Más allá de la obsesión (TV)
Sinopsis de la película
Sonia Patton (Charisma Carpenter) no consigue reponerse de un ataque sufrido en su propia casa. Por esta razón, decide marcharse de Nueva York a otro estado y emprender una nueva vida lejos de su novio. Ya afincada en otra población, su vida transcurre apacible hasta que una noche descubre que alguien ha entrado en su domicilio.
Detalles de la película
- Titulo Original: Obsession (TV)aka
- Año: 2011
- Duración: 89
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Opinión de la crítica
Película
3.2
57 valoraciones en total
MÁS ALLÁ DE LA OBSESIÓN
Todo comienza, de manera prometedora, con la bella Sonia Paston (Charisma Carpenter) como víctima de un brutal ataque casero por parte de un encapuchado. 3 años después nos encontramos otra vez a Sonia como paciente de la eficiente terapeuta Connie Landon (Gemma Martini).
Me fío muy poco ya de entrada de su novio policía, Tom (Dylan Neal), que tiene cara de pocos amigos y muy mal genio.
Este nefasto carácter se manifiesta precisamente cuando Sonia recibe una oferta inmejorable de promoción laboral en Massachusetts.
Tom, el típico machito controlador, no comulga con el deseo de su novia de mudarse a la vecina localidad. Allí nuestra protagonista estelar conocerá al hombre bueno y guapo de turno, Sebastian Craig (Nicholas Lea), dueño de una galería de arte.
La película está entretenida, que no es poco, aunque en honor a la verdad, le falta ritmo y tono. Se huele ya a romance entre los dos, pero no tarda en aparecer el celoso Tom para frustrar el idilio incipiente. La película es previsible y manida, así que no es raro ver cómo continúa la cosa: una cámara de vídeo que coloca el policía Tom para espiar a la bella Sonia. Este novio celoso está un poco cachazudo y le cuesta entrar en acción, sólo observa y pone cara hierática. Aunque se quejaba mucho del traslado de su novia, sí que saca tiempo sin embargo para seguirla e indagar en qué anda metida, con quien sale y adonde va. Al pobre Sebastian lo tiene enfilado y hará de las suyas para hacerle la vida imposible. Todo muy manido, pero entretenido.
Como acosador, Tom me resulta bastante pacato, la verdad. Sin embargo, sus martingalas insidiosas dan resultado y el inocente Sebastián caerá en las redes del policía corrupto. Ya fuera de juego el de la galería de arte, Tom trata de ganarse a su novia a la fuga pero ésta, que no es de las que tropieza dos veces con la misma piedra, le deja plantado y sin posibilidad de reconciliación.
La negativa tiene consecuencias terribles en Tom y comienza ya por fin a dar rienda suelta a su vena vindicativa. Comienza su instrucción con la terapeuta de Sonia. La policía, aunque lo tiene ya localizado y sabe de sus maquiavélicos tejemanejes, es siempre la última en llegar a la escena del crimen, lo que le deja a Tom tiempo de sobra para un final bastante repetitivo y consabido: Tom secuestra a su novia, su amante, el galerista, se torna héroe al rescate y como de costumbre, un escenario final en una enorme sala de calderas, recurso utilizado hasta la saciedad para filmar escenas de tiros, persecuciones y acción. La tensión es mínima, la verdad, todo muy previsible.
VÍCTOR VIRGÓS. ESCRITOR
http://WWW.EL-HOTEL-DE-LAS-ALMAS-PERDIDAS.BLOGSPOT.COM
Nulo suspense en este film televisivo con un intrascendente argumento, muchas veces visto, y donde los personajes son meras apariencias de lo que deberían ser en una película que se considere como tal.
Chica con trauma psíquico por un acto de violencia -apenas se le nota el desequilibrio- que se traslada a otra ciudad y que es acosada -con bastante delicadeza- por un medio psicópata (desde el principio ya conocemos su identidad y al guionista -o guionistas- no ha parecido importarle que lo sepamos) que intenta, por celos, hacerle la vida un poco imposible.
Lo más lamentable es que el director -se ve que experto en estos nefastos -salvando excepciones- productos televisivos- rueda con una desgana tan absoluta que ni intriga, ni tensión, ni sustos, ni inquietud nos producen las escasas escenas que se supone que nos lo deberían producir. Solo un ritmo plano, vacía acción y situaciones reiterativas en cuatro o cinco escenarios pueblan esta vulgar película que, por no tener, no posee ni el final mínimamente decente, con un poco de intensidad, que se pide a este tipo de producciones policiales plastificadas y manidas.
En resumen: soporífera dada la plenitud desbordante de aburrimiento que destila.
La califico con un 3 y ya va demasiado bien servida.
Para mi que la he visto antes. Pese a tratarse de un telefilm ramplón y sin mucho que contar, el hecho de que la trama haya sido masticada alguna vez le da un toque de asimilación neuronal que sorprendentemente se agradece de vez en cuando. Porque en Más Allá de una obsesión no encontramos nada nuevo, ni un atisbo tan siquiera de inteligencia en el producto, es en definitiva un subproducto tan vacio y previsible que está en la media de estos subproductos por seguir el patrón visionado en tantas otras veces.
Se trata de un telefilm que cuenta con unas interpretaciones un poco mejor de la tónica de otros apartados, es decir, unas actuaciones soportables.
Comentar que una breve psipnosis de esto, decantaría la historia hacia la resolución por lo tanto, prefiero no comentar de que va el argumento, el cual, es tan breve y tan recurrido que sometería al espectador a elegir cualquier cosa antes que esto.
Es definitivamente, el típico y tópico telefilm de media tarde, con protagonistas maniqueos como el malo, cuya presencia no podía faltar, en el que se hecha de menos más pasión por parte de unos supuestos aficionadillos al cine. Pese, a que hablar de cine, es algo atrevido aquí, diré a su favor que algunos momentos de suspense está bien logrados. Un 4 por hacerme dormir la siesta y porque bueno, sigue la concepción mononeuronal de otras veces, a las que un servidor ha votado con 4 y 5 estrellitas.