Martin Eden
Sinopsis de la película
Martin Eden es un chico humilde de pueblo que se gana la vida trabajando como marinero. Un día, Martin defiende de una agresión a Arturo, un joven de clase alta. Como agradecimiento, éste invita a Martin a su hogar y poco a poco le va introduciendo en su estilo de vida. El joven conoce así las ventajas de la educación, y ve esto como una oportunidad para progresar y convertirse en el escritor que ha decidido que quiere ser, mientras aprovecha al máximo el tiempo entre lujos. Martin recibirá un impulso inesperado cuando conozca a Elena, la hermana de Arturo, de la que se enamora al instante.
Detalles de la película
- Titulo Original: Martin Eden
- Año: 2019
- Duración: 129
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Opinión de la crítica
7
57 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Aniello Arena
- Anna Patierno
- Autilia Ranieri
- Carlo Cecchi
- Carmen Pommella
- Chiara Francini
- Denise Sardisco
- Diego Sepe
- Elisabetta Valgoi
- Franco Pinelli
- Gaetano Bruno
- Giordano Bruno Guerri
- Giuseppe Iuliano
- Giustiniano Alpi
- Jessica Cressy
- Lana Vlady
- Luca Marinelli
- Marco Leonardi
- Maurizio Donadoni
- Peppe Maggio
- Pietro Ragusa
- Savino Paparella
- Sergio Longobardi
- Vincenza Modica
- Vincenzo Nemolato
*Jack London
En un momento donde el cine italiano no goza de gran prestigio por sus adaptaciones literarias, Pietro Marcello se propone actualizar y revitalizar el género. El director introduce experimentaciones, ideas nuevas y modernidad.
Martin Eden es una novela autobiográfica de 1908 que refleja las inquietudes de su escritor, Jack London, una vida extravagante y una tensión autodestructiva que lo llevarán hasta el suicidio. Adaptar cinematográficamente esta novela puede parecer, a priori, una labor sencilla, pero hacerlo como lo ha hecho Marcello nos deriva hacia otro debate bien distinto. El filme extrae la historia de su raíz americana y la convierte en italiana. Una Italia sin fecha, desprovista de puntos de anclaje y de estilo definido, que resulta audaz y capaz de transformar su propia ambición en resultados reales y objetivos.
Marcello no llega hasta el alma de Martin Eden que, habiendo conocido a una joven aburguesada, se educa en la lectura y el estudio autodidacta -al igual que Jack London- y se convierte en escritor e intelectual entre cientos de dificultades: no pertenecer a corrientes ni a partidos de ningún tipo, no tener maestros y, por lo tanto, desechando el adoctrinamiento.
*El siglo XX en Italia
La historia recuerda a tantas otras, ya vistas, ya leídas, ya escuchadas. Pero Martin Eden golpea al espectador con un filme donde todo parece fascinantemente erróneo, pues Marcello no construye una época precisa. Aquí las coordenadas temporales se evaporan constantemente. Las televisiones se unen a prendas de principios de siglo y las tropas fascistas aparecen mientras el protagonista pasea junto a personas vestidas como nuestro presente.
Un país que se niega a avanzar, caracterizado con las mismas actitudes desde hace cien años. Así, una historia ajena a la cultura italiana, termina informando sobre un pueblo al que no pertenece. Sustancialmente, subyacen todos los períodos del siglo XX en Italia, derretidos y mezclados hasta alcanzar un no-tiempo. Una unión entre literatura y memoria, entre la historia y el presente eterno de los dilemas humanos, donde conversa el individuo y el mundo, los deseos personales y las peticiones colectivas (¿Qué podría ser más siglo XX que esto?).
*La expresión particular del detalle
Marcello no parece demasiado interesado en buscar una gran coherencia ni un flujo homogéneo en la película, sino que prefiere trabajar el detalle y las escenas individuales. Un torbellino de primeros planos y una importancia mayor a las pequeñas cosas que a la visión general.
Hay pinturas impresionistas e imágenes impalpables de gran carga simbólica que dialogan entre sí, gracias en parte a la fabulosa y ecléctica banda sonora, el engranaje perfecto.
*Conclusiones
Martin Eden es una experiencia abrumadora y deslumbrante, se trata de una suma en la que cada uno de los factores -la bellísima fotografía, la evocadora banda sonora o el uso magistral del plano- elevan la obra a una categoría superior.
Pietro Marcello dirige su gran filme hasta el momento. Se dice que la forma más virtuosa y eficaz de trasladar la literatura al cine es ser infiel al texto y Martin Eden no duda en traicionar a su fuente de inspiración literaria, se muestra clásica en su contenido pero moderna en su construcción.
En palabras de Pietro Marcello: Martin Eden es la relación entre el artista y la industria cultural. Martin será víctima del éxito en el momento en que comience a publicar, pues su barco se hundirá. Esta es la historia de Jack London, así como de Michael Jackson o Fassbinder, artistas que perdieron su relación con la vida cotidiana .
Escrito por Soraya Unión Álvarez
Martin Eden es una parodia. No es una película especialmente chistosa, pero la clave de la parodia no es su hilaridad sino la imitación de un modelo para desbaratarlo, para revelar su constitución interna. De ahí que si alguien, por ejemplo, quiere conocer la estructura de un género, lo mejor es que se fije en su parodia. Porque quizás por estar entretenidos con la trama no prestamos atención al arsenal de trucos que cualquier obra o género necesariamente utiliza y con los cuales logra su objetivo, por ejemplo hacernos llorar o asustarnos. La pregunta aquí es cuál es el objeto de la parodia. No es la novela de Jack London del mismo título en que se basa el guion. Qué sentido tendría hacer una película para parodiar una novela de comienzos del siglo XX, no especialmente famosa hoy en día. Parodiar a Jane Austen sería más entendible dado el éxito actual de las novelas, y sobre todo las muchas adaptaciones al cine y a la televisión. Pero hacer una parodia italiana de una novela de un autor americano muerto hace más de cien años no es algo que parezca tener mucho interés, sobre todo considerando lo ambiciosa que es la película. No es precisamente un video hecho por estudiantes para la clase de literatura del colegio, al contrario, se trata de una película muy arriesgada formalmente.
Marcello después de varios documentales y un primer film, poco apreciado por la crítica, Bella e perduta, que no conozco, realiza su ópera prima para la que toma como pretexto la obra de Jack London Martin Eden.
Tanto en la sinopsis de filmaffinity, que narra el argumento de la obra de London, no el film, como en las críticas oficiales se desprende un desconcierto además de una fascinación por el relato.
La pregunta es por qué la utilización de la obra de London y la respuesta sería , Martin Eden, es la bildungsroman (novela de iniciación) de un escritor al igual que Martin Eden film, será el bildungsfilm de Marcello-
Al principio el film desconcierta ya que uno se da cuenta de que o hay un déficit narrativo o una experimentación formal sobre el proceso de la adquisición de la identidad y el proceso de la escritura tanto literaria como fílmica.
Me recuerda a Resnais y su experimentación con el tiempo en films como Providence o Vous n’avez encore rien vu, e incluso Mariembaad, según la utilización del futuro anterior en la narrativa francesa: El futuro anterior se utiliza para describir una acción que se va desarrollar en el futuro, pero que se describe como una acción ya terminada.
El Futuro Anterior, es en castellano el Futuro Perfecto, tiempo verbal que enuncia una acción venidera anterior a otra que también se cumplirá en el futuro. , puede ocurrir en el futuro, estar ocurriendo en el presente o haber ocurrido ya´
Lo que Lacan describe cuando el niño, antes de la coordinación de sus movimientos, sintiéndose fragmentado en el presente puede anticipar su futuro al verse en el espejo.
Todo el film es una experimentación formal de algo que ocurrirá cuando vuelva de su viaje. La escena final es su marcha no como Martin Eden escritor sino como ese marinero que accederá a ese lugar de su futuro.
La primeras imágenes del film son de Martín grabando en una cinta un texto. Después de los títulos aparece en el barco escribiendo. El resto del film es el proceso en el que en el futuro anterior se convertirá en escritor, de ahí que los personajes se desdoblen en distintas identidades: el capataz de la fundición/editor de su obra o la muchacha con la que se acuesta al principio, con quien marchará a América. Será su amada Elena a quien dejará en la última escena, viéndose el mismo desde la ventana, marchar a encontrar su identidad, que deberá atravesar por la experiencia del mundo del lujo y el dinero para llegar a su destino, pero eso nos lo cuenta en pasado/presente durante el film. La última secuencia del film es el suicidio de Eden. No marcha a América, porque ya ha vuelto.
Ante un experimento formal de este tipo, en el film hay momentos en que parece perder el diseño por la ambición de contar en imágenes descoloridas o en blanco y negro, la trayectoria de las ideas del siglo XX: socialismo, nazismo, fascismo, liberalismo, guerra..
London, como todo viajero, no acepta las formas identitarias que te determinan y que supondrán el naufragio de Europa, como Martin/Marcello parece no aceptar el mundo presente en sus esquemas ideológico-destructivos.
La novela de Jack London es el pretexto para iniciar su camino en el cine.
Hay una escena enigmática después de la muerte de Briss, que es clave en el film: La comedia del arte en la que se representa un duelo con máscaras frente a los espectadores que aplauden y que fijará un pivote que hará que la historia cambie y muestre la representación teatral como el proceso de la creación literaria o fílmica.
Es importante el personaje de Briss, el poeta anarquista quien plagia en su poema a Martin quien después publicará el poema de Briss y que todos tomarán como un seudónimo. Las facetas de la identidad están sobrepuestas por múltiples fragmentos que al modo de Kane no pueden ser narrados linealmente. La muerte de Briss es la muerte del mundo de Eden, de él mismo y el nacimiento de su éxito. Voy a decirles un secreto… Martin Eden, no existe
Dentro del cine actual no hay duda de que es un film atípico y muy interesante a pesar de la dificultad narrativa y los problemas que conlleva.
La sensación de exageración por doquier no deja de cubrir cada giro y personaje que se encuentra en el film. La sensación de los estereotipos más espúreos se adueña a cada minuto que pasa. Es la base de un ambiente enrarecido a pesar de la sencillez y franqueza de su personaje principal. El problema de partida es la retórica con la que se nos muestra a ese Martin, dueño de sus actos y embelesado por la belleza que decide forjarse toda una vida fuera y alejada de lo esperado y que esa sapiencia máxima no sea la misma para objetivar todos los acontecimientos y percatarse de que lo suyo no va a ninguna parte. Esa lucha de clases, egos, sentimientos y circunstancias continua en el mundo que lo rodea tiene ese gusto a realismo crudo e inquietante, del vivido por el día a día. Pero ese sustento arraigado en la piel del protagonista se nos antoja exacerbado hasta la saciedad. Ese realismo mágico de las letras abriendo mentes y futuro nos parece exageradamente inverosímil, a pesar de la ornamentación que lo rodea. Una historia melodramática de camino hacia la luz intelectual que deriva en la más negrura sentimental. Esos caminos distanciándose solo unidos por aparentes espejismos momentáneos respiran de prestado en un guion de tonalidades añejas y ocres.
La película está narrada de forma original, se interponen en la narración retazos de lo que parece grabaciones reales de origen documental. Un tanto arriesgado, pero no me chirría, ilustran las aventuras y desventuras de Martin Eden de forma original y elegante. Desconcierta también la atemporalidad de los hechos, no es posible fijar una época concreta a los mismos, a veces parecen los años 70 o incluso 80 (se ve a los sobrinos delante de la tele), a veces los 50 o los 60. Una cosa es que no se defina una época concreta y otra que se incurra en incoherencias que no aportan nada, a mí me molestan.
La fuerza del personaje principal es lo mejor de la película, marinero humilde hambriento de libros y que decide ser escritor, su relación con la joven de clase acomodada y con el anciano que se convierte en su amigo/tutor, su pasión a la hora de expresar sus ideas, todo muy interesante, una auténtica fuerza de la naturaleza Martin Eden.
La última media hora la película se pierde, desde la escena burlesca de los espadachines hasta el bufón grotesco en que se ha convertido Martin, sin realmente una explicación coherente, y el final en la playa, me parece todo una rayada pretenciosa.
Una pena, partiendo de un personaje poderoso, una historia interesante, un estilo original, al final yo no entiendo bien qué quiere contar la película.