Matar a Kennedy (TV)
Sinopsis de la película
Narra los acontecimientos que condujeron al asesinato del presidente John F. Kennedy (Rob Lowe) por parte de Lee Harvey Oswald (Will Rothhaar), así como todo lo que ocurrió después. OReilly y Dugard también se centran en el elemento de la creciente Guerra Fría, el intento de Kennedy para hacer frente a la subida del comunismo y la potencial amenaza del crimen organizado. Todo comienza en el año 1959. Dos hombres muy diferentes experimentarán en cuestión de días un antes y un después en sus vidas: uno desde Washington D.C., donde se prepara para anunciar su candidatura a la presidencia del país, el otro, desde la embajada norteamericana en Moscú, listo para renunciar a su condición de ciudadano estadounidense. Dos acontecimientos aparentemente no relacionados, cuyas consecuencias cambiarían el rumbo de la Historia para siempre.
Detalles de la película
- Titulo Original: Killing Kennedy (TV)
- Año: 2013
- Duración: 92
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Opinión de la crítica
4.4
97 valoraciones en total
Tocaba conmemorar el cincuentenario del asesinato de Kennedy.Y como ya está todo más que contado, hacemos esta telefilm que se limita a contar otra vez lo mismo. Eso sí, poniendo el acento en lo malo que era y lo loco que estaba Lee Harvey Oswald, un sompatizante comunista, que además, había estado viviendo en la Unión Soviética y estaba casado con una rusa.
Por lo demás, el desarrollo de la historia, es demasiado esquemático y alejado de cualquier polémica, tanto sobre el asesinato, como sobre la conflictiva vida personal del presidente, mucho mejor tratada en la reciente serie sobre los Kennedy. Además ya existía un telefilm de 1977 muy parecido a este titulado ¿Quien mato a Kennedy?
Innecesaria por plana y porque la serie aún está muy reciente para poder comparar.
Esta película no quiere mojarse en nada, en nada de nada, sobre el asesinato de JFK, tanto que resulta que la escena del tiroteo que debería se la más importante, cuidada y contada metódicamente de la película queda empequeñecida si la comparamos con la historia de Bahía de Cochinos o con el tiempo que dedican a la crisis de los misiles.
Y por no mojarse ni siquiera se moja con el más celebre de los líos de faldas de Kennedy, el de Marilyn Monroe.
Lo que tenemos es la versión oficial al pie de la letra, ni más ni menos.
Y por ello deja claro que Lee Harvey Oswald estaba muy mal de la cabeza, que Jack Ruby actuó por un impulso fortuito y que los Kennedy vivían su segunda luna de miel cuando ocurrió el magnicidio.
Todo esto no estaría mal si no estuviera MAL CONTADO, me refiero a que no le dan importancia que debe el momento clave, hay demasiadas vueltas. Oswald pegándole a la rusa, Kennedy hablando con su hermano…etc. Si se centraran en lo que dice el título Matar a Kennedy sería una mejor película. Y de hecho la cagan vilmente en el momento más importante porque ponen que el primer tiro es el que le da en el cuello a JFK (la famosa bala mágica) el segundo es el que le vuela la cabeza y el tercero falla. En realidad el orden es que falló por completo el primer tiro, le dio en el cuello hiriendo al gobernador de Texas con el segundo y el tercero es el tiro mortal. Mi opinión sobre la película es que mejor veáis JFK, la bala perdida y dejéis esto para ver un domingo por la tarde en lugar de tragaros la película alemana de asesinatos de Antena 3. Si queréis ver mi opinión sobre el asesinato de Kennedy mirad el spoiler.
Versión light de unos de los magnicidios que marcaron el siglo XX. Es una versión edulcorada, con conservantes y colorantes. Intentan encajar en hora y media lo que Oliver Stone no pudo ni siquiera en tres horas y media.
Una pena que Ridley Scott en vez de hacer cine, se dedique a promocionar versiones oficiales de la Casa Blanca.
Lo mejor: El carisma, quizás, del mejor o menos malo Presidente de los EEUU.
Lo peor: El malo malísimo.
Utilizo esta crítica para dar las gracias de forma harto sincera a Nelson McCormick y todo el equipo de reparto encabezado por Rob Lowe por la profunda siesta que me han brindado esta tarde. Los planos perezosos, las interpretaciones acartonadas y la fotografía involuntariamente desenfocada ha hecho un efecto demoledor que ni tres dormilinas hubiesen conseguido.
Respecto al propio contenido del film, por lo que he podido captar a cada instante que abría el párpado derecho, ha sido el de la certificación de los convencionalismos. Una ficción para corroborar el discurso oficial sobre un acontecimiento con demasiados claroscuros como para ser explicada haciendo uso de una suerte de evidencias que, de facto,no son tal.
En todo caso, no quisiera que esto empañase la enorme labor que Matar a Kennedy ha ejercido patrocinando una de las mejores siestas que recuerdo.