Mañana lloraré
Sinopsis de la película
Basada en la autobiografia de la actriz y cantante Lillian Roth (Susan Hayward), que conquistó el estrellato en Hollywood, siendo una adolescente, también fue fulgurante su descenso a los infiernos del alcoholismo, al no poder superar la muerte del que iba a ser su marido.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ill Cry Tomorrow
- Año: 1955
- Duración: 117
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Opinión de la crítica
Película
7
33 valoraciones en total
Clásico del cine en blanco y negro protagonizado por Susan Hayward, que realiza una notable interpretación, que en su momento pudo colocarse entre las diez más taquilleras del año en los Estados Unidos. Y digo pudo porque según la fuente estaría o no en esta lista. En cualquier caso, lo que sí es irrefutable es que obtuvo cuatro nominaciones a los Oscars, aunque sólo pudo llevarse una estatuilla para el mejor vestuario, que tampoco veo demasiado esmerado. Por lo menos su protagonista principal pudo sacarse la espina de su solamente nominación a mejor actriz principal con el premio de Cannes para esta categoría.
Sea como fuere se trata de un drama basado en la vida de Lillian Roth (Susan Hayward), actriz y cantante, que si no me equivoco no recuerdo haber visto nunca y que de hecho no me suena de nada así que no sé hasta qué punto es fiel a su biografía o no lo es. No obstante, también es un musical con cuatro o cinco números, creo que el mejor con diferencia es el primero. Dicho esto, la película se deja ver aunque en el fondo queda reducida a un conjunto de episodios, con el alcoholismo como plato estrella, que forman parte de la vida de esta persona, algunos de ellos introducidos o solventados de una forma un poco inocente.
Esta producción de Metro Goldwyn Mayer del año 1955 nos lleva a día de hoy (2019) a los tiempos gloriosos de CINE. Está filmada en Blanco y Negro con una estupenda fotografía, muy bien dirigida por Daniel Mann y extraordinariamente interpretada por la grandiosa y malograda Susan Hayward. Es un film que marca las esencias del buen CINE, resaltando ante todo la interpretación de su protagonista principal (que no falta en la pantalla en ningún momento), pues fue una película exclusivamente para su lucimiento. Los demás intérpretes cumplen muy adecuadamente y en especial Virginia Gregg.
Película muy recomendable para todos los amantes del buen CINE de antes. donde los valores artísticos en todos sus campos eran resaltados en gran número de películas que hicieron del CINE un arte para el entretenimiento de millones de personas y la creación de mitos que no se han borrado con el paso del tiempo.
La versión española (doblaje) realizada para este film en 1973 para su exhibición en TVE es de gran calidad y es digno resaltarse.
Dios nos dio la serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, el coraje para cambiar aquellas que sí podemos y la sabiduría para distinguirlas
El tipo de espectáculo que ofrece Lillian, la letra de sus canciones, son un vacío envoltorio, una ilusión que apela a los anhelos del hombre y les hace creer por un instante que estos son posibles si se dejan llevar por su verborrea cantada. Una venta de humo pero con clase.
El principio es muy interesante, define psicológicamente a la artista y a la madre. Además contiene la única actuación musical realmente llamativa.
Lilian Roth fue una actriz mediocre condenada a un infierno por una madre posesiva. Con esta historia real, Susan Hayword apoyada en Jo van Fleet realiza una interpretación hipnótica, algo poco corriente si se tiene en cuenta que desde 1955 hasta la actualidad ha pasado suficiente tiempo como para que semejante estilo de interpretación fenezca, y sin embargo mejora con los años. Ambas actrices mejoran con los años, y la pobre Lilian Roth renace cada vez de las cenizas de estas glorias ya fallecidas.
La muerte y la vida o, mejor dicho, la muerte en vida y la existencia como un duro periplo del que cuesta aprender a defenderse de las catastróficas desdichas promovidas por los propios seres humanos. La autodestrucción por el alcohol tiene muchas películas, pero ésta y Días de vino y rosas se llevan la palma por su testimonio cálido y sin ambages, desnudando el vulnerable corazón humano sin dejar de mostrar su lado más oscuro, dispuesto a destruir cuanto se cruce en su camino.
Un trabajo medido aunque está al borde del melodrama desmelenado. Un trabajo tan excepcional que, de momento, ha resistido la penosa vía de los remakes imposibles, una Susan Hayward para ser consagrada in aeternum, por siempre Susan.