Eastern Plays
Sinopsis de la película
Georgi es el típico chico de instituto en busca de una identidad que, carente de guía, termina juntándose con la gente menos conveniente. Itso es un ex-adicto a las drogas que está sometido a una terapia que lo sumerge en cerveza. A través de ambos vemos la Bulgaria post-Guerra Fría, su libertad y también su confusión.
Detalles de la película
- Titulo Original: Iztochni piesi - Eastern Plays
- Año: 2009
- Duración: 83
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes descargarte una copia de esta película en formato 4K y HD. A continuación te detallamos un listado de opciones de descarga directa activas:
Opinión de la crítica
Película
5.9
55 valoraciones en total
En Eastern plays se cruzan tres historias sobre la Bulgaria de hoy, que intentan, en suma, reflejar la sociedad de aquel país.
Y lo que refleja no es tranquilizador. Muestra una situación del país bastante deprimente. No puedo más que torcer una sonrisa amarga, al recordar que en mi ciudad natal de éste maravilloso país de los cojones, se me pone trabas a la hora de mostrar en imágenes ciertas cosas que demuestran que Sevilla no es tan bonita. Allí supongo que será imposible esconder tanta mierda debajo de la alfombra.
Entre los temas a tratar, la imposibilidad de seguir adelante, o de escapar de allí, con la permanente promesa de que Europa será un lugar mejor. Muestra también el apogeo que vive en estos momentos ciertos grupúsculos xenófobos y ultra derechistas, con el odio a lo musulmán y a lo turco, al que después de más de 100 años se le sigue culpando de todo.
La principal carencia del filme, sin duda es una pésima estructura argumental, donde a pesar de haber algunos escasos aciertos (ese final, por ejemplo, dando la vuelta a la tortilla), uno tiene la sensación que de toda la película se basa en tomar un par de decisiones al que los protagonistas se niegan a reflexionar. Y mientras, no hacen más que sobrevivir como pueden. Los diálogos no ayudan en muchas ocasiones, siendo bastante pretenciosos y absurdos, destrozando casi todos los momentos dramáticos.
Finalmente, y aunque trato de evitar la palabra, uno tiene sensación de tedio y de un estancamiento bastante preocupante.
Fallida radiografía de Bulgaria. Lo mejor, sin duda, la elección musical.
Esta película es una buena muestra de cómo se está dejando notar la influencia del vecino rumano en el cine de los países periféricos, desde mi punto de vista la técnica tiene un regustillo a Nuevo Cine Rumano (apostando por el hiperrealismo, como vemos en el uso de cámara en mano en muchas escenas) adaptado al contexto propiamente búlgaro. En este sentido hay que reconocer el valor e interés del film que, además, destaca por la notable actuación del lamentablemente difunto Christo Christov, estoy seguro que de no haber muerto podríamos haber llegado a verlo explotando todo su potencial en futuros trabajos. Desde aquí me recuerdo por un actor que me hizo sentir sensaciones y experimentar sentimientos poderosos.
Los que nos apasionamos con las posibilidades que nos brinda FilmAffinity sentimos siempre cierta responsabilidad a la hora de calificar las películas, y cuando la duda nos corroe – como me ha ocurrido a mí en este caso – nos plantamos ante un dilema. En mi caso me encontraba entre el 6 o el 7, creo que la película tiene destellos muy buenos – a parte de una técnica bastante depurada, para mi gusto – pero, al igual que The End, opino que en ciertos puntos queda un poco corta. Por el momento esperaremos a la próxima película de Kamen Kalev, que está al llegar. Sea como fuere lo que nos ofrece en Eastern Plays es digno de interés, mostrándonos un retrato poliédrico de la Sofía post-comunista, veinte años después del fin de la República Popular. Y cuando digo poliédrico pienso tanto en la interesante vida nocturna de la ciudad, con una música decadente pero bella, como en la irrupción del capitalismo – tema siempre presente en los films de Europa oriental de los últimos 20 años, lo cual es muestra de su importancia en el imaginario popular -, bien reflejado en la hermosa conversación entre los hermanos protagonistas, Georgi y Christo (dos nombres muy búlgaros, por cierto), donde el más pequeño comenta los futuros planes de expansión urbanística para la ciudad, incluida la creación de un fastuoso centro comercial, ante lo cual bromean diciendo que Sofía pronto se unirá a Plovdid (la segunda ciudad de Bulgaria, situada 150 kilómetros al sudeste). La economía del ladrillo y la especulación del suelo ha estado pegando muy fuerte en los últimos cuatro o cinco años en Europa oriental, muchos nuevos ricos o emprendedores de nuestro propio país han invertido en la compra de bloques enteros de pisos.
La película está inspirada en la historia real de un amigo del propio director y nos muestra, al igual que vemos en todo el cine balcánico y del este ( I am from Titov Veles , Occident , The Melon Route , Dekalog , por citar algunas que me vienen a la cabeza), los problemas de unas sociedades en constante descomposición a causa de los agudos cambios experimentados por éstas en los últimos veinte años.
Eastern Plays es cine contemporáneo y procede de un país -Bulgaria- poco característico por su cine, pero perfectamente podría ser de otro sitio y de casi cualquier época. La historia tiene lugar en un barrio obrero de Sofía, donde un adolescente rebelde de familia desestructurada comienza a frecuentar amistades poco recomendables: grupos de corte xenófobo que se dedican a apalear gente en un país donde el odio al extranjero (musulmanes, gitanos, etc.) es alimentado desde el estamento político y la violencia comienza a resultar preocupante. Su hermano mayor, dibujante ex-toxicómano y alcohólico en período de desintoxicación, lucha a su vez por salir del infierno personal en que se haya metido mientras trabaja en un empleo miserable. Ambos terminarán coincidiendo en un encontronazo callejero: uno como agresor, y el otro como agredido mientras trata de auxiliar a una familia turca. Situación que motivará en ambos el replanteamiento de su desdichada situación.
La película, un drama moderno que fácilmente se reconoce en cualquier parte, peca a veces de cierta falta de ritmo y algunas escenas quedan un tanto desconectadas, pero por lo demás se narra la historia de forma nítida, sin artificios ni banalidades, mostrando un escenario descorazonador y sugiriendo sólo tangencialmente a los culpables de tan deplorable tinglado. Aquí se muestra una historia común de marginalidad, violencia, miseria y desesperanza, de forma amarga y seca. Una historia lamentablemente frecuente sobre las vidas grises y sin horizonte de todos esos protagonistas anónimos que forman las decadentes sociedades de hoy día. Y lo hace sobriamente, mostrando lo esencial, transmitiendo una sensación de hastío, fracaso y desazón, pero también un pequeño resquicio de optimismo. A veces duele, pero merece la pena verla, y además la actriz que interpreta a la joven turca (Saadet Aksoy) es una auténtica preciosidad.
Kamen Kalev presentó su primer largometraje en la Quincena de Realizadores de Cannes, ésta crónica nada complaciente de una Bulgaria que mira a Europa con desgana desde un plano social bajo y realista. A primera vista podemos encontrarnos con una cinta llanamente dura en que los habitantes, más jóvenes, de las calles de Sofía no levantan cabeza a pesar de no negar su condición de luchadores.
El apego que sienten los dos hermanos, el inquieto Georgi (Ovanes Torosian) que flirtea con un grupo de neonazis capaces de apalear a una familia de turistas turcos o enfrentarse con la policía al final de un partido de fútbol y el artista frustrado que se gana el sueldo en una fábrica de muebles, Itso (Christo Christov) que se anestesia de alcohol y drogas de los golpes que ha sufrido en lo que creía un futuro próspero en su gran afición, la pintura.
Aunque pueda tener un trasfondo pesimista, Kalev nos abre la puerta a una postal seminocturna (incluso en el término figurado de la palabra) de la ciudad de Sofía y de unos jóvenes que sin despertar de unos sueños irrealizables intentan mejorar su situación personal (la fría reconciliación entre hermanos ante un hecho que deberíen estar enfrentados como es el de tener ideas opuestas).
Kalev se inspiró en la vida de su amigo el actor y pintor Christo Christov, que interpreta al hermano mayor, y que moriría de accidente poco después de haber finalizado el rodaje.
Lo primero que me ha sorprendido tras ver la última escena de la película es el In Memoriam para Christo Cristov, quien no es actor profesional ni pretende serlo. Ésta fue su primera y única película protagonizando el papel de su vida, sí, literalmente ya que se interpreta a sí mismo. Lo que vemos en pantalla no es más ni menos que el día a día de Christo, un artista bohemio con problemas con sustancias, que quiere aferrarse y abrazar la vida, y que lo intenta en todo momento. Con una serie de direcciones, el director Kamen Kalev cuenta un período de la vida de Christov (amigo de la infancia del director en la vida real) para crear la historia de la película en un largometraje de cerca de hora y media, aunque dentro de ella, se dan varios hechos totalmente reales, aparte de Christo, la actriz Nikolina Yancheva se interpreta igualmente a sí misma.
El film podría dividirse en dos partes que comienzan un poco de forma independiente, y que a medida que avanza el metraje, ambas historias se van fusionando progresivamente hasta formarse en una sola. La otra cara de la película es el terrible resurgimiento del sentimiento ultra-nacionalista que cada vez está más latente en la Europa del Este, en este caso teniendo lugar en Bulgaria. Algunos podrán pensar tras el visionado de esta película que Sofia no es una ciudad segura para los extranjeros, y que ese ha sido el propósito del director sobre mostrar la realidad de su país en la actualidad. A día de hoy, no hay más que ver el rechazo cada vez más frecuente a las etnias extranjeras en países como Rusia. Todo ello originado, obviamente por los políticos y gobernantes, como bien alude Christo en un momento del film intentando persuadir a su hermano de que abandone inmediatamente las pandillas de fascistas neonazis.
Termino la última parte en la parte de spoiler :