Matar al padre (Miniserie de TV)
Sinopsis de la película
1996. En la feliz Barcelona post-olímpica habita Jacobo Vidal, abogado de profesión, hombre despótico y autoritario determinado a controlar todos los aspectos de su existencia y la de sus hijos, Tomás y Valeria. Padre obsesivo y disfuncional, no duda en doblegar cualquier obstáculo que se interponga en el bienestar de su familia para encajarlo a la fuerza en su propia visión del mundo, convirtiendo a sus hijos en víctimas de un exceso de amor paterno. Pero la vida es imprevisible y dieciséis años después, en 2012 y en plena crisis económica mundial, Jacobo comprueba perplejo cómo su vida no se corresponde con lo que él había planeado.
Detalles de la película
- Titulo Original: Matar al padre
- Año: 2018
- Duración: 50
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Opinión de la crítica
6.3
85 valoraciones en total
Matar al padre es, por su profundidad psicológica, la mejor serie española de los últimos tiempos. Solo 4 capítulos, cada uno basado en un año distinto: 1996, 2004, 2008 y 2012, para mostrarnos la evolución-involución de qué es una familia. Mar Coll no adorna, solo retrata. No hay que esperar heroicidades sino personajes reales cuyas relaciones entre sí se atisban complicadas, enigmáticas, con verdad. Otra de las sensaciones que nos deja la serie es la de tener la sensación de que hace falta más de un visionado para captar el verdadero mensaje, aunque este no sea una conclusión. Como toda gran obra, se comprende, pero se adivinan más matices de los que estamos acostumbrados. Épico Gonzalo de Castro.
He visto la serie Matar al Padre y junto a Verguenza me ha parecido lo mejor del año. Desde el primer momento, ya en su introducción y cabecera posterior intuyo que es algo distinto, cuidado, hecho con mimo, inteligencia y mucha personalidad. Después de ver los cuatro episodios confirmo que estaba en lo cierto. La serie se aleja de lo que se suele hacer en España. No quiere contentar al público masivo, ni falta que le hace. Tiene alma y seguramente no va a gustar a todo el mundo. No va a ser la serie favorita de los aficionados al chiste fácil. Me recuerda a Transparent y Olive Kitteridge donde la familia es el tema principal y el paso del tiempo hace que podamos ver la evolución de los personajes.
Tiene un gran guión y una gran dirección. Los actores están espléndidos, en especial un Gonzalo de Castro en estado de gracia.
Que a Mar Coll le interesan los asuntos familiares está claro. Con más metraje que una película, en Matar al Padre intenta profundizar, aunque el resultado final incluye un tanto de relleno y me da la sensación de que podría haber contado lo mismo en 90-120 minutos. También noto un pequeño bajón desde el primer capítulo al cuarto por la propia evolución de los personajes, que en algunas cosas resulta creíble y en otras no tanto. En todo caso creo que es muy recomendable verla porque su tesis principal, la de la influencia de los padres en los hijos en la vida adulta, creo que está bien reflejada. Desde luego, lo que está la serie es muy alejada del planteamiento moderno de series de capítulos intensos y gancho final, muy lejos. En Spoilers sigo para los que la hayan visto contando mi visión de esta familia.
¿Cómo puede ser que esta serie reciba apenas un 6 y otras como la Casa de Papel pasen del 7? Respeto el voto de los usuarios, pero, de verdad, ni lo comparto ni lo comprendo.
Entiendo que cada serie debe ser puntuada en base a su naturaleza y objetivo, de hecho, por esa razón no llego a entender cómo esta serie no ha recibido una media de 8.
Las actuaciones son excelentes, el guión, original y la dirección, notable. Personalmente, resaltaría la relación entre Jacobo y su hijo Tomás: complicada, tóxica y sumamente profunda. Resulta interesante lo que dicen, pero es mucho mejor lo que NO dicen: cómo ambos personajes interaccionan y, cada uno por su lado, descubre al espectador los claroscuros de la relación.
Cuando Mozart compuso Réquiem dijo me temo que estoy escribiendo un réquiem para mí mismo, quizá por eso nos acompaña durante Matar al padre, como presagio de lo inevitable, de que lo que tememos es justamente lo que recibimos como respuesta a ese temor.
Esto es precisamente lo que le pasa a Jacobo Vidal (Gonzalo de Castro), protagonista de esta miniserie de cuatro capítulos, dirigida por Mar Coll, producida por Escándalo Films y distribuida por Movistar+. Cada capítulo corresponde a una época concreta de la historia reciente española, empezando con el boom económico de 1996 y acabando con la crisis en 2012,sirviendo para contextualizar la historia y utilizarlo de manera casi metafórica en la evolución del protagonista.
Lo primero que sabemos de Jacobo es que tiene una relación complicada con su padre, que se halla en estado terminal y al que considera responsable del mayor trauma sufrido en su vida, el asesinato por parte de su progenitor de su perro, un pastor alemán que éste mismo le regaló. A partir de aquí nos muestran a un hombre extremadamente neurótico, con trastorno obsesivo, controlador compulsivo, tóxico,que enrarece todo el ambiente que le rodea.
A medio camino entre la comedia y el drama conocemos a su familia. Tomás, un muchacho apocado, enfermizo e infantil, con el que Jacobo tiene una relación de acoso y dependencia. Valeria, el ojito derecho de papá, independiente y directa. E Isabel (Paulina García), su mujer, terapeuta incapaz de controlar los problemas internos familiares, siendo el contrapunto justo a su marido.
Y aún así, casi comprendemos a Jacobo, a pesar de ser muy irritante. Donde creció, el ambiente donde se crió lo moldeó tal cual, llegando él mismo a creerse que es un buen padre y que no hay otra manera de educar que la suya.Y es eso lo que puede redimir en cierto modo a este padre imperfecto de manual, que vive con la convicción de que sólo intenta proteger a su familia de este mundo tan hostil como él mismo lo califica.
Convirtiendo su herencia familiar en la piedra que Sísifo empuja, presenciamos aterrados como Tomás hereda su miedo y Valeria su agresividad.
La serie es un esbozo bastante realista del clima creado por herencia familiar de agresividad y opresión. No es explícita ni morbosa, pero la atmósfera nos muestra que la violencia está presente en cada plano, sino es con un collarín, lo es con un embarazo de riesgo o un ojo morado.
Y es esa precisamente la gran pega que le encuentro, parecer un boceto en lugar de la obra terminada. Me hubiese gustado profundizar más en los traumas creados, en no pasar tan de puntillas con algunas cosas, el que la comedia no le gane tanto terreno al drama en algunos aspectos. Reconozco que es un tema muy delicado y que el humor puede ayudar a manejar la tensión en el espectador, pero personalmente hubiese incidido más en esto. Y esa tendencia al determinismo a lo largo de la historia es realmente triste.
Los episodios se desarrollan a un ritmo más que adecuado, tomándose el tiempo justo para que podamos conocer y comprender a los Vidal.
Fenomenal ambientación de la historia en Barcelona, intercalando diálogos en catalán y en castellano, no resultando ridícula como en otras tantas series que lo del idioma es tratado de manera tan poco rigurosa que es insultante para el espectador.
Recomendable como acercamiento al tema de traumas paternos-filiales, en la forma es muy divertida y en el fondo es una tragedia. Una narrativa bastante interesante la de esta directora.
http://www.cineredux.com