, frustrado en mi caso.
La angustia descarnada, imperdonable y devastadora se inicia con la explicitación de un juego macabro que ya conocíamos, aunque sin esa seguridad que ofrece lo visual y sin desestabilizar nuestra psique. El dolor es visceral, se concentra en la boca del estómago y pide ser expulsado al exterior, desesperadamente quiere vomitarse. No lo consigue a pesar del paso de las horas, de un intento de desconexión y días después sigue doliendo.
Somos espectadores del hijoputismo, y no se nos permite quejarnos. Vemos sin interceder y buscamos en los servicios sociales, en la escuela y en la mujer, hijas y nietos un grito de socorro.
Cuando llega no me sabe a bien, no gusta como esperaba, no satisface nada. Todo está tan podrido que no atisbo la esperanza.
Dolor, rabia, lágrimas e impotencia. Violencia. Fin.
A principios de este 2014 se anunció el final de la crisis financiera griega, un déficit económico histórico propiciado por el gobierno demócrata que marginó a Grecia por varios años, menos de los que pensé. Aun recuerdo los reportajes de las grandes manifestaciones que tenían lugar ante está situación jamás vista: un país Europeo realmente en quiebra. Afortunadamente para Grecia ser parte de la Unión Europea le favoreció, al compartir como moneda el euro fue imposible devaluar éste, y ya que por sí mismo este país no iba a poder salir avante y comprometía a los demás, se puso en marcha el European Stability Mechanism, el cual aún y con toda la presión internacional a logrado sacar adelante a Grecia. No sé hasta qué punto sea a fortalecido, no estoy informado. El hecho es que en este contexto de decadencia y austeridad a surgido está nueva ola de cine griego, un cine perturbador, diferente, malsano y de mucha calidad. Cine como el de Yorgos Lanthimos con Canino en el 2009, Economides (Knifer – 2010), Papadimitropoulos (Wasted youth – 2011), Tsangari (Attenberg – 2010), de nuevo Lanthimos con Alps, ganadora en el Festival de Venecia del 2011… y bueno, otras más.
Dramas psicológicos sumamente artísticos que de una u otra perspectiva escarban en la psique del espectador. Revolviéndolo. No es que Miss Violence supere en creces a estos exponentes, de hecho quizá se queda abajo de algunos pero posee todos sus atributos. Ése desmoronamiento no sólo económico sino directamente social, latigueando el núcleo familiar. Cuadros sumamente viscerales, extraños, de una sutileza tan aguda al esgrimir su bestialidad, la omisión de la identidad, la falta de escrúpulos, el incesto –símil a las tragedias griegas llenas de parricidios, matricidios, fratricidios… y todo lo que terminé en cidios– y la podredumbre mental, engaños y apariencias.
Miss violence es un entramado supuesto de tal forma que… a través de su quietud, con la mayor templanza y lentitud inquebrantable –es uno de los metrajes de hora y media más largo que he visto, (no confundir con aburrido que nada tiene de eso)– nos hace acertar malpensando, somos el testigo morboso, el voyeurista que no puede dejar de ver el clímax de una disfuncional familia. Suponemos y acertamos, ahora: esperamos.
Avranas nos trae está historia desde la pulcritud de un hogar que así como el rechinar de sus pisos en cada rincón yace la violencia y perversión. La intimidación. Cual castillo de la pureza en Kynodontas sólo que con un acompasado más frígido. Más frío. A través de la suma de tomas en primer plano a lo Heneke.
Debo comentar no es fácil de ver, sólo si eres impresionable o bien, no llevas prisa y no te afecta apreciar algo que alguien llama arte con la posibilidad de que para ti no lo sea. De lo contrario te parecerá vacía, sumamente lenta y predecible, pretenciosa, pues se regodea tanto en el primer plano que puede volver lo contemplativo chocante y lo ingenioso absurdo, y claro, moralmente repulsiva e inútil. Por mi parte, es una película que esperaba desde el año pasado, y si, disfruté. Cuando la rutina familiar comenzaba a cansarme (por ahí del minuto 25-30) Avranas lanzaba su primer latigazo para mantenerme, y por ahí de pasada la hora es cuando se decide a arrojar de forma contundente su desagradable desnudes, una violencia contenida más allá de lo que vemos tras una puerta, tras el aspecto aseado y refinado de los buenos modales y el comportamiento exquisito de respeto y cariño. Del supuesto amor de un padre, abuelo y sostén de una familia de clase media. Como si nuestro personaje y protagonista le tuviese asco a esa imagen que se empeño a forjar y pasa a escupir en ella.
Por otro lado el inicio es sublime y creo yo desde ahí vale su visionado. Un suicidio muy lindo, basto. Un drama doméstico tan inexpresivo como expresivo que llevo a su director a ganar en el Festival de Venecia el León de plata por Mejor director y a Themis Panou el premio a Mejor actor.
Es curioso… puede tacharse de inverosimil, pero vamos, voy a hacer una analogía, qué no es así la hiperestabilidad de las dictaduras (el abuelo y padre), como el tiempo parece detenerse (la lentitud y parsimonia del filme) a medida que aumenta su rigidez estructural, tendiente a la repetición (a los 11…) Su característica enfermedad, su amnesia opiácea (la abuela, la madre e hija) y su inevitable estallido (el final). Exagerado tal vez, irreal no. Y reitero… no es un filme extraordinario pero si interesante, y una promesa la evolución del directo y de este cine griego.
http://teatro-vandrian.blogspot.mx
Es Miss Violence una de esas películas que uno no sabe cómo calificar. Soy de estómago duro, acostumbrado al gore más salvaje, pero quizás mi corazón no lo sea tanto, porque ha sido para mí una de las peores experiencias de mi vida cinéfaga.
Con una fotografía que hay que premiar, pero mucho, el director nos ofrece el retrato de una familia de clase media griega sin entrar en rescates ni política, centrándose sólo en el núcleo y los vínculos, sórdidos, enfermizos y retorcidos que les unen. Sus tres primeros minutos, desconcertantes a más no poder, se convierten en el arranque más potente que yo haya visto al menos en mucho tiempo, y a partir de ahí, todo va en picado. La trama es tan absolutamente desagradable, enferma y mórbida que el espectador conforme avanza se va esperando lo peor, que parece no llegar. Y ese es el mayor acierto y la única pega que pondré a la cinta. Esa sensación de que hay algo muy, muy malo en los cimientos de lo que parece una familia más o menos coriiente no puede estar mejor planeado y expuesto y llega un momento en el que te llegas a preguntar si el enfermo no eres tú pensando mal. Pero eso de piensa mal y acertarás desgraciadamente a veces funciona.
Impecable técnicamente, brillante incluso, con una fotografía pastel que es en sí misma un cuadro en cada plano, con unas interpretaciones sólidas, dolorosas, ausentes y eficaces Miss Violence es como película una auténtica joya a descubrir. Como experiencia ya es otra cosa. Y es que no recomendaría y de hecho desde aquí no lo hago, a nadie al que tenga un mínimo aprecio, que se prepare para sufrir hora y media con las andanzas del personaje más malvado, retorcido, malnacido y brutal que ha dado el cine reciente. Ese abuelo que asiste inmune al suicidio de una niña de once años y que impone el terror en una familia tocada y hundida.
La pega que le pongo: No era necesaria una escena como la de la lavandería. Los estómagos, corazones y entrañas ya estaban más que revueltos y no hace sino recurrir al torture porn (que me encanta, pero dentro de sus lindes) para dejarnos una sensación horrible en el cuerpo y un sabor de boca amargo que ni caramelo de toffe alivia.
Lo dicho, una obra maestra que indaga derroteros difíciles de tocar de una manera absolutamente soberbia.
Y a la vez, la peor experiencia que recuerdo haber pasado en un cine.
Lo mejor: El reparto es asombroso.
Lo peor: La dichosa escenita, muy difícil de borrar.
No se la recomiendo a nadie y se la recomiendo a todo el mundo. ¿Me habré quedado medio lelo?
Hay películas que sin terminar de verlas tengo claro a quien se las recomendaría. Hay otras como Miss Violence.
En el argumento se nos habla de una familia que esconde secretos, yo creo que a cualquier cosa le llaman familia.
Merecida ovación a un director aparentemente novel, con una dirección actoral de primer plano en la que las medias sonrisas y las medias lágrimas son igual de engañosas. Apuesta por una concepción teatral naturalista y sin artificios en la que la violencia se esconde en la nevera y por los rincones.
Por otra parte un meritorio y pulcro guión hacen el perfecto cóctel abrasivo en el que se convierte la cinta.
Merece la pena si la acompañas de licor servido en las copitas de la bisabuela y una cena ligera.