Mi último round
Sinopsis de la película
La amistad entre dos hombres convertida en una relación de amor –casi inesperada, casi desesperada– que los lleva del sur de Chile hasta Santiago, y los pone a prueba en cada momento de su romance. Hugo, de 20 años, desorientado por la muerte de su abuela, ingresa a un gimnasio de entrenamiento para boxeadores y conoce a Octavio, púgil maduro, que también trabaja como peluquero de sus colegas. El cruce de ambos dispara una tensión amorosa que se tratará de resolver con un viaje, para terminar retratando con frontalidad la crisis diaria de una pareja en un contexto social adverso, alienante.
Detalles de la película
- Titulo Original: Mi último round
- Año: 2011
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
6.1
71 valoraciones en total
Interesante película chilena, alejada de los tópicos de esos que algunos llaman cine gay , que para mí no deja de ser simplemente cine.
Una historia curiosa, con los personajes protagónicos muy bien delineados, pese a que no se aprecia una complicidad desbordante entre ambos pero tampoco fastidia en lo absoluto.
Un muchacho errante irrumpe en el panorama diario de un púgil maduro y entre ellos empieza una relación, que no se desarrolla mucho a la vista del espectador pero se sugiere. Pero es el inicio de una amistad y compañerismo amable, y pausado. Pero debido a un incidente que pone en riesgo la salud del boxeador, éste debe retirarse del deporte.
Es ahí, cuando ambos se proponen volver a empezar, empezar juntos y emigran de la tranquilidad de Osorno al bullicio de Santiago, donde uno consigue empleo en una peluquería y el otro de ayudante de un local tipo pet-shop de mercado. Aparece también una tercera persona, elemento discordante que en este caso es una joven y cuyas acciones desencadenarán desconfianzas, dudas y logrará quebrarlos en el momento de mayor necesidad mutua.
Te planteas el riesgo de estar solo en una ciudad que no es la tuya y no te acoge con amabilidad, donde ya nada es grato y no tienes esa compañía que le da calidez a tu corazón y cuando la sensación de soledad se vuelve una realidad llega el momento de volver. Volver a empezar…
El director ha sabido ambientar toda la historia para envolver a los dos protagonistas en un entorno que claramente nos dice cual es el origen de la infelicidad de estos dos hombres que se quieren. El espectador puede apreciar todo lo que ellos son cuando recorren las calles de la ciudad donde viven y trabajan, la casa donde viven, la cocina, el sofá, la cama, los lugares de trabajo, la tienda de animales, la peluquería o el club de boxeo. La miseria que envuelve a estos dos amantes no es solo una miseria material, sino también cultural, y sobre todo afectiva. Todo este espacio y tiempo fílmico va acompañado de una magnífica interpretación de ambos protagonistas que recuerda mucho a tantos protagonistas de las escuelas de actores norteamericanas. Salvando las distancias, uno no puede dejar de pensar en Marlon Brando o Paul Newman cuando ve el trabajo de estos dos actores chilenos en una película que no dispone de unos estudios o una productora como por suerte tenían las películas de estos dos norteamericanos. Pero el sentido artístico del director, que seguramente ha visto más de alguna película de Brando o Paul Newman, nos va llevando progresivamente por esta historia de amor y realidad social. Todo el dramatismo que el guión va acumulando progresivamente estalla en una pelea final extraordinariamente realizada, tanto que sobrecoge al espectador con su planificación. Es un gran acierto el título de la película que hace referencia a esta pelea. La música es correcta, y como regalo nos pone una hermosa canción, de ritmo chileno, en los títulos de crédito que les ruego no se la pierdan. Quizás el mayor problema de la película radique en la dificultad de entender los diálogos por el acento y los giros chilenos que se utilizan.
Mi último round, película chilena
Como congeniar el frio solitario y desolador del invierno provinciano del sur de Chile, el aislamiento ,la discriminación sin voz, la homosexualidad nacida desde un profundo arraigo rural, esos lagos y ríos gélidos de esa región Osornina que les da su nombre, el boxeo amateur como motor de vida, la belleza adolescente femenina, la tristeza profunda de nuestro Santiago querido a los ojos de un provinciano, las barriadas periféricas desoladoras, ese gris azuloso y permanente que nos dan esas partículas en suspensión de nuestros inviernos capitalinos, esas miradas vidriosas de nuestros amados y olvidados proletarios, el anhelo provinciano de un horizonte capitalino acogedor, temblores epilépticos como un presagio trágico una condena divina, la deprimente atmosfera subterránea de un metro urbano uniforme e indiferente en su triste reflejo y su falta de capacidad de asombro, la contradicción del sueño emigratorio truncado de una vida laboral auspiciosa y prometedora en el gran Santiago, confrontada a la la vida familiar quieta, como una pintura de naturaleza muerta, arbolea, nublada, rutinaria y semibucólica de la provincia sureña.
La película Chilena Mi último round del realizador Julio Jorquera nos enseña como estos aparentemente disimiles factores que conforman un cumulo de elementos ricos y frutosos para una gran guion y por ende derivar en una mínima- gran película pueden hacerse realidad palpable.
Solo basta con que ritualmente nos sentemos en la butaca del cine, nuestro mundo quede fuera y veamos a los intérpretes nadar por esas aguas complejas del naturalismo actoral.
Lo primero a destacar de esta gran película es la selección de casting, rostros masculinos y femeninos disimiles en su belleza y dureza puramente criolla, que comulgan armoniosamente con la desolación y desesperanza social que subyace en el guion de este filme Chileno hasta el tuétano.
La cámara logra capturar esas imágenes puras que no requieren de texto para narrarse a sí mismas. Penumbras, rostros de luces y sombras ambientes que se pueden oler y que piden permanentemente ser leídos y complementados con la narración que avanza en la pantalla
Mi último round sub-relata y retrata sin concesiones una historia como muchas que se podrían hallar en las veredas de nuestra urbe.
Respira en este filme, la violencia discriminatoria, el refugio de almas perdidas en que se ha convertido hoy la disciplina boxeril amateur, un deporte de pasado glorioso pero que hoy resuena anacrónico, olvidado y menospreciado, el inevitable descompromiso que conlleva el impulso y el intento amoroso de pareja guiado por el deseo sexual sin límite como anhelo atávico prohibido.
Todos estos elementos se orquestan armoniosamente para empujar y alimentar un desenlace triunfal y heroico para el protagonista de esta película. El solo busca ese nockout rotundo y definitivo, quiere conectar ese gancho demoledor al mentón de sus sueños rotos de animal herido o bien recibir contra las cuerdas ese puñetazo que le cegara la vista ante su reflejo social de ciudadano inútil de tercera clase. Todo esto en el cuadrilátero despiadado de la vida triste que le toco vivir en un país llamado Chile.
Película Chilena, no se que tiene el cine de este país que últimamente me gusta mucho.
Narra la historia de dos hombres que por circunstancias del destino, se encuentran y nace entre los dos una relación de amistad y de amor. Los actores protagonistas realizan un muy buen trabajo actoral, dejando palpable la miseria, problemas, sentimientos y culpas que ahondan en sus vidas.
Una muy buena dirección y un guion acorde a la historia que nos lleva por el viaje que emprenden los protagonistas a la capital de Chile, Santiago. Pero que siendo unos migrantes, pues obtendrán mas de lo mismo.
Un filme duro y muy bien logrado que no te dejara indiferente y que en su escena final, lograra conmoverte y entender el por que de la situación, el querer y desear hacer uso del nombre de la película.
Lo malo los problemas de dicción de sus actores, que muchas veces no se entienden, si no eres de Chile. Pero que imagino que será por la historia de los personajes del Chile profundo, criollos como se les dice en Sur America.
Una banda sonora correcta y con una canción final sublime que te hace estremecer y seguir saboreando de esta gran película aun después de terminarla.
Recomendable.