Misión en Moscú
Sinopsis de la película
El empresario Joseph E. Davies es nombrado por el presidente Roosevelt embajador de los Estados Unidos en la Unión Soviética para que averigüe cuáles son las intenciones de este país respecto a la inminente Segunda Guerra Mundial (1939-1945). El embajador se llevará algunas sorpresas en una nación que pocos conocen realmente.
Detalles de la película
- Titulo Original: Mission to Moscow
- Año: 1943
- Duración: 123
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Opinión de la crítica
Película
6.8
62 valoraciones en total
Dejando aparte la ideología, mi análisis se enfoca en la forma de contar, de atraer al público y como usa herramientas del Séptimo Arte, para conseguir los objetivos propagandísticos. En tal caso, estamos ante un peliculón.
El productor Jack Warner (cuyos padres eran judíos polacos, que huyeron de los progromos a Norteamerica) ya había comenzado por su cuenta y riesgo con películas de cariz anti-hitleriano
Confesiones de un espía nazi en 1939, que resultó muy polémica
Michael Curtiz dirigió anteriormente para la Warner:
Bombarderos en picado de 1941
Capitanes de las nubes (sobre aviadores del Canadá en la batalla de Inglaterra)
Yanqui dandy (Musical mitad patriótico, mitad patriotero) y
Casablanca en 1942, justo antes de EEUU entrar en la II Guerra Mundial.
This is the army (El regimiento de la alegría) de 1943
todas ellas de propaganda bélica.
Fue el propio presidente Roosevelt, quien pidió a Jack Warner rodar una película sobre las memorias del embajador Davies cuando estuvo en Moscu de 1936 a 1938.
Lo que los americanos saben de la Unión Soviética es inexacto, si vamos a hacer la guerra juntos, necesitamos comprendernos mejor
Valores cinematográficos:
Excelente interpretación de Walter Huston, dudo que en la vida real haya embajadores que se comporten con la clase, elegancia, credibilidad, saber estar, reflejando sentido del deber y responsabilidad, con la que Huston aparece en pantalla.
La caracterización del presidente Roosevelt, por su forma típica de hablar, y acento inconfundibles, mas que por actuación. Se le ve sentado y de espaldas. Lo que dice tiene mucha sustancia, como si se tratase de un gran sabio, más que un político.
Lógicamente, se oculta que estaba paralitico, cosa que el norteamericano medio ignoraba.
Mezcla bien compaginada de imágenes de documentales de desfiles etc. con entrevistas reales (el propio Davies al principio de la peli a modo de presentador) y trabajo de estudio. Las palabras sobre-impresas, también están muy bien usadas.
Toda la fonética de los actores hablando en ingles, ayuda a identificar (al publico norteamericano principalmente) que la guerra es un asunto muy internacional, incluso aparecen personajes como Haile Sellassie de Etiopia, muy bien traído a cuento.
En el retrato del Kremlin y los juicios que se conocen por las purgas son todos los que están y están todos los que son. Vemos a Kalinin, Litvinov, Molotov… Se habla de Trosky.
En el trasfondo aparece el importante tema de los sabotajes y traiciones, de la existencia de otra quinta columna
En el juicio se escenifican los interrogatorios a Yagoda, Radek, Bujarin, Tujachevsky, Krestinsky …
asunto siempre muy polémico, en su día y hasta hoy.
Lo cierto es que los dirigentes comunistas estaban obsesionados con este tema, el propio Stalin fue traicionado varias veces por gente cercana a él, como en el caso que le llevó a su último destierro en Siberia.
Recordemos que la policía política zarista Ojrana estuvo muy infiltrada en los partidos revolucionarios. Cayó detenido varias veces, o tuvo huir para esconderse. Estaba familiarizado con tener traidores a su alrededor, lo que acabó convirtiéndose en una paranoia.
Trosky había proclamado públicamente que Stalin debía ser eliminado (asesinado) y eso resulto un boomerang, que provocó innumerables asesinatos, tanto del propio Trosky, el de multitud de sus seguidores, sospechosos de todo pelaje, e inocentes.
La representación de las purgas, es poco rigurosa. Pero en este film, NO interesaba otra cosa
Claro que formalmente hubo juicios (pseudo-juicios de cara a la galería y propaganda) en los que Stalin y los suyos, con razón o sin ella, se quitaron de en-medio a muchos de los antiguos revolucionarios de los que desconfiaban, tenían miedo o sospechas, identificando a sus rivales personales, como traidores o enemigos de la URSS. Difícilmente entrarían en la categoría de opositores, pues se trataba de enemigos a muerte.
Todavía hay polémica sobre el caso Tujachevsky. Lo más probable es que le fabricasen pruebas falsas
Davies dió los juicios por buenos
Presenta a Stalin como dirigente muy preocupado por su pueblo, incluido el aumento el nivel de vida, la educación y armonía social, que todos los habitantes tengan empleos y salarios satisfactorios, que la sociedad progrese en bienestar (usa la palabra Welfare)
Al resto de jerarcas soviéticos, se les presenta en similar actitud positiva. Stalin y ellos trabajando con esos objetivos, y la paz mundial. Son caracterizados como gentlemen e incluso abuelitos bonachones.
Al contrario con alemanes y japoneses. Acierta, porque no abusa ni exagera, lo da a entender y el espectador saca sus conclusiones: Japón es un país imperialista y agresor.
Lo sorpresa es el enorme cambio en la forma de presentar los hechos y personajes.
Aquí todo son elogios e incienso para los bolcheviques.
El mérito está en la habilidad de hacernos creer que la alta política internacional fue exactamente así y que los EEUU estaban obligados moralmente a entrar en esa guerra.
Siendo ese el objetivo de la película, está pero que muy bien logrado.
La paradoja es que pasó por las salas de cine sin pena ni gloria. Después perdió su función, digamos didáctica .
Con el paso del tiempo, se ha convertido en una rarísima curiosidad.
El ex-embajador Davies que volvió a Moscu para preparar la entrevista Rossevelt- Stalin, se llevó una copia con subtítulos en ruso y el 23 de mayo de 1943, tras la cena de bienvenida ofrecida por Stalin en el Kremlin, se proyectó la película para todos los asistentes.
Como agradecimiento se le concedió, la Orden de Lenin, la condecoración más alta de la Union Soviética.
Misión en Moscú no deja de ser una rareza en el cine de Hollywood, ¡Una película que alaba a la URSS de Stalin!
Claro que hay que ver el año de producción, 1943, en plena IIGM, y si aplicamos el viejo refrán de los enemigos de mis enemigos son mis amigos tenemos claro de qué va esta película que narra desde el punto de vista del embajador de EEUU Davies, genial interpretación la de Walter Huston, sus dos añitos en la URSS. A algunos les parece buenísimo que un empresario capitalista sea nombrado Embajador en el paraíso comunista, porque eso significará que será objetivo . (Tan bueno no sería cuando solo estuvo dos años, coincidiendo con las purgas de Stalin y no se enteró de nada. Por cierto, a todo interesado en esta etapa le recomiendo el libro The secret war del historiador Max Hastings. En el libro Hastings recoge la anécdota de que Davies explicaba a su mujer en Moscú que los fusilamientos que se oían en plena purga de Stalin era en realidad petardos).
En cuanto a las purgas, en la película se insinúa que la Alemania nazi estaba detrás de ellas. Seguramente fue así ( la eminencia gris de las SS Reynhard Heydrich, preparó pruebas falsas para condenar al brillante mariscal Tukachevsky) pero es que en un Estado policial paranoico con Stalin al frente no hacía falta muchas pruebas para enviar a alguien o al paredón o a un gulag siberiano. Gran culpa de las derrotas de la URSS en 1941 se debió a las purgas ( más de 600.000 muertos en dos años, incluyendo 3 de los cinco mariscales, ocho de nueve almirantes y cuatro de los seis miembros del Politburó. Los otros dos fueron Trosky, asesinado en su exilio en México…¡y Stalin!).
Y sí asistimos en la película a comentarios como los escaparates de Moscú no tienen nada que envidiar a los de Nueva York y París , o a loas al avance industrial del país (del terrible coste brutal en vidas humanas, y las hambrunas en Ucrania especialmente, se corre un tupido telón).
Pero donde roza el ridículo la película es al final, en una especie de reunión asamblearia con ciudadanos escépticos de EEUU sobre la URSS. El Embajador Davies, o sea Walter Huston,a la pregunta del pacto de no agresión Hitler- Stalin y del ataque a Finlandia por parte de la URSS en el invierno de 1939, habla de que Finlandia había sido encargada por Hitler de invadir la URSS desde el norte (!).
Dos conclusiones:
Sobre la película en sí. Bien rodada, mejor interpretada y no deja de ser un obra del siempre excelente director Michael Curtiz. Muy interesante también la parte en la que Davies recorre la Europa de la preguerra, incluyendo la Alemania nazi).
Sobre la propaganda en el film. Hay que entender el dilema moral de los aliados ( también recomiendo otro libro aquí, Hitler Stalin vidas paralelas , de Allan Bullock) y recuerdo la frase del gran estadista Churchill ante la Cámara de los Lores cuando la invasión de la URSS por Hitler: Si Hitler invadiese el infierno créanme que dedicaría unas líneas de apoyo al diablo .=Si hay que hacer la vista gorda con Stalin se hace que un soldado alemán muerto en la URSS es una baja menos para el Ejército aliado.
Estamos ante un buen film en el plano artístico, pero totalmente risible en el plano histórico. Misión en Moscú está a la altura histórica de El judío Süß o Fuerzas ocultas , dos películas de propaganda financiadas por la Alemania nazi para denostar a judíos y masones. Misión en Moscú es una curiosidad en la Historia del cine estadounidense y un ejemplo de hasta qué punto la realpolitik se impone cuando hay un enemigo más amenazante a la vuelta de la esquina.
La película está basada en las vivencias de Joseph Davies, embajador estadounidense en Moscú, que en un derroche de agudeza afirmaba cosas como que nunca había comido mejor que en la Ucrania del Holodomor, y que eso de las hambrunas era una exageración, cuando no una invención de la prensa. Davies tampoco vio nada raro en la desaparición de enormes cantidades de personas (incluidos ciudadanos estadounidenses que habían llegado a la URSS después del crack del 29). Tampoco los procesos de Moscú le generaron ni la más mínima sospecha al avezado embajador. Según los stalinistas, Rusia estaba llena de espías, enemigos del pueblo, trotskistas, fascistas, sociatraidores, boicoteadores zaristas, conspiradores burgueses, etc, etc….pero al bueno de Davies no se le movía ni una ceja con todo esto. Vamos, que Joseph Davies era lo que se dice un auténtico lince (que Davies y su mujer fueran coleccionistas de arte ruso seguro que no tuvo nada que ver con esta ceguera selectiva del diplomático. No hay que ser malpensados).
Toda la película es pura propaganda, pero alcanza unas cotas insuperables cuando, hacia el final, afirma que Rusia invadió Finlandia porque los dirigentes finlandeses eran nazis y se iban a dejar invadir por Hitler. Con un par de narices. Le faltó explicar por qué la URSS invadió también Estonia, Letonia y Lituania unos meses después. Supongo que hasta el guionista Howard Koch tenía ciertos límites de vergüenza que no quiso traspasar.
En fin, Misión en Moscú es una película muy interesante, pero a años-luz de la palabra honestidad .
Misión en Moscú es una película dirigida por Michael Curtiz en 1943, nominada al Óscar por la mejor dirección artística y basada en el libro con el mismo nombre de Joseph E. Davies. Relata lo que Joseph Davies observó en su viaje a la URSS como embajador estadounidense.
La película se produce en una época donde la campaña anticomunista de muchos países (EEUU, Reino Unido, Francia, Japón…) había sido muy fuerte y constante. Ahora, ante la expansión y peligro de la Alemania nazi, había que justificar el luchar al lado de un país al que habían estado vendiendo como el diablo.
En la obra se hacen intentos de compensar los buenos detalles que muestran sobre la URSS (que comentaré posteriormente). Para comenzar tiene un interesante prólogo del propio Davies en el que relata su honestidad y honradez a la hora de contar lo que vio como embajador de Estados Unidos en la URSS, describiéndonos brevemente quién es él, de dónde viene y por qué viajó a la URSS, y en el que se declara un convencido capitalista. Durante la película también habrá momentos de halagos para los EEUU, a veces un poco forzado. Nos muestra en varias ocasiones lo convencido capitalista que es el protagonista o, después de halagar algo de la URSS nos dice que es bueno pero no tanto como en EEUU.
Esto no empaña la obra, que sigue siendo algo único en la filmografía estadounidense. A pesar de estos halagos, el guionista de Misión en Moscú, Howard Koch, fue señalado como comunista e incluido en la lista negra, por lo que fue despedido de la Warner y tuvo que exiliarse a Reino Unido.
Y ahora, adentrándonos en los puntos positivos de la película, nos encontramos con diferentes descripciones y de gran utilidad sobre la URSS y sobre las posiciones de los diferentes países antes de la Segunda Guerra Mundial. Estas son (en el spoiler estarán los siguientes puntos más detalladamente):
1.- La posición inicial de los EEUU respecto a Alemania.
2.- La posición de países europeos respecto a la Alemania de Hitler.
3.- Vemos en diferente momentos la propaganda anticomunista de diversos países, tergiversando y mintiendo sobre los hechos de la URSS.
4.- Se describen fugazmente detalles de la vida en la URSS, como por ejemplo:
4.1.- El papel de la mujer.
4.2.- El funcionamiento de la industria soviética. Vemos a los trabajadores en las fábricas, sus condiciones, la diferente repartición de los beneficios…
4.3.- Los avances que había conseguido la URSS. Literalmente nos dice que ninguna nación había conseguido tanto en tan poco tiempo. Rusia pasó de ser un país feudal y cercano a la Edad Media a, en muy poco tiempo, ser una potencia mundial.
4.4.- El funcionamiento del Partido Comunista.
5.- Fiel descripción de las llamadas purgas estalinistas. Vemos todo el proceso que se llevó a cabo para realizarlas.
6.- El pacto de no agresión entre Stalin y Hitler.
En definitiva, es una película estadounidense con un mensaje respecto a la URSS muy diferente al resto del cine de este país. Basado en unos hechos que el autor del libro en el que está basado vivió en primera persona y que cuenta desde la honestidad. Por lo tanto, es una película fundamental para todo el que le interese los hechos y la etapa histórica que se relata en ella.
Este es uno de los filmes más sorprendentes que haya podido hacerse en los Estados Unidos de Norteamérica. Primero, porque fue producido por uno de los más poderosos Estudios de aquellos tiempos: Warner Bros. Segundo, porque se hizo en 1943 (en plena II Guerra Mundial) con el beneplácito del gobierno de Roosevelt y como un fuerte filme de propaganda, y tercero, porque su propósito es rectificar -de la manera más objetiva que podía hacerse- la imagen de la Unión Soviética, y demostrar su relevante e imprescindible presencia durante la lucha contra el fascismo.
>, es un material imprescindible para políticos, historiadores y el público en general.
Todo se inicia con la publicación del libro, Mission to Moscow, cuyo autor, Joseph E. Davies, fue embajador norteamericano en la URSS (1936-1938) y vivió siempre por encima de toda sospecha de que tuviera interés alguno en el comunismo ya que, como empresario, tenía una indeclinable fe en el capitalismo, creía en la libre empresa y era defensor acérrimo del individualismo… y fueron, precisamente estas posiciones, las que animaron al presidente, Roosevelt, a llamarlo para ejercer dicho cargo diplomático, además de que sabía también de una cualidad indeclinable en Davies: Era objetivo y diría, exactamente la verdad de lo que viera y oyera en su misión.
Y así, entre los informes que trae Mr. Davies, y que el filme presenta con relevancia y claridad, queda sentado que: La Unión Soviética era una nación que buscaba el máximo de bienes para el máximo de gente, abogaba decididamente por la paz del mundo y, sin ella, no hubiera sido posible enfrentar con éxito al fascismo.
Michael Curtiz, el director asignado para esta singular empresa fílmica, consigue un cuidadoso y sorprendentemente bien filmado documento histórico, el cual es presentado, en las primeras imágenes, por el propio embajador Davies, dando así cuenta de que aprueba, sin objeciones, todo lo que veremos.
Entre los muchos aportes de este gran filme, se revela mediante una representación casi fidedigna del verdadero juicio, lo que la prensa de derecha llamó, purgas stalinistas, que no fue más que un juicio objetivo e imparcial contra verdaderos traidores al régimen. También –para acallar a los detractores del comunismo- se ilustra el sustantivo progreso industrial que se venía dando en aquellos años. Se deja en claro que, quizás, ningún líder de una nación ha sido nunca tan mal juzgado… y se muestra la cordialidad y el respeto con que se trataban los cuestionamientos de los visitantes extranjeros.
Pero, había alguien que no deseaba que se difundieran profusamente verdades tan contundentes… y entonces, el filme fue llevado ante la infame Comisión de Actividades Antiestadounidenses (HUAC), donde no tardó en ser acusado de antidemocrático… y el notable guionista, Howard Koch, ¡fue puesto en la lista negra!
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