Mi querido Frankie
Sinopsis de la película
Historia de un niño de nueve años llamado Frankie (Jack Mcelhone) y de su madre, Lizzie (Emily Mortimer), que siempre están moviéndose de un lugar para otro. Como no quiere contarle a su hijo la verdad, Lizzie se ha inventado una historia para satisfacer la curiosidad del pequeño Frankie. Cada cierto tiempo manda una carta a Frankie de su supuesto padre, que está embarcado en un navío viajando a tierras lejanas.
Detalles de la película
- Titulo Original: Dear Frankie
- Año: 2004
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
Película
7
40 valoraciones en total
Llena de desgarros emocionales consigue que entres dentro de la problemática del niño y su complicada vida y cuando crees que has podido controlar tu rabia por la triste historia del niño te desvelan nuevos datos que haces que tu emoción crezca hasta que finalmente consiguen hacer brotar tu lagrima de una forma nada rebuscada.
Hacía tiempo que no veía una película que me hiciera sentir espectador en activo, deseando que algo suceda y sufriendo cuando los personajes no pueden hacer otra cosa que sufrir.
Primera película de Shona Auerbach. Se rodó del 17/III al 7/V de 2003, con un presupuesto de 4/5 millones de dólares. Se estrenó en el Festival de Triberca y formó parte de las secciones oficiales de los Festivales de Cannes, LA y Toronto.
La acción tiene lugar en Glasgow y alrededores, en 2003. Narra la historia de un niño de 9 años y medio, sordo, que vive con su madre, Lizzie (Emily Mortimer) y su abuela, Nell (Mary Riggans). La madre, con el hijo y la abuela, cambia de lugar de residencia con frecuencia. El niño echa en falta al padre, por ello la madre concibe la idea de explicarle un relato fantástico: le dice que trabaja en un barco mercante que viaja por el mundo. Para complacerle, éste recibe con cierta regularidad cartas del padre, que él contesta, explicando sus vivencias, juegos, experiencias, etc. El objetivo de la película es describir un amor sin reservas, sin barreras y sin límites, como el que siente una madre por el hijo. Es un amor de renuncias y entrega, de afecto y sacrificios: no espera y no quiere nada a cambio. Es un amor que no adopta actitudes de sobreprotección: la madre inscribe al niño en el colegio del barrio, quiere que tenga amigos normales y que las personas le traten con normalidad. La película exalta la actitud de la madre, que quiere para el hijo una vida sin remilgos y sin diferencias compasivas. El niño, pese a la sordera, entiende lo que le dicen, se da a entender con el lenguaje de signos y expone su mundo interior a través de las cartas que escribe al padre. La madre manifiesta recelos respecto de los hombres, está asustada por algo oculto, que sólo se desvelará en parte hacia el final de la obra, pero la represión que vive puede tener remedio: la breve relación con el desconocido demuestra que para ella hay esperanza. Los instintos paternales se manifiestan con fuerza compulsiva y su arrastre puede ser irrefrenable.
La banda musical acaricia el film sin perder entidad. Sobresalen los solos de piano y guitarra, la balada Reprise y la bonita canción Everyone Will Have Their Day . Macarena y La conga aportan la cuota festiva. La fotografía, de la directora, utiliza colores neutros, o casi neutros, en los fondos, planos medios y primeros planos. Se diferencian por la intensidad de los tonos. Añade luces filtradas, tamizadas y dispersas (niebla, cortina, visillo). Los colores y un dibujo brillante dan a la obra una templada y cálida belleza visual. El guión, realizado por una debutante muy preparada, define bien los personajes, pone en su boca las palabras justas y hace uso del buen humor. La interpretación del niño (en su segunda intervención en cine) y la de la madre son excelentes. La dirección trasmite serenidad, ternura, equilibrio y normalidad.
Película basada en un antiguo guión de 15 minutos. Habla de amor, amistad, dolor reprimido y redención. Repudia la compasión. El título es el encabezamiento de las cartas que el niño recibe.
Relato de un niño de nueve años llamado Frankie y de su madre, Lizzie, que siempre están moviéndose de un lugar para otro. Como no quiere contarle a su hijo la verdad, Lizzie se ha inventado una historia para satisfacer la curiosidad del pequeño Frankie. Cada cierto tiempo manda una carta a Frankie de su supuesto padre, que está embarcado en un navío viajando a tierras lejanas.
Mi querido Frankie es una acertada película dramática perteneciente al cine europeo de los últimos tiempos. Rodado en Escocia a mediados de 2004, el film narra la historia de Lizzie, una mujer soltera con un hijo sordomudo que esconde un pasado marcado por los malos tratos recibidos por parte de su marido. Este sencillo, pero efectivo relato se edifica sobre una sólida construcción de personajes, en especial destaca el personaje de Frankie, un muchacho que a los pocos meses de nacer quedo sordo a causa de una brutal paliza de su padre, esta discapacidad es asumida por su madre, Lizzie, de la forma más natural posible, ya que es ella misma la que desde un primer momento no desea que su hijo reciba un trato especial. Es curioso ver también el engaño que la madre mantiene con la correspondencia de su hijo, en parte se ve justificada por la frustración que sufre con los hombre y más en particular con el padre del joven, un hombre agresivo que resulta ser el prototipo de maltratador habitual. Esta frustración impedirá a Lizzie iniciar cualquier tipo de relación, viéndose atrapada así en una existencia banal junto con su hijo y la abuela de este.
En el apartado visual, la cinta resulta bastante convincente, la fotografía consigue crear una atmósfera de quietud gracias sobre todo al magnífico enfoque que se hace del paisaje escocés y a la sabia combinación de primeros planos. El reparto encabezado por Emily Mortimer lleva a cabo un estupendo trabajo reforzando a la perfección la cuidada trama del film. La banda sonora combina todo tipo de temas, desde la conocida macarena hasta la emotiva Everyone will have their day.
En definitiva, viendo esta obra nos vamos a encontrar frente a un interesante drama, recomendable para disfrutar de un buen rato de cine con sabor europeo.
Es una película que consigue llegarte al alma, por varias razones, aunque esta claro que durante toda ella hay una mentira que siempre flota en el ambiente, ésta no puede evitar que aparezca la fuerza del amor, la comprensión o la amistad, algo que logra cambiar a las personas, y que Shona Auerbach lo consigue plenamente de menos a más, con unos silencios que logran cautivar e involucrar al espectador.
Es una película excepcional, ya que el argumento y el guión fueron realizados con gran habilidad, donde no se cae ni en la atmósfera melosa ni en cursilerías bobas si no que está en un punto que realmente te hace sentir emotividad y claro, tal vez se dejen caer algunas lágrimas. Tal vez lo único que se merecía para cerrar con broche de oro era un final mejor, ya que quedas esperando algo más, pero en cuanto a lo demás es magnífica.