Mayerling
Sinopsis de la película
El archiduque Rodolfo, heredero del Imperio Austro-Húngaro, lleva una vida tediosa a pesar de estar rodeado de toda clase de lujos. Incluso sus amoríos le aburren, pero un día conoce a Marie y se enamora perdidamente de ella. Sin embargo, el emperador Francisco José considera que Marie no es una mujer adecuada para ser emperatriz.
Detalles de la película
- Titulo Original: Mayerling
- Año: 1968
- Duración: 140
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Opinión de la crítica
Película
5.5
23 valoraciones en total
Película de Terence Young después de su acertada , sola en la oscuridad,con una brillante Audrey Hepburn.La película narra uno más de los destinos trágicos familiares de la casa de los Habsburgo,algunos ya llevados al cine como la locura de Ludwig II de Baviera por Luchino Visconti .El contexto del Imperio Austro-Húngaro a finales del siglo XIX era difícil y complejo.El Imperio se encontraba en una situación de decadencia absoluta,sobre todo moral para conservar su unidad ante los problemas nacionalistas y el auge del socialismo y el anarquismo.
La cinta toca de manera muy superficial los problemas políticos prefiriendo meternos en un melodrama romántico largo y en ocasiones aburrido sobre una historia de amor entre el archiduque Rodolfo( Omar Sharif) y su amante ,la noble aristócrata húngara de origen judío ,María Vetsera (Catherine Deneuve).Con multitud de escenas de vals ,teatro,mascaradas y banquetes de la pomposa corte vienesa ,Young lo único que demuestra es dominar una puesta en escena con un magnífico vestuario y ambientación como por ejemplo el castillo de Hofburg,pero poco más,bueno sí,la música de Francis Lai que acompasa los bellos paisajes románticos de los alrededores de Viena que aparecen en ocasiones a lo largo de la cinta,pero que ni mucho menos se asemejan a los paisajes de David Lean o Visconti.
Por otro lado en esta película poco se avanza con respecto a las películas cincuenteras de Sissí encarnados en su día por Romy Scheinder ,ahora encarnada por una mujer ya madura ,pero bella como fue Ava Gadner ,madre del archiduque Rodolfo. Finalmente el papel lo completa James Mason como el emperador Francisco José,hombre autoritario ,conservador y defensor de las viejas costumbres austríacas que quiere conservar el Imperio a toda costa.
El fallo de la película es sin duda el abandono del director por indagar aún más en la relación tormentosa entre padre e hijo y recuperar la parte más social y política de la película que podía dar mucho más de sí,quedándose simplemente en una prensa rosa de la corte Habsburgo de la época.Una lástima no haberse aprovechado mucho mejor,un 5 (si no fuera por su buen reparto),eso sí de los más insípidos que he visto de Denueve.
Rodada por Terence Young en el mejor momento de su carrera, siendo su último trabajo interesante. Contó para ella con dinero francés del mismo modo que ya había antes dirigido con financiación inglesa, americana, italiana, iraní y hasta de las Naciones Unidas, suficiente para dotar a la producción de fastuosos decorados, mejores exteriores e increibles y cotizados actores. Cuenta el trágico amor del heredero al imperio austrohungaro, el archiduque Rodolfo (Omar Sharif), con su amante Maria Vetsera (Catherine Deneuve), que en su día fue el romance más comentado y criticado de Europa en la penúltima década del siglo XIX.
No cabe duda que el argumento da pie al amor cortesano, a los valses vieneses y a la apertura de los mismos, a los cuchicheos y miradas en el palco de la ópera, a galanterías, a educados mayordomos de los de antes, a paseos en berlina y a caballo, a cambios de guardia y revista de tropas, etc… Todo ello hace presagiar un Sissi al uso o un donde vas Alfonso XII, aunque es bastante más que eso. La película pelea contra la ñoñería, a la que no siempre vence, y escapa de la visión edulcorada de la aristocracia, sin dejar de presentarla como escaparate de sociedad. Es bastante más fiel al desarrollo histórico de los acontecimientos de lo que nos tienen acostumbrados estos productos y junto a las lámparas de araña y los vestidos de princesitas aparecen las revueltas nacionalistas de Hungría, el inefable talante absolutista del emperador Francisco José I (James Mason), las algaradas estudiantiles y liberales de la Viena de entonces y la desestructuración familiar de los últimos Habsburgos.
A destacar el papel de Ava Gardner como una Sissi emperatriz mucho más cercana a la realidad histórica, aún sin mostrar el grado de neurosis con la que contaba la famosa princesa. Por lo demás se hace larga y aunque no empalaga, si empacha. Es el resultado de alargar más de dos horas una historia sin poseer la elegancia y el análisis de clase de Visconti. Digna no obstante.
Mayerling es una película de 1968 dirigida por Terence Young en la que Ava Gardner hace de Sissi emperatriz pero de mayor, es decir, de la Emperatriz Elisabeth, esposa del Emperador Francisco José (James Mason) y madre del Príncipe Rudolf (Omar Shariff) siendo el cuarto protagonista de la película Maria Vetsera (Catherine Deneuve) que es la amante del Príncipe Rudolph.
Ava Gardner tiene breves apariciones pero como siempre llenando la pantalla con su presencia, y por ello cobró una buena suma de dinero, pues verla a ella es uno de los pricipales alicientes de esta película que resulta en muchos momentos tediosa y de la que no se conservan copias en buena calidad para, al menos, disfrutar de la fotografía, de las imágenes y colorido de los suntuosos trajes que lucían las damas en Palacio, etc…
Ava Gardner y James Mason volvían a trabajar juntos tras 17 años, después del rodaje de Pandora y el Holanddés Errante en 1951, aunque aquí su papel de esposos está separado por los continuos viajes de la Emperatriz que no está a gusto en la Corte.
Intento fallido de retomar las esencias folletinescas y rosas de la Viena austro-húngara, esta coproducción anglo-francesa toma como punto de partida la enigmática historia (real) del romance entre el heredero al trono del Imperio, el archiduque Rodolfo y la baronesa María Vetseva, con las tensiones sociales de fondo del vasto territorio centroeuropeo. Con un fastuoso despliegue de decorados y vestuario, y un elenco formidable de actores de primera fila, la cinta falla en lo primero en donde no tenía que fallar: director y guión. Terence Young, conocido en aquellos años por dirigir las primeras aventuras de Sean Connery como James Bond, venía de realizar una estupenda película, Sola en la oscuridad , pero el Imperio austro-húngaro le vino demasiado grande. La película comete el pecado de ser larga y no aprovechar esos 140 minutos adecuadamente para reconstruir con veracidad las tensiones entre el emperador y su heredero, y los dilemas morales que el romance de éste provocó.
Escribiendo él mismo el guión, Young demuestra estar muy lejos de ser David Lean o Franklin J. Schaffner para dotar de solidez, armonía y calidad a la historia, y acaba aburriendo con largos parlamentos que los actores recitan. Uno se distrae con el vestuario, el ambiente decimonónico aristocrático, la buena banda sonora de Francis Lai, el porte de Omar Sharif o los valses que se marcan de cuando en cuando, pero no se llega a sentir la pasión o la angustia de los dos amantes. Principalmente porque Catherine Deneuve tiene cero química con el pobre Sharif, y su actuación es fría y sosa. Sería más creíble convirtiéndola en amante del iceberg que hundió al Titanic.
La película, entre bostezo y bostezo, se eleva algo cada vez que salen en escena los magníficos James Mason y Ava Gardner, que aportan algo de brillo a esta superproducción desvaída y poco consistente. El fondo político e histórico, algo que hubiera dotado de vida al argumento, queda reducido a un par de escenas y poco más, algo impensable en los anteriormente mencionados Lean o Schaffner. Así, la película se pierde en el cajón de lo que pudo ser y no fue . Una pena.
Mis padres se inspiraron en esta película para encontrar un nombre para su primer hijo. Después de mucho buscarla al fin la pude encontrar y verla. Ricamente adornada, es una historia romántica con un final dramático, pasable para quien busca un film de época y sin mucho movimiento. Quizá mis padres nunca se imaginaron que las historias de amor de su hijo, tambien serían historias de amores imposibles.